La medida fue adoptada por la sala IV de la Cámara del Crimen. Los jueces rechazaron la apelación de la defensa de Javier Bazterrica, conocido mediáticamente como “Gigoló” y le trabó un embargo por 20 mil. Lo investigan por amenazas y robo a una mujer con la que convivió tres meses y por la estafa a otra, por alquileres de departamentos.
La Cámara del Crimen confirmó el procesamiento por estafas, amenazas y hurto agravado de Javier Bazterrica, conocido como el “Gigoló”, en una causa en la que se investigan dos hechos que habría cometido el mediático. Uno de ellos, por alquileres de departamentos a una mujer y, el otro, por amenazas y robo a una mujer con la que Bazterrica convivió tres meses y a la que le dijo llamarse “Máximo Blaquier”.
Los jueces de la sala IV de la Cámara, Alberto Seijas, Mariano González Palazzo y Carlos González –en una sentencia que se conoció hoy pero que fue firmada el 27 de octubre pasado–, rechazaron la apelación de la defensa de Bazterrica, a cargo de Alberto Van Autemboer y Gastón Matías Marano, y confirmaron el procesamiento del “Gigoló” y un embargo por 20 mil pesos.
“Entendemos que el análisis conjunto de la prueba recabada en autos, sopesada a la luz de la sana crítica, permite homologar el procesamiento y hacer avanzar la causa hacia la próxima etapa”, explicaron los jueces en la sentencia y dejaron en las puertas del juicio a Bazterrica.
“La lectura de los mensajes avalan el relato de la damnificada en torno a cómo sucedieron los acontecimientos y permiten atribuir al imputado los delitos de hurto agravado y estafa”, argumentaron los magistrados y agregaron con respecto a las amenazas que éstas “se encuentran corroboradas a partir de los referidos textos y los correos electrónicos, siendo ellos el medio por el cual se profirieron”.
“No no no chau”
María Laura Guerri estuvo tres meses conviviendo con Bazterrica, pero ella no lo conocía con ese apellido, ni con el nombre de Javier. Para Guerri, su pareja era “Máximo Blaquier”. A principios de 2012, se separaron pero Bazterrica se quedó con vario objetos de María Laura. “Un aparato ‘Home Theater’, una consola de juegos ‘Wii’ y dinero que le había prestado debido a la relación de confianza que los unía”, denunció ante la Justicia la mujer.
Incluso cuando ya estaban separados, Bazterrica retuvo una copia de la llave del departamento de Guerri. Así, logró entrar cuando la mujer no estaba presente y se llevó un reproductor de DVD y un accesorio para una notebook. Guerri tuvo que cambiar la cerradura y, entre marzo y abril de 2012, le realizó a Bazterrica una infinidad de reclamos para que le devolviera su dinero y el resto de sus cosas.
Esos reclamos fueron, sobre todo, a través de mensajes de texto, a los que el “Gigoló” respondió: “Vení al Sanatorio Las Lomas si querés tu plata”; “A sí ok quedate con mi ropa que yo me quedo con lo tuyo” (sic); y, ante el ofrecimiento de la denunciante de ir a retirarlas, “No no no chau”.
Amenazas en el email
En el expediente también se dio cuenta de las amenazas que Bazterrica le profirió a la mujer, tanto mediante mensajes de texto como vía email: “Te queda poco le conte a todos ahora agarrate (…) te hago mierda y luana te va a cagara trompadas y vamos a pasar por tu casa y la de tu mamá” (sic), le dijo en un correo electrónico enviado desde la casilla máximo.blaquier@hotmail.com.
La Justicia pudo comprobar que ese mail era manejado por Bazterrica por el cruce de mensajes de texto entre Guerri y el “Gigoló” y porque desde ese correo se realizó una reserva de un hotel a nombre de “Javier Bazterrica”. Para los jueces, este intercambio dista “de ser producto de una mera discusión de pareja y revisten de entidad suficiente para amedrentar a la víctima, máxime cuando esta misma indicó refiriéndose al imputado que ‘prefería evitar verlo a solas’”, dice la sentencia.
Estafa de alquiler
El otro hecho tiene que ver con una estafa a Marcela Norali Reyes en la locación de unos departamentos vía correo electrónico que, finalmente, no logró concretarse. La mujer presentó en la Justicia documentación que respaldó sus dichos. “El contrato de locación y el convenio de desocupación, el correo electrónico con el ofrecimiento de dos departamentos para alquilar y la impresión de tres fotografías supuestamente de dichas unidades”, se explica.
La mujer le dio a Bazterrica, con su padre como testigo, tres mil pesos en concepto de un mes de adelanto y depósito de garantía. Finalmente, logró reconocer al “Gigoló” a partir de fotos de él que encontró en Facebook.
GA/LL