Mariano Borinsky fue elegido a principios de diciembre como presidente de la Cámara de Casación Penal. Como primera medida de su mandato de un año, el magistrado propuso objetivos orientados a lograr mayor agilidad y uniformidad de criterios.
El nuevo presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, Mariano Borinsky, lanzará un plan de acción en febrero de 2014 para alcanzar el objetivo de “un mejor servicio de administración de justicia”. Después de anticipar algunos de los mecanismos previstos para el año próximo, afirmó a Infojus Noticias que “es la mejor vía para lograr una justicia más eficiente y eficaz, que es lo que la sociedad espera”.
Borinsky fue elegido democráticamente por sus colegas a principios de diciembre. Como primera medida de lo que será un mandato de un año al frente de la Cámara, el magistrado propuso un cúmulo de objetivos orientados a lograr mayor agilidad y uniformidad de criterios en el tribunal. Entre las nuevas reglas está la exigencia de empezar los debates a las 7.30hs, casi cuatro horas más temprano de lo que se acostumbra hoy. La Cámara tiene como vicepresidenta primera a Ana María Figueroa, y a Juan Carlos Gemignani en tercer lugar, y está compuesta por cuatro salas y diez jueces.
La Cámara de Casación no sólo cumple sus funciones jurisdiccionales. También tiene el poder de superintendencia de los tribunales inferiores, y como tribunal de alzada es el máximo escalón del fuero penal. Además de dictar sentencias ejemplares y orientar la jurisprudencia, le corresponde la administración de los recursos de todos los tribunales orales federales, así como parte de la capacitación de sus funcionarios. A pesar de la relevancia del tribunal, es la primera vez que se plantea un plan de acción formal con objetivos concretos. “Es un arma de doble filo”, bromeó Borinsky, en diálogo con Infojus Noticias. “Es un compromiso que asumo y que a fin de año vendrán todos a ver si pude cumplir o no”.
Diálogo y comunicación
Para el juez, “es fundamental la comunicación y el diálogo con todos los poderes del Estado”. Para afianzar dos temáticas clave en el trabajo de Casación, piensa crear dos oficinas especializadas en el seno del tribunal. Una dedicada a sistematizar la información de causas por delitos de lesa humanidad, que actúe en coordinación con las áreas de la Corte Suprema y del Ministerio Público dedicadas al mismo efecto. La otra, para atender cuestiones de género, “para incorporar esa perspectiva en la planificación institucional, en los procesos internos de los juzgados”. Propone un diálogo permanente con el Consejo de la Magistratura y con las comisiones legislativas, para que los esfuerzos de interpretación, formación y ordenamiento puedan desencadenar en modificaciones institucionales.
La articulación también tendría como finalidad transparentar el funcionamiento del Poder Judicial, y para eso Borinsky intentará brindar información a la sociedad “antes de que ella misma lo requiera”. Su intención es comunicar los acuerdos plenarios, las decisiones de superintendencia y las sentencias a los medios de comunicación, ni bien son implementadas. En ese sentido va la posibilidad de instalar una conexión de internet Wi-Fi en el edificio de Comodoro Py, una demanda de los periodistas y abogados que frecuentan esos tribunales.
Interpretar la ley penal
“Como máximo Tribunal de Casación, debemos fijar la interpretación de las normas de acuerdo a sus verdaderos objetivos”, explicó. “En ese marco es fundamental que determinemos qué interpretación debe seguirse con respecto a algunos temas del derecho vigente”. Se refería, entre otros, el instituto de la reincidencia. En ese mismo tribunal hay salas que interpretan que esa figura es inconstitucional, pero no todos los jueces son detractores. Para Borinsky mismo, la reincidencia es una forma de diferenciar al justiciable “primario”, aquel que comete un delito por primera vez, de quien ya ha incurrido más de una vez en la conducta delictiva. “Si se desconoce la reincidencia, ponemos en un plano de inequidad al primario”, consideró.
Más y mejores jueces
Uno de los objetivos clave del presidente de la Cámara es el de cubrir las vacantes en todos los tribunales orales del país, que alcanzan hasta un veinte o treinta por ciento de espacios vacíos. Para eso, propone “mecanismos transparentes, para que nadie sea designado a dedo”. El juez propone llevar adelante los juicios que atañen a los delitos más complejos, una línea fijada por la Corte Suprema al darle prioridad a lo referido a las causas de lesa humanidad, trata de personas, narcotráfico, delitos económicos y delitos que conciernen a funcionarios públicos –como los casos de corrupción-. “Tenemos que optimizar los tiempos”, dijo a Infojus Noticias. “Para eso vamos a tratar de ganar los espacios necesarios para llevar adelante la mayor cantidad de juicios”.
La capacitación de los jueces y funcionarios de la Cámara es una prioridad del magistrado. Él mismo dictó tres charlas magistrales a lo largo de 2013 para los funcionarios de Casación sobre ejes de relevancia: delitos económicos, delitos tributarios y la casación penal en general. Gemignani también aportó la participación de especialistas internacionales, para abordar otras temáticas de cara a los equipos de trabajo del tribunal. “Vamos a continuar en esa línea, es una obligación y una prioridad capacitar a nuestros empleados”.
Más y mejores espacios
Borinsky también tiene en mente la cuestión edilicia. Está convencido de que hay mucho espacio en los mismos tribunales que puede ser desocupado, y al mismo tiempo, que otros edificios públicos pueden amparar tribunales y oficinas del Poder Judicial. “Hay que retirar todos los expedientes que ya hicieron cosa juzgada y pueden archivarse, al igual que los efectos propios de las causas como armas u objetos incautados”. Con eso, se lograría ganar grandes superficies del edificio, que pueden asignarse a las oficinas especializadas o para instalar nuevas salas de audiencia. Entre las propuestas, está la de pactar con el Ministerio de Defensa por la utilización de una porción del edificio de la Marina para ampliar los tribunales.
La Cámara de Casación en 2014
Durante la feria judicial en enero, estarán de guardia los jueces Juan Carlos Gemignani, Ángela Ledesma, Liliana Catucci y Eduardo Riggi. Desde febrero, la Sala I seguirá presidida por Ana María Figueroa, junto a Luis María Cabral y Juan Carlos Gemignani; la Sala II tendrá al frente a Ángela Ledesma, con Pedro David y Alejandro Slokar; la Sala III estará encabezada por Eduardo Riggi, seguido de Liliana Catucci y Ana María Figueroa (como subrogante de reemplazo); y la Sala IV será presidida por Gustavo Hornos –que deja la presidencia de la Cámara-, con Juan Carlos Gemignani y Mariano Borinsky.