Organizaciones protectoras de animales reclamaron la sanción de un proyecto de ley que prohíbe las carreras de perros de cualquier raza en todo el país. El texto tiene sanción del Senado y debe ser tratado aún en Diputados.
Una fila de mujeres en malla con sus cuerpos manchados en rojo llegó hasta el Congreso nacional con bozales para perro en la boca. Entonces las organizaciones convocadas empezaron a corear “¡Animales, liberación”. Las consignas del reclamo fueron “basta de carreras de galgos”, “basta de tracción a sangre” y “castración para perros”. También hubo perros rescatados que cargaron consignas en contra del maltrato y el abandono.
“Los problemas para nosotros aparecen porque las carreras de galgos son un negocio y lo que se prioriza es la utilidad y la ganancia, porque nadie va a poner un negocio para perder. En este entramado los galgos son los recursos, la materia prima, y cuando ya no sirven desaparecen: en algunos casos los cuelgan, les pegan un balazo o son vendidos a la gente que hace peleas de pit bulls para que entrenen, dijo a Infojus Noticias Inés Ayerza, de Proyecto Galgo Argentina.
Uno de los carteles explicaba el pedido al Congreso: en julio la Cámara de Senadores votó un proyecto de ley que prohíbe las de carreras de perros de cualquier raza en todo el país. El proyecto fue presentado por Magdalena Odarda (Río Negro-Coalición Cívica) y se aprobó con 42 votos positivos del Frente para la Victoria, aliados y el interbloque Partido Socialista-Coalición Cívica-Proyecto Sur-Frente Cívico de Córdoba. El reclamo actual es que el proyecto salga de la Comisión Penal, que preside Patricia Bullrich, para ser tratado en Diputados.
“En el mundo quedan solo 8 países donde las carreras de galgos están permitidas. En Estados Unidos, por ejemplo, se prohibió en 43 de los 50 estados durante la última década. En Argentina se concentra la actividad galguera en Buenos Aires, aunque también hay actividad en Córdoba, Neuquén, Río Negro, Salta, Chubut y San Luis”, dijo Ayerza.
La ley de juego y la de estupefacientes son otras que se violan en las corridas galgueras. “Les dan drogas para el rendimiento: arsénico, estrignina, cocaína líquida, viagra, cafeína, broncodilatadores, esteroides y cardiotónicos entre otras cosas. Todo eso lleva a que un animal que podría superar los 14 años, con coctels en manos de galgueros, no duran más de dos o tres años”.
Entrenadores y aficionados a las carreras de galgos nucleados en el portal “Pasión verdadera” y “Pasión por los galgos” dicen que tratan a sus perros “como si fueran hijos” y que los galgos corren porque lo llevan en su instinto. “Para debatir de lo que más nos apasiona, sin censura, con respeto y fundamentos”, dice uno de los foros.
Entre los consejos que se pueden encontrar en estas páginas hay links a proveedores de medicamentos, muchas veces para humanos, recomendados para aumentar la potencia. Los entrenadores sostienen que si no amaran a los animales no harían tanto por ellos, no gastarían tantos miles en darles los complementos y entrenarlos. También pueden leerse mensajes de amor a los perros y el reclamo de una ley que iguale a los canódromos con los hipódromos.
Las leyes y los animales
En Buenos Aires la ley provincial 12.449 prohíbe las carreras de perros, cualquiera sea su raza, con excepción de las que se realicen en aquellos canódromos creados y habilitados por Ley: por eso es que se reclama una normativa nacional que esté por encima de las habilitaciones locales. “Serán sancionadas con pena de arresto de dos a quince días las personas que intervengan en la realización de eventos”, dice la 12449 y determina que “si se comprobase que los animales han sido estimulados para lograr un mejor rendimiento”, se sancionará con otras normas.
La ley 10081/83, del Código Rural, en uno de sus incisos especifica que está prohibido utilizar galgos en la caza con liebre. Y la ley 13879 prohíbe “en las dependencias oficiales de todo el ámbito de la Provincia de Buenos Aires la práctica del sacrificio de perros y gatos, como así también todos los actos que impliquen malos tratos”.
Sobre estas legislaciones está la ley nacional 14346, sancionada durante el segundo gobierno de Perón, que penaliza la crueldad animal en muchas de sus variantes, por ejemplo en riñas o por mera saña. Algunos proteccionistas no reclaman nuevas normativas sino la aplicación e interpretación amplia de esta ley, ya que hacer trabajar a los animales, explotarlos para entretenimiento o hacer negocio con ellos puede ser considerado cruel.
Refugio San Francisco de Asís, Unión Partido Animalista Ambientalista, Caballos de Quilmes, Asociación Protectora de Rescate Equino, Galgos en Libertad y Basta de TAS, fueron algunas de las organizaciones que se acercaron a visibilizar su reclamo frente al Congreso junto al Proyecto Galgo Argentina. También estuvo la abogada Andrea López, del Centro de Prevención de Crueldad al Animal, y el diputado socialista bonaerense Ricardo Cucovilo, que tiene un proyecto de ley de protección animal.
Caballos sin carros en el lomo
Otra de las consignas de la protesta fue terminar con al acarreo o tiro con caballos. Organizaciones como Basta de TAS (tracción a sangre) combaten esta práctica con un programa que practica en varias ciudades de Latinoamérica y que canjea motocarros por caballos. Los motocarros se dan por seis meses en comodato, en ese periodo se revisa si la persona sigue con el cartoneo y si es así la moto pasa a mano del que la usa, mientras que los caballos rescatados se envían a reservas para que puedan recuperarse y vivir tranquilos. El plan insiste en que no pretende dejar sin sustento a los recicladores y por eso se les ofrece la alternativa del vehículo a motor. La ciudad cordobesa de Río Cuarto fue de las primeras que ofreció un motocarro a los cartoneros. El vehículo fue diseñado en una escuela local y lo bautizaron “zootropo”.
El Congreso a media tarde, violeta por las luces que lo iluminan, tuvo ladridos como sonido de fondo. Las organizaciones dejaron por un rato sus intereses particulares para reclamar en conjunto contra la crueldad. Planean insistir para que el proyecto contra las carreras de galgos sea tratado antes de fin de sesiones.
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