Los fiscales Stornelli, Marijuán, Sánz, Campagnoli y Moldes, marcharon junto con Sandra Arroyo Salgado y sus hijas hacia Plaza de Mayo. También participó de la manifestación la madre de Nisman, Sara Garfunkel, y el titular del gremio de Judiciales, Julio Piumato.
Bajo una lluvia que por momentos fue torrencial, los manifestantes del 18F llegaron después de las 20 a Plaza de Mayo. Luego de unos minutos de confusión al principio del diluvio, con cientos de personas intentando refugiarse en las entradas de los edificios y las galerías, se desarmó el corralito previsto para los integrantes del poder judicial y empezó la marcha del silencio. Junto a la cabeza de la marcha, que encabezaron los fiscales, estuvo la madre del fiscal, Sara Ganfurkel, la ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, y las dos hijas que tenían en común.Una vez en la plaza, los fiscales se subieron a un palco y se hizo un minuto de silencio. Al final, se cantó un improvisado himno nacional. De a poco, la gente fue desconcentrando.
Todo había empezado poco después de las 16.30, cuando el grupo de fiscales encabezado por Carlos Stornelli, Guillermo Marijuán, Ricardo Sáenz, José María Campagnoli y Germán Moldes cruzó desde la esquina de Rivadavia y Paraná hacia el centro de la Plaza de los Dos Congresos, donde cientos de personas gritaban “justicia, justicia”. También se sumó al gupo el titular del gremio de judiciales, Julio Piumato. Desde allí, junto a la familia de Nisman, marcharon a la Plaza de Mayo, al cumplirse un mes del fallecimiento del fiscal especial del caso AMIA. La movilización se hizo bajo una intensa lluvia. Los paraguas de los asistentes lo cubrieron todo.
"Gracias por estar aquí", repetía el fiscal Germán Moldes, mientras que Piumato se negaba a hacer declaraciones a la prensa: "Esta es una marcha del silencio", se justificaba, al tiempo que impartía órdenes a un grupo de hombres vestidos de negro encargados de la seguridad.
Entre ponchos de lluvia y paraguas, también se vendieron banderas argentinas y remeras con la estampa “Yo soy Nisman", "18F”. Algunos carteles decían “Somos Nisman”, “Basta de corrupción”, “Justicia y verdad”, “Nisman presente”. El fiscal Marijuan recibía a los que entraban al corralito que se armó alrededor de la plaza Lorea. Entre los manifestantes estuvieron el rabino Sergio Bergman, que no pudo entrar al sector designado para las autoridades judiciales; Sergio Massa marchó acompañado por su mujer, Malena Galmarini. Mauricio Macri también fue junto a su esposa, Juliana Awada. Otros que estuvieron: Elisa Carrió, Ernesto Sanz, Julio Cobos, Hermes Binner, Margarita Stolbizer y Victoria Donda.
“Se viene el cielo abajo”, dijo un hombre canoso de camisa a cuadrillé, cuando poco antes de las 18 las nubes negras taparon el cielo. Los vendedores de paraguas aparecieron de la nada. La gente corría y se agolpaba en los edificios y bares de la zona para resguardarse de la lluvia. “Qué lástima”, dijo un sesentón por lo bajo. Al lado, un joven de casi dos metros tenía la boca tapada con una cinta que decía: “Necesito un país con independencia para mi justicia”. De a ratos se escucharon aplausos. El Palacio Barolo y el teatro Avenida recibieron a una multitud ansiosa por cubrirse de la lluvia que obligó a acelerar los tiempos de la marcha hacia la Plaza de Mayo. Una camioneta del gremio judicial encabezó la movilización.
Se vieron combis especiales que decían "marcha del silencio". Venían de Castelar, Luján, Ituzaingo, San Antonio de Padua. De ellas bajaron hombres y mujeres mayores con banderas. En la 9 de Julio y Avenida de Mayo hubo desde temprano gente esperando el paso de la marcha. "Tiene que pasar la lluvia", decían algunos manifestantes. La mayoria eran mujeres, algunas con flores en la mano.
Desde la sede de la AMIA –Pasteur al 600- partió minutos después de las 17 una columna de unos 1500 de miembros de la comunidad judía institucionalizada que organizó AMIA y DAIA, escoltada por la Policía Federal y la Metropolitana y luego de recorrer varias cuadras se mezcló con los adherentes a la marcha en el Congreso de la Nación. Antes de empezar el recorrido, el presidente de la DAIA, Julio Schlosser, aclaró la posición de la instituciones judías. "No encabezamos la marcha porque no la convocamos, sólo adherimos", dijo y además agregó: "No quiero que se confunda mi participación con lo que otros puedan decir. Yo voy por respeto al fiscal y su memoria".
Sara Garfunkel, madre de Alberto Nisman.
La marcha del 18F se replicó en varias ciudades del interior del país. En Mar del Plata, Santa Fe, Rosario, Córdoba y Mendoza, las concentraciones que fueron convocadas por universidades, colegios de abogados y organizaciones judías, empezaron después que en Buenos Aires, entre las 18 y las 19.
Sobre Hipólito Yrigoyen 448, donde funciona la UFI-AMIA, decenas de personas esperaban la llegada de la marcha, que llegó pocos minutos desdués de las 20. Cuando los fiscales llegaron se subieron a un palco y la multitud comenzó a gritar "Justicia", al tiempo que Piumato pedía silencio. "Les pido un minuto de silencio", repitió, tras improvisar un breve discurso en memoria del fiscal Nisman. El acto culminó a las 20.15 con la entonación del Himno Nacional, otra vez bajo la intensa lluvia y sin incidentes.