La investigación empezó con las sospechas a la modelo Zahina Rojas. Le hicieron escuchas y se descubrió que vendía cocaína "en restoranes caros" de Las Cañitas, señaló el secretario de Seguridad. Sus compradores: políticos y famosos de la farándula. Cómo fue el suicidio de uno de los líderes de la banda. Quiénes eran los dealers y los proveedores.
Cuando los policías antinarcóticos llamaron a la puerta blindada del departamento en el piso 11 del edificio de Olleros al 1850, Alejandro Héctor “Neri” Chávez aspiraba una línea de la cocaína que distribuía con un billete de cien pesos enrollado como un tubito. Se paró y preguntó quién era, aunque lo imaginaba. Estaba paranoico, contó una fuente del caso. Juró su inocencia, advirtió que no había droga y que tenía un arma. Y estaba dispuesto a usarla si entraban.
Mientras los detectives trabajaban con la puerta blindada, trataban de convencerlo de que no se matara, explicó el jefe de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, comisario mayor Néstor Roncaglia. Pero fue en vano: a las 6.45, ante la proximidad de la detención, escucharon un tiro seco y un bulto que se desplomaba. “Era uno de los líderes de la banda”, dijo a Infojus Noticias una fuente con acceso al expediente. “Fraccionaba la droga con dos balanzas electrónicas de precisión, y las entregaba a los dealers”, detalló. Cuando la policía ingresó, encontró dinero, dos kilos de cocaína que se supone de máxima pureza –las pericias aún no lo corroboraron- balanzas y elementos de corte. También a Chávez, muerto con una bala 9mm en la boca.
El allanamiento matutino en ese departamento de Las Cañitas no fue el único. En ese mismo momento, la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal, bajo las directivas del juez federal Norberto Oyarbide y el fiscal federal Gerardo Pollicita, allanaba otros diez puntos en la ciudad y el conurbano: Ciudad Evita, Lomas de Zamora, Belgrano, Palermo, Vicente López y Olivos, y otro más en zona norte. Durante los primeros procedimientos los sabuesos hallaron documentación que permitió allanar otros cuatro departamentos.
El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, confirmó que en todos los operativos “se encontraron drogas”, y que la banda “vendía al menudeo cocaína, marihuana, LSD, crack, éxtasis y cristal”. Fueron detenidas diez personas, entre ellas la modelo dominicana Zahina Rojas Evangelista, de 27 años - por quien todo había empezado-, Rodolfo Andrés Bomparola, 41, hermano de la diseñadora de ropa y ex mujer de Franco Macri, Evangelina Bomparola.
Unas horas más tarde, la policía llegó a un departamento en planta baja de un edificio de la calle Entre Ríos 1371, en Olivos, donde se encontraron seis kilos de cocaína de alta pureza y una bolsa con dosis de metanfetamina. “Era el centro de acopio”, dijo Berni. Era el que una semana antes alquilaba Gastón Leandro Mercau y su esposa. Ambos fueron detenidos unas horas antes: Mercau tenía en su poder una camioneta BMW X6, valuada en 100.000 dólares.
“La modalidad era de pasamanos”, dijo una fuente de Seguridad. Mercau había estado involucrado en otra causa judicial en la que actuaba con idéntica operatoria, pero con otra banda. En aquella investigación no se le pudo encontrar droga, y fue excarcelado. En el living de su departamento allanado, los investigadores encontraron esta vez un nene desnudo de cuatro años. Era su hijo, que fue entregado horas más tarde a su abuela.
El otro allanamiento importante fue en el barrio 9 de Abril, de Lomas de Zamora. Apresaron a Ruth Haydeé Soria y a su marido, ambos bolivianos. Aunque no lo tienen probado, los investigadores judiciales sospechan que eran los proveedores de la droga. “No se investigó aún los posibles contactos de la banda, cómo entraban la droga por la frontera. Se llegó a los dealers y a sus proveedores”, explicó una fuente de la causa.
“Todos los que no tenían drogas en la casa, van a ser liberados desde la comisaría, más allá de que se siga investigando”, confió el mismo informante. Según él, quedaron ocho detenidos –que hoy estaban siendo indagados- y entre los liberados estaba Zahina Rojas.
Todo empezó en el mes de mayo, cuando los detectives de la Federal comenzaron a sospechar de los movimientos de la modelo en bares, restó y pubs de Las Cañitas, esa frontera exclusiva de Palermo. “Ella vendía en restoranes caros donde se cena y luego hay baile”, comentó Berni. En lugar de caerle encima, pidieron intervenir el teléfono con paciencia para iluminar otros eslabones más altos en el esquema de la banda. Oyarbide y Pollicita aprobaron la estrategia.
En las escuchas telefónicas, se reveló una cartera de clientes nutrida de la farándula, compradores opulentos y hasta personalidades políticas, cuyos nombres no fueron revelados. Una fuente judicial del caso reflexionó ante Infojus Noticias: “Esa era la característica destacada de la banda”.