A casi 40 años del fusilamiento de14 guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), un tribunal de Catamarca condenó a cadena perpetua a Mario Nakagama, Carlos Carrizo Salvadores y Jorge Exequiel Acosta por “homicidio calificado doblemente agravado"
Los represores imputados en la “Masacre en Capilla del Rosario”, Mario Nakagama, Carlos Carrizo Salvadores y Jorge Exequiel Acosta, fueron condenados a prisión perpetua con cumplimiento efectivo por los Tribunales de Catamarca. El único juez que votó en disidencia fue Gabriel Eduardo Casas, que pidió otra sentencia por no considerar de delitos de lesa humanidad los fusilamientos cometidos el 12 de agosto de 1974 que mataron a 14 guerrilleros del ERP. Pidió una pena de 16 años.
Mientras que Carrizo Salvadores y Nagakama irán al Penal de Miraflores de Catamarca, Acosta seguirá preso en la cárcel de Bouwer, Córdoba, donde se encuentra cumpliendo dos condenas anteriores.
La sentencia coincide con las penas pedidas ayer por los fiscales Rafael Vehils y Javier Merep, que se sumaron a la demanda de las querellas el viernes pasado y solicitaron la prisión perpetua. Merep y Vehils pidieron autoría funcional mientras que el resto de la querella planteó autoría inmediata.
Ayer también se escuchó la defensa de los imputados, donde pidieron la absolución. “El caso de Carrillo Salvadores es inédito en los juicios de lesa porque actúa por derecho propio, es decir que se defiende a sí mismo” dijo a Infojus Noticias Bernardo José Lobo Bugeau, abogado querellante por la Secretaría de Derechos Humanos de La Nación junto a Claudio Orosz y Guillermo Díaz Martínez, a la vez que patrocinante de la familia de los guerrilleros Rosales y Rutilio Betancourt Routh.
“Carrillo pidió su absolución y sostuvo que para él no se probó que los 16 guerrilleros se habían rendido” contó Lobo Bugeau. Alfredo Viola, defensor de Acosta, pidió la absolución fundado en que no estaba en el lugar del hecho en el momento de la masacre. El abogado defensor de Nagakama, Lucio Montero, en líneas generales no se refirió al contexto, sino que sostuvo que sería una incongruencia tratar el caso como lesa humanidad, “ya que fue un delito común y ya está prescripto”.
La masacre
El 12 de agosto de 1974, 14 integrantes de la organización Ejército Revolucionarios del Pueblo y del Partido Revolucionario de los Trabajadores (ERP-PRT), fueron fusilados en Catamarca a pesar de haberse rendido y entregar sus armas. Los militantes paramilitares, se habían propuesto asaltar el Regimiento 17 de Infantería Aerotransportada.
El día jueves 9 de agosto, habían partido de Tucumán 47 militantes de la Compañía del Monte «Ramón Rosa Jiménez» del ERP. Los jóvenes de 18 a 22 años se detuvieron en Banda Varela, 9 kilómetros al norte de San Fernando del Valle de Catamarca, y redujeron al chofer del micro que habían alquilado. Ahí establecieron contacto con las unidades locales, que llegaron con los uniformes militares y las armas para usar en el operativo. En la noche del día 10, dos ciclistas que pasaron por el lugar observaron los preparativos y avisaron a un oficial de la policía de Catamarca, que dio parte a la División de Investigaciones.
Pasada la medianoche del domingo, llegaron al campamento cuatro patrulleros policiales con ocho efectivos, pertenecientes a la División de Investigaciones y la Comisaría 3º. Ahí se produjo un primer enfrentamiento armado, que terminó cuando los guerrilleros, disfrazados como soldados del Ejército Argentino, lograron reducir al grupo policial. El combate dejó dos militantes muertos (Norberto Rufino y Carlos Gutiérrez) y uno herido grave (Rutilio Dardo Betancourt Roth), además de dos policías heridos.
Una vez descubierta la presencia de la guerrilla en Catamarca, el mando del ERP ordenó la retirada y se replegaron hasta quedar aislados en distintos grupos. A las pocas horas, fueron detenidos nueve guerrilleros, mientras que los 19 guerrilleros restantes acamparon cerca de la quebrada de los Walther, a tres kilómetros de la Iglesia de Capilla del Rosario, en un pequeño pueblo llamado Piedra Blanca. Los cinco miembros que habían ido a conseguir alimentos, a vigilar los movimientos de las tropas enemigas y a conseguir vehículos para el repliegue, fueron apresados ahí mismo.
El lunes 12 de agosto la policía envió una comisión para capturar a los guerrilleros restantes y se produjo otro enfrentamiento armado, en el que murió un oficial. El jefe de la policía provincial, teniente coronel Anello, pidió apoyo al Regimiento 17.Al mediodía, llegaron al lugar sesenta soldados apoyados por cuatro aeronaves, y se produjeron varios combates, tras los que resultaron muertos todos los militantes.
Los militares acusados argumentaron que esos jóvenes murieron en combate. Pero los militantes del ERP lucharon hasta quedarse sin municiones y se rindieron. Entonces, rendidos y desarmados, fueron fusilados por orden del segundo jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, General José Antonio Vaquero (que murió en 2006 con demencia senil).
Los fusilados identificados fueron Antonio del Carmen Fernández, Hugo Cacciavillani, Rutilio Betancour, Luis Roque López, Rogelio Gutiérrez, José María Molina, Mario Héctor Lescano, Juan Carlos Lescano, Juan Olivera, Roberto Jerez, Héctor Moreno, Luis Billinger, Raúl Sianz y Pedro Urbano. En total, los muertos que dejó la masacre fueron 16.