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“Yo conocí la discriminación cuando a los 16 años entré a esta facultad”, dijo Carmen Argibay, jueza de la Corte de Suprema de la Nación en la celebración de los 20 años de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA), que se realizó en la Facultad de Derecho de al UBA.

"En mi familia éramos mayoría mujeres y mis padres nunca hicieron diferencias, por el contrario nuestros padres nos alentaban a seguir carreras universitarias. Cuando llegué acá conocí la discriminación. En una de las primeras materias que fui a rendir el profesor titular decía: ‘Las mujeres que ni se presenten, porque yo las bocho. Este no es un lugar para mujeres’”. Yo di ese examen en esa mesa con el decano al lado del profesor”, recordó.

La Asociación Argentina de Mujeres Jueces se fundó en 1993 como un capítulo de la Asociación Internacional. Su primera presidente fue Carmen Argibay. Y la primera actividad pública de AMJA fue una mesa debate sobre violencia de género. Hoy tiene mil asociadas en todo el país.

Esta tarde en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho de la UBA se realizaron las jornadas "20 años de evolución de los Derechos Humanos de las Mujeres" para celebrar el aniversario.

Argibay reconstruyó los comienzos de la AMJA en paralelo con la instalación en la agenda pública de los derechos de las mujeres y de la problemática de la violencia hacia las mujeres.

“Las víctimas de violencia no tenían protección ninguna. Hasta que pasó que Carlos Monzón tiró por el balcón a Alicia Muñiz. Antes de eso, hablar de violencia doméstica era predicar en el desierto. Ahí se descubrió que existía la violencia de género. Durante meses se habló se eso, el tema empezó a reflotar, se sacaron de los cajones los proyectos contra la violencia doméstica que había en el Congreso”, recordó.

También expuso en la jornada Dora Barrancos, investigadora y docente de la Universidad Nacional de Quilmes. “El patriarcado es una fórmula histórica”, dijo al comenzar. Luego reconstruyó la aparición de las corrientes feministas en Argentina y la lucha por los derechos civiles y políticos de las mujeres. La investigadora señaló que desde 1984 se fueron ampliando los derechos de las mujeres y “que recientemente se han extendido en nuestro país”. Destacó en este sentido la Ley de matrimonio igualitario y la ley de identidad de género.

También Barrancos se refirió a la Facultad de Derecho como una “casa de alta misoginia”. La facultad de Derecho fue, según su caracterización, una de las carreras universitarias que más resisitió la incorporación de las mujeres. “El derecho es el ejercicio de la cosa pública y la cosa pública no es para mujeres”, fue una idea que Barrancos señaló como muy arraigada y vigente durante mucho tiempo.