Álvaro Coleffi fue destituído por la Cámara Federal de Bahía Blanca "por pérdida de confianza" en la causa que investiga por narcotráfico a Juan Suris. "Esta decisión tiene un efecto ejemplificador y está dirigida a disciplinar a cualquiera que como el juez intente avanzar con las causas de los civiles en Bahía Blanca". aseguraron desde la agrupación HIJOS.
El juez federal subrogante de Bahía Blanca, Álvaro Coleffi, fue cesanteado por la Cámara Federal de Bahía Blanca en la causa que investiga al presunto narcotraficante – y ex pareja de Mónica Farro- Juan Suris, y fundamentó la decisión en la “pérdida de confianza” sobre el juez.
Coleffi antes de ser relavado de los tribunales bahienses fue quién encontró al capellán prófugo Aldo Vara en Paraguay –acusado de cometer delitos de lesa humanidad en el centro clandestino La Escuelita-, pidió su extradición, procesó al arzobispo Guillermo Garlatti por encubrirlo; indagó al empresario multimediático Vicente Gonzálo Massot, con allanamiento del diario La Nueva Provincia -su nave insignia- incluido, y avanzaba con varias pruebas hacia su procesamiento. “Esta decisión, prácticamente inédita, está dirigida específicamente a querer ‘disciplinar’, y como efecto ejemplificador, a cualquiera que, como el Juez Coleffi, intente avanzar con las causas de los civiles en Bahía Blanca”, señaló la agrupación Hijos regional Bahía Blanca, en un comunicado.
“Lo fusilaron y lo patearon en el piso”, graficó Miguel Palazzani, el fiscal de la Unidad Fiscal especial de delitos de lesa humanidad de Bahía Blanca. Cuando el juez Coleffi avanzaba, la familia judicial reaccionó rápido: el juez Ulpiano Martínez, que había antecedido a Coleffi, lo denunció por filtrar a un programa bahiense las escuchas de la causa contra Juan Suris, el supuesto narco. Después lo embistieron en el expediente que investiga a Massot: el secretario de derechos humanos del Juzgado Federal 1, Mario Fernández Moreno, lo acusó de supuesta “violencia moral” y el argumento fue recogido por la defensa del empresario, imputado como coautor del homicidio de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola y de haber efectuado “aportes esenciales”, que “consistieron en el ocultamiento deliberado de la verdad” en los secuestros, torturas y homicidios de 35 personas.
Coleffi era un fusible y renunció a la causa para que no cayera la investigación judicial. Lo que pasó después ya se conoce: asumió Claudio Pontet y decretó la “falta de mérito” del empresario. Ahora la Cámara Federal lo cesanteó en la causa Suris, con un agregado no menor: uno de los camaristas que rubrica el fallo es el ex espía de la dictadura Néstor Montezanti, sospechado de señalar militantes en la Facultad de Derecho cuando campeaban en el ámbito universitario los crímenes de la Triple A. “Se lo sacaron de encima de manera administrativa, pero no les alcanzó. Mandaron un mensaje claro para quien se atreva a tocar no sólo a la corporación judicial, sino al poder económico y mediático. Lo dejaron sin trabajo, denostado públicamente en el lugar donde hizo toda su carrera. Es la muerte civil”, concluyó Palazzani, que también fue denunciado por parcialidad junto a su colega de la Unidad, José Nebbia, por reunirse con Coleffi.
El escenario es aún peor: Coleffi era juez subrogante, por vacantes que se habían producido, pero su cargo real es el de secretario. Por eso, no hace falta que se lo someta a un jury para correrlo del camino. Al juez le queda la instancia de apelar ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Además la situación fue denunciada ante el Consejo de la Magistratura. “Tenemos la esperanza de que alguien que mira desde afuera, como los tribunales orales que tienen que conformarse para juzgar en Bahía los crímenes de lesa humanidad, ponga un poco de justicia”, concluyó el fiscal Palazzani.
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