Un empresario y un abogado están acusados del envío de casi mil kilos de cocaína a Europa. La jueza federal chaqueña Zunilda Niremperger espera el resultado del peritaje de teléfonos y computadoras secuestradas para elevar la causa a juicio oral.
Patricio Daniel Gorosito, un empresario corpulento de 63 años, soñó con construir un centro educacional y deportivo para niños carenciados en el sur santafesino, que sería apadrinado por Lionel Messi. Eso fue en 2006, cuando era presidente del Club Real Arroyo Seco y se codeaba con el entonces presidente del Barcelona y la familia del mejor futbolista del mundo. Hoy, siete años después de aquel sueño trunco, Gorosito está detenido en la Unidad Nº 7 de Resistencia, acusado de liderar una banda que exportaba cocaína a Europa. La jueza federal chaqueña Zunilda Niremperger espera el resultado del peritaje de teléfonos y computadoras secuestradas para elevar la causa a juicio oral.
El despacho de Niremperger queda en el Juzgado Federal de Presidencia Roque Sáenz Peña, en Chaco. Allí está el expediente de la causa más importante del país por tráfico de cocaína. Sus más de 40 cuerpos cuentan cómo se movían casi mil kilos y por qué están imputados con prisión preventiva seis integrantes de la banda. Mientras la magistrada aguarda los peritajes realizados por la Policía de Seguridad Aeroportuaria, anticipa a Infojus Noticias: “Si no surgen elementos nuevos, a fin de año estaríamos elevando la causa al fiscal para cerrar la investigación”.
La investigación comenzó en España a fines de 2011, cuando la policía de Galicia detectó a un grupo de argentinos que frecuentaban sospechosamente el puerto de Vigo. En rigor, analizaban abrir una ruta y un punto de ingreso a Europa para el tráfico de cocaína desde Argentina. El destino final sería Barcelona, adonde se había mudado Gorosito. Pero después de varias idas y vueltas, la banda desistió y eligió como puerta de acceso el puerto de Lisboa, Portugal. La fachada del negocio fue una empresa importadora de carbón vegetal, con la que recibieron los primeros containers.
En diciembre de ese año celebraron la llegada de 300 kilos de cocaína al puerto de Lisboa. De ahí enviaron el cargamento a Barcelona. Gorosito se encargaba de la logística europea. Pero hubo un error: en uno de los containers quedaron 14 kilos de droga. Los que ayudaron a los investigadores para rastrear la conexión argentina de la banda.
El 8 de marzo de 2013 policías de España y Portugal secuestraron -en dos procedimientos- cerca de 400 kilos de cocaína. Habían llegado ocultos en cargas de exportación de carbón vegetal. Llevaban el logo de la empresa Carbón Vegetal del Litoral SRL y habían sido envasados en la ciudad chaqueña de Quitilipi. La cocaína estaba escondida en una bolsa con doble costura. El resultado: siete argentinos detenidos, cinco en Portugal y dos en España.
La Justicia argentina abrió una investigación. La jueza Niremperger sabía que otros dos contenedores -de 20 toneladas cada uno- habían sido despachados en Quitilipi y ordenó los allanamientos. Uno de ellos todavía estaba en el puerto de Buenos Aires. Un perro adiestrado detectó que en 77 de esas 1050 bolsas había anomalías: 7 contenían ladrillos para la construcción; en todas las demás había cocaína. Eran casi 520 kilos. El otro cargamento ya estaba en altamar. El 11 de abril llegó a Lisboa con casi158 kilos de cocaína.
Los investigadores creen –aunque no consta en el expediente- que la droga entraba a la Argentina desde Bolivia en camiones cisterna. Desde allí iba hacia Rosario, de donde eran varios miembros de la banda. Ellos la cargaban en camiones y la mandaban a Chaco, donde la droga se empaquetaba en bolsas de carbón vegetal. Una vez cargados, los containers enfilaban hacia el puerto de Buenos Aires.S e sospecha que los traficantes contaban con la complicidad de empleados aduaneros que elegían cual de esos containers revisar, pero ninguno de ellos está imputado en la causa.
El jefe de la conexión argentina de la banda, se supo tiempo después, era un abogado porteño: Carlos Alberto Salvatore. “Él y Gorosito eran los jefes. Salvatore brindaba asesoramiento, conseguía documentos falsos y cobraba el dinero. Gorosito era el encargado de la recepción de la droga en Europa”, explicó Niremperger.
La jueza chaqueña aspira a terminar la instrucción de la causa antes de fin de año. El juicio oral podría comenzar en 2014. En el banquillo de los acusados estarán los dos jefes, Salvatore y Gorosito –que fue extraditado-, y otros cuatro miembros de la banda que operaban en Argentina. Otros cuatro argentinos detenidos en Europa no afrontarán el juicio: uno de ellos fue trasladado al país pero se le dictó la falta de mérito. Los demás tienen un pedido de extradición pendiente.
De esta causa por narcotráfico se desprendió una nueva línea de investigación para seguir la ruta del dinero. Con el aporte de la AFIP y de la Aduana, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) podría iniciar una nueva investigación, ahora por lavado de dinero.