La compra y venta de títulos de valores, acciones y participaciones de empresas que no cotizan en la Bolsa no pagaba impuestos. Ahora tributarán el 15% y con lo recaudado se compensará parte de los 4.500 millones de pesos que el Estado deja de percibir por la nueva ley de impuestos a las ganancias.
Los trabajadores fueron beneficiados por modificaciones impositivas recientes como el cambio de las escalas del impuesto a las ganancias, la modificación de los topes del monotributo y la ampliación de las asignaciones familiares.
La reducción del impuesto a las ganancias favoreció al millón y medio de asalariados que tiene un sueldo menor de 15 mil pesos. Sólo por esta medida el Estado nacional dejará de recibir 4500 millones de pesos.
Para compensar una parte de este costo fiscal, el Senado convirtió en ley tres medidas impositivas que gravan una porción de la renta financiera. Los accionistas de cadenas de supermercados, empresas textiles y constructoras deberán ahora pagar estos nuevos gravámenes. De esta manera, se traslada la presión impositiva de los asalariados hacia el sector empresarial.
La compra y venta de títulos valores, acciones y participaciones de empresas que no cotizan en la Bolsa estaba exenta de impuestos. Ahora tributarán el 15%. La reforma también derogó la exención a la compraventa de títulos para los residentes en el exterior que no abonaban impuestos desde 1991. Y también gravó con el 10% la distribución de dividendos de este tipo de empresas.
¿Por qué las medidas gravan las operaciones de las empresas que no cotizan en la Bolsa?
“La modificación votada intenta favorecer la canalización del movimiento económico hacia los mercados de capitales, buscando fortalecerlos en línea con la nueva ley (26.831) que los regula”, explicó el diputado Carlos Heller. Al mismo tiempo, las empresas que cotizan en la Bolsa ya pagan el 35% de impuesto a las ganancias sobre el total de las utilidades, antes de distribuirlas.
Después de cuatro horas de debate en el Senado, el proyecto obtuvo 41 votos positivos del kirchnerismo y las fuerzas políticas aliadas. El peronismo disidente y el FAP votaron en contra. El radicalismo se retiró del recinto luego de una discusión entre el senador Gerardo Morales y el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde. La semana pasada la modificación impositiva obtuvo en Diputados 131 votos a favor y 91 en contra.
Durante el debate parlamentario el senador Aníbal Fernández explicó que el Estado calcula recaudar 2400 millones de pesos por estos nuevos gravámenes. El monto es menos de la mitad de los 4500 millones que el Estado dejará de recibir por el cambio de los topes de Ganancias.
La oposición criticó el proyecto con el argumento de que afecta la sustentabilidad de las pymes ya que son las pequeñas y medianas empresas las que tienen acciones y no cotizan en la Bolsa. El senador Fernández aclaró que “no genera ningún perjuicio a las pymes. Habrá impuesto siempre y cuando haya ganancias; si no hay, no hay impuesto”.
Al mismo tiempo Fernández explicó que esta propuesta "nació de los foros que han sido de los convocados por la Presidenta" en los que hubo diálogos con distintos sectores de la producción y la economía como los empresario y los representantes sindicales. Y que la presión tributaria argentina es similar a la de otros países de ingresos medios ya que alcanza al 37% del PBI.