Lo dijo hoy Alejandro Murdoch, jefe de turno de la Unidad 28, donde fue detenido Jorge Mangeri. También se refirió al acta que labró y por la cual fue convocado a declarar: "Las lesiones que tengo me las produje yo en la vía pública con un encendedor", dice con la firma del portero.
En la audiencia de hoy declaró el subadjuntor Alejandro Murdoch, jefe de turno de la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Federal (SPF) cuando Jorge Mangeri, acusado por el femicidio de Ángeles Rawson, llegó detenido en junio de 2013. Contó que el portero llegó en estado de shock y que repetía: “fue un accidente”. También declaró una perito del Cuerpo Médico Forense que vaciló al hablar de las presuntas autolesiones que se habría ocasionado el acusado. Tras un cuarto intermedio, el juicio continuará el próximo miércoles.
Murdoch también declaró sobre el "acta de lesión" que él mismo confeccionó y que fue el motivo de su convocatoria como testigo por parte de la querella.
Es que el abogado de la familia Rawson, Pablo Lanusse, descubrió en el legajo penitenciario de Mangeri, que existía un “acta de lesión”, donde consta que el propio detenido reconoció al ingresar a la Unidad 28 que las lesiones que tenía en su cuerpo eran autoprovocadas.
"Las lesiones que tengo me las produje yo en la vía pública con un encendedor", dice con letra de imprenta manuscrita el acta que lleva la firma del propio Mangeri.
Murdoch hoy ratificó que fue el propio Mangeri el que escribió a mano esa frase en los renglones en blanco del formulario.
También explicó que ese tipo de acta se hace "para resguardo" de cualquier detenido que ingresa con alguna lesión "visible".
Para los acusadores, los dichos de Murdoch señalan que en la alcaidía de tribunales hubo una segunda autoincriminación del portero, luego de que horas antes de su detención, en la Fiscalía de Instrucción 35, a cargo de Paula Asaro, dijera: "Soy el responsable de lo de Ravignani 2360. Fui yo".
“Pueden haber sido tanto autoprovocadas como provocadas por terceros”
Noemí Ruth Ghirardi, integrante del Cuerpo Médico Forense (CMF), una de médicas que analizó en su momento las 34 lesiones que presentaba Mangeri al ser detenido, declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9, que las lesiones que presentaba el portero “pueden haber sido provocadas por golpe, choque o roce; o por una quemadura”.
Asimismo la médica aseveró que las lesiones “pueden haber sido tanto autoprovocadas como provocadas por terceros” y afirmó, después de una pregunta de la defensa del imputado en manos de Adrian Tenca, que “no pude advertir” que haya lesiones enmascarando a otros. Mangeri estaba en la sala escuchando atentamente las declaraciones. Ghirardi describió gran parte de las lesiones describiendo si eran o por choque o por quemadura y en muchos casos dijo que podría ser por ambos mecanismos.
Ante esto, tanto la querella a cargo de Pablo Lanusse, y la fiscalía en manos de Fernando Fiszer, comenzaron a indagar más sobre el trabajo de la profesional. La médica revisó a Mangeri dos veces, cuando ingresó en la Unidad 28, y dos días después, a pedido del juez de la causa. Sobre las condiciones en la que se realizaron explicó que “la luz no era la mejor, pero pude ver las lesiones”, dijo la profesional a los jueces. Luego se le exhibieron fotos con lesiones de Mangeri y no pudo describir la zona del cuerpo donde se hallaban. Ante una foto de una lesión en la muñeca la profesional confundió incluso sus propios bocetos y dijo que no las había descripto en su informe, “no las vi”, dijo.
Lanusse le consultó sobre el mecanismo de los arañazos y si los consideraba excoriación: la médica respondió que sí. “¿Fue provocado por un objeto duro romo?”, repreguntó el abogado. La perito, volvió a contestar que sí.
Cómo estaba el cuerpo en el CEAMSE
Otro de los testigos que declaró ante los jueces fue el médico del Cuerpo Forense de San Martín, uno de los que revisó el cuerpo de la joven cuando la encontraron en el predio del CEAMSE de José León Suarez. Pedro Duran detalló que "el cuerpo estaba de espaldas" sobre la cinta "cubierto de basura". "Lo di vuelta y se vio la campera con el escudo del colegio, y dije: si, es la chica", contó a los jueces.
Al igual que otros testigos, el profesional ratifico que el cuerpo "tenía las manos atadas" y que fueron "absolutamente" conservadas. "Se le pusieron bolsas de papel madera con precintos", explicó. Después, ante las preguntas de la querella, relato que una víctima "desesperada puede arañar" lo que para las pruebas "resulta valiosísimo". Lanuesse le preguntó si con el ADN debajo de las uñas de la víctima se puede determinar al agresor: “absolutamente", contestó.
GA/Télam/LC