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Hace dos semanas que el crimen de Lola Chomnalez ocupa gran parte de la programación televisiva y radial. Las cámaras y los equipos periodísticos se instalaron en el balneario uruguayo de Valizas para seguir de cerca el caso policial. Para evitar reproducir los relatos morbosos, el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión, que depende de la Autoridad de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) y el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), elaboró una serie de recomendaciones para su cobertura mediática.

El documento propone un enfoque de derechos que se basa en el respeto a la víctima, sus familiares y la sociedad en general: “Donde las primicias no sean a costa de los derechos humanos más elementales de las personas”.

Lola tenía 15 años. El texto del Observatorio destaca que se trata de una niña y considera que “en la mayoría de las notas” violan artículos de la Ley N° 26.061, de protección de los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes. “Cuando se la cosifica y objetiviza, los/as comunicadores/as sociales ejercen violencia mediática hacia su persona, en términos de la Ley de protección integral a las mujeres 26.485”, agrega el artículo.

También habla de las fotografías y dice que las víctimas hayan sido usuarias de las redes sociales “no habilita a que su imagen sea utilizada hasta el hartazgo para ilustrar eternas coberturas”.

Recomienda evitar los detalles escabrosos, las descripciones morbosas y todo otro tipo de elementos o utilización de recursos que pudieran configurar un tratamiento sensacionalista, desde la musicalización, y las reconstrucciones o infografías.

Otra de las sugerencias del Observatorio apunta a contextualizar este tipo de crímenes. Es decir, no entronizar el relato del episodio individual, personal y aislado. En ese sentido, en Argentina mueren asesinadas al año un promedio de 21 mujeres adolescentes, de entre 13 y 18 años, la franja etaria de Lola. El dato se desprende del informe que presenta el Observatorio de Femicidios “Adriana Marisel Zambrano”. En esta misma línea, el artículo convoca a los periodistas a convocar a profesionales y expertos en la problemática de violencia contra las mujeres.

“No hay justificación posible a los actos de violencia que deriven de las conductas de sus víctimas”, dice el documento. Así, propone evitar frases como: “Caminaba por una calle oscura”, “se vestía de modo provocativo”, “era muy linda y extrovertida”. También sugiere no llamar a la víctima a través de diminutivos, apócopes y apodos ya que esas formas suelen infantilizarlas y subestimarlas.