Lo dijo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. "El sistema financiero internacional debe garantizar la sustentabilidad a partir de un sistema de aprobación de mayorías que no pueda ser modificado por jueces", agregó en su habitual conferencia de prensa matutina en Casa de Gobierno.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, destacó hoy la importancia de que se generen los mecanismos para impedir que acciones como las de los fondos buitre puedan afectar reestructuraciones de deudas soberanas de países, y en ese marco consideró que sería bueno "a futuro" que este aspecto sea motivo de debate en el marco de la Asamblea General de la ONU. "El sistema financiero internacional debe garantizar la sustentabilidad a partir de un sistema de aprobación de mayorías que no pueda ser modificado por jueces", dijo Capitanich en su habitual conferencia de prensa matutina en Casa de Gobierno.
En ese sentido, el funcionario consideró que "esta norma hacia el futuro implica un debate en el marco de la Asamblea de Naciones Unidas y un acuerdo para aprobar estos mecanismos".
Agregó que el acuerdo debería tener en cuenta para los casos de procesos de reestructuración de deudas soberanas que "lo acordado por la mayoría sea obligatorio para el resto y que no exista ventaja para la acción compulsiva" de otros acreedores.
En este marco, destacó la importancia de los apoyos recibidos por Argentina de diferentes países y organizaciones internacionales.
"Una gran mayoría de países manifestaron su preocupación" por el accionar de los fondos buitre, resumió, y reiteró que Argentina "paga sus obligaciones" y que "de ningún modo puede tomarse como un default técnico" la situación creada a partir de la sentencia de la justicia de Estados Unidos respecto al reclamo de los holdouts.
Capitanich dijo también que Argentina pretende proteger el acuerdo voluntario que firmó el 93 por ciento de los acreedores e insistió en que el país "promueve el diálogo" con el resto de los acreedores que no firmaron el acuerdo.
Agregó que "cuando Argentina establece las condiciones de negociación, lo hace para el 100 por ciento de los bonistas", y explicó que lo que pide Argentina a la justicia de Estados Unidos es "un proceso de suspensión de la sentencia para no propiciar alteraciones sobre el acuerdo ya firmado con la mayoría de los acreedores".
El jefe de ministros advirtió que de no suspenderse la sentencia, podría disparar "un pasivo enorme" para la Argentina, y dijo que por eso este asunto es "una cuestión emblemática y trascendente que debe ser respetada".
Por eso, dijo, "la posición argentina es extremadamente profesional y de buena fe", y señaló que "los que tienen mala fe son los fondos buitre, que pretenden una sentencia que tiene un efecto respecto al resto de los bonistas que adhirieron al canje".