El ex CEO de Torneos, Alejandro Burzaco, está acusado de conspiración, lavado de dinero y corrupción y con prisión domiciliaria en Italia. Por consejo de sus abogados, aceptó ser extraditado desde Italia, donde tiene prisión domiciliaria.
Alejandro Burzaco, uno de los tres argentinos involucrados en los hechos de corrupción en la FIFA, aceptó ser extraditado a Estados Unidos para declarar por el escándalo conocido como Fifagate. El ex CEO de Torneos está acusado de conspiración, lavado de dinero y corrupción y con prisión domiciliaria en Italia.
Burzaco, aceptó el consejo de sus abogados quienes le plantearon que lo mejor era viajar aEstados Unidos para declarar y no pelear la extradición para demorar los tiempos y quedarse en Italia, donde tiene ciudadanía, explicó el diario Ámbito Financiero. Mariano Mendilaharzu, uno de sus representantes legales viajará aItalia en las próximas horas a convalidar el proceso.
La extradición podría concretarse los primeros días de agosto y Burzaco sería detenido en la cárcel de Brooklyn, Nueva York. Y luego de la declaración ante el juez de la causa, le darían la prisión domiciliaria.
Buzaco fue despedidoen junio pasado cuando se conoció el escándalo que involucra entre otros a los también argentinos Hugo y Mariano Jinkins, directores de Full Play Group SA.Los Jinkis, padre e hijo, están detenidos en Argentina, donde también se trata su pedido de extradición, que podría demorar varios meses.
La acusación que pesa sobre Burzaco y los Jinkis alcanza otros diez dirigentes futbolísticos, entre ellos el uruguayo Eugenio Figueredo, el paraguayo Nicolás Leoz, el brasileño José María Marín y el presidente de la Concacaf, Jeffrey Webb, según informó oportunamente el Departamento de Justicia norteamericano.
Corrupción rampante
“Crimen organizado, fraude electrónico y conspiración para el lavado de dinero” son algunos de los delitos que cometieron, según un comunicado emitido por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos en mayo pasado cuando estalló el escándalo. La causa tramita ante un Tribunal Federal en Brooklyn, Nueva York, y –de acuerdo con el comunicado- los acusados participaron en un plan que se remonta a 24 años atrás para enriquecerse a través de la corrupción del fútbol internacional. “Los acusados también incluyen ejecutivos de marketing deportivo de América del Sur y Estados Unidos que presuntamente han pagado sistemáticamente más de u$s150 millones en sobornos y comisiones ilegales para obtener medios de comunicación y los derechos de comercialización lucrativa para los torneos internacionales de fútbol”, se detalló en el texto publicado en el sitio oficial del organismo norteamericano.
"La acusación alega que la corrupción es rampante, sistémica y arraigada tanto en el extranjero y aquí en los Estados Unidos", expresó entonces la procuradora General Loretta Lynch. Los investigadores sostuvieron que las maniobras detectas "se extienden por al menos a dos generaciones de dirigentes del fútbol que, presuntamente, han abusado de sus cargos de confianza para adquirir millones de dólares en sobornos y comisiones ilegales”. La actividad ilícita perjudicó a “las ligas juveniles y los países en desarrollo que deberían beneficiarse de los ingresos generados por los derechos comerciales y los aficionados de todo el mundo”.
“La acción de hoy deja claro que este Departamento de Justicia tiene la intención de poner fin a tales prácticas corruptas, para acabar con la mala conducta, y para llevar a los responsables a la Justicia”, se indicó en el comunicado.