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En la Plaza de Mayo, la gente se aglutinaba cerca de las pantallas más cercanas para ver hablar a Cristina Fernández de Kirchner, que hablaba desde el Museo del Bicentenario. Una mujer con su hija en brazos escuchaba y asentía con el ceño fruncido. Un hombre de bigote blanco, de unos 50 años, se agarró la barbilla y mira fijo la imagen que transmitía el LCD. "Escuchá, ¡está la Presidenta!",  le avisó un persona a otra por su celular. Miles de personas colmaron hoy la Plaza de Mayo para participar de los festejos por los 30 años de democracia en el país, con la presencia de destacados artistas populares.

Cuando Cristina salió al escenario principal, la Plaza estalló en un aplauso. Muchos levantaron los dedos en V. Otros tantos agitaron las banderas de las agrupaciones políticas y sociales que los representaban.

El himno no fue la clásica melodía: tuvo un ritmo más movedizo que de costumbre. Choque Urbano junto a la ganfarria de los Granaderos, que fueron los encargados de musicalizar la canción nacional. La gente acompañaba cantando y también moviendo las caderas de un lado a otro.

Mientras terminaba de tocar el Choque Urbano, los más jóvenes bailaban y las familias se iban acercando a los puestos de comida. "Vine a festejar los 30 años de la democracia, porque nos devolvió la libertad, la inclusión y el trabajo", contó Miriam, de 48 años. Es vecina de la villa 21-24 de Barracas y fue a la plaza con su hija de diez años.

"Estoy acá porque soy parte de esta política de derechos humanos, junto a las Abuelas y a las Madres". Lo dijo Horacio Pietragalla, que caminaba entre los militantes de la plaza. "No podía no estar. Son 30 años de democracia. Lamentablemente los primeros veinte muy poco fue lo que se cambió del statu quo que dejaron los militares. Hoy, estos diez años, esta década ganada, volvimos a poner a la democracia en el lugar que se merece", expresó.

"Es importante conmemorar esta fecha. Hoy la misma gente es la que agradece poder votar. La democracia es algo impresionante, aunque haya gente que no se dé cuenta y no la valore", reflexiona Marina, militante de 23 años.

Cristina, con la mano en el pecho, cantó desde el escenario con los artistas que se hicieron presentes en el acto. La melodía terminó con una explosión de fuegos artificiales. Tras el discurso, artistas que participaron de las celebraciones por los 30 años de democracia resaltaron las palabras de la jefa de Estado y expresaron su repudio a la extorsión que implican las protestas de las policías en las provincias. 

"Más allá de los últimos sucesos, la gente siente en el fondo que la democracia llegó para quedarse, que este sistema no va a ser cambiado por ningún otro y que las ideas se cambian simplemente a través de las urnas y no hay ninguna otro método para que ello suceda", manifestó el actor Pablo Echarri. Y agregó: "En otro tiempo, expresarnos como lo estamos haciendo ahora hubiera tenido consecuencias nefastas".

La actriz Cristina Tejedor manifestó que "esto que pasa de los saqueos es muy triste porque es una maniobra política. Me hago cargo de lo que digo, por eso tenemos que festejar este día democráticamente todos los argentinos, porque yo viví esa época terrible de la dictadura que se llevó muchos amigos".

Por su parte, el actor Luis Machín afirmó que "la Presidenta destacó las coincidencias y no las diferencias, es un momento de construcción por muchos años más de democracia, por todo el resto de nuestras vidas, de nuestros hijos y nuestros nietos". Esther Goris aseguró que "a pesar de todo lo que está pasando nunca más ningún golpe cívico militar va a interrumpir la democracia y la vida de los argentinos".

Pasadas las 21 el rock dijo presente en el escenario principal. No estaban anunciados. Por eso las expresiones fueron de sorpresa cuando la conductora del acto anunció a La Renga. El publicó se agolpó lo más cerca del show que pudo. La banda, emblema del rock nacional, unió generaciones que corearon sus temas. Cerca del Cabildo, padre e hijo -con la bandera argentina como capa- cantaron a dúo "La razón que te demora". Fanáticos y no tanto disfrutaron del espectáculo y los clásicos de la banda.

Cuando el folklorista Chango Spasiuk subió al escenario después del discurso de la Presidenta, alrededor de la Plaza muchos improvisaron pasos de chacarera. "Celebrar no es entretenimiento, es pensar en voz alta entre todos", aseguró Spasiuk. Otros disfrutaban del menú de los puestos. Muchos recién arribaban. "Estos últimos diez años la Plaza cambió. No es la misma del 2001. No hay que olvidarse de eso", dijo Mariano, un joven militante que llegó del sur del conurbano.

También desfilaron por el escenario dos presencias habituales de la canción testimonial como los cantautores Teresa Parodi y Víctor Heredia, cultores de una prosa comprometida y arraigada en las tradiciones estéticas de las provincias.

 "Vinimos a la Plaza a ratificar el compromiso con la democracia. Por eso queríamos estar presentes en esta fiesta", dijo Heredia al terminar su faena en el escenario. "Democracia siempre. Hay que decirle no al vandalismo; no a los desestabilizadores", agregó Parodi.

Heredia y Parodi repasaron sobre el escenario montado en la Plaza de Mayo parte del repertorio asociado a las últimas tres décadas de democracia. "Esa musiquita", "Razón de Vivir" y "Todavía cantamos" fueron algunos de los hitos que interpretaron los artistas. 

De las calles laterales proviene el sonido de bombos y redoblantes. Están presentes las agrupaciones políticas de Unidos y Organizados, sindicatos, colectivos de arte y hasta asociaciones de ajedrecistas. En la plaza se mezclan todos: chicos jugando, jóvenes con pechera, maestros con delantal, mujeres embarazadas y vendedores ambulantes que pasan con gaseosas o golosinas. Dos chicas se pasean vestidas con traje de murgueras.

La Plaza de Mayo se ve llena de banderas. Se destaca la figura del rostro del ex presidente Néstor Kirchner que decía: "Millones de lágrimas censadas. Censo del Bicentenario". Los más jóvenes permanecen cerca del escenario principal montado de espaldas a la Casa Rosada, en el que se presentan artistas populares de diferentes géneros. Tango, folklore y cumbia fueron los ritmos de los festejos.

El segundo escenario, montado de espaldas al Cabildo, está escoltado por dos pantallas gigantes en las que se pueden leer la consigna convocante: "Fiesta Popular. Democracia para siempre" y se transmiten videos sobre la asunción de los expresidentes desde la restitución democrática.

Caída ya la noche la gente seguía llegando a la celebración y se sumaban a la ola humana que ocupaba el espacio. "La democracia también la festejamos cantando", anunciaban las pantallas.

A las 22, llegó una de las presentaciones más esperadas. Como si fuera una enorme piñata, los acróbatas de Fuerza Bruta salieron de adentro de una cápsula blanca que volaba sobre la Plaza, dejando cae cientos de globos de colores y papel picado. A continuación, empezó a cantar Gustavo Santaolalla con el dúo Man Ray.

Cuando anunciaron a León Gieco, jóvenes y adultos aplaudieron emocionados. Levantando las manos cerca del escenario, o sentados en el piso frente a las pantallas, cantaron cada una de las canciones. Como Nélida, una enfermera que bailó cada canción. "Creo en la democracia y vine a defenderla. Tengo 71 años y viví la dictadura", dijo.

Pasadas las 23, miles de personas seguían en la Plaza. Empezaba a sonar Horacio Guarany con el Chaqueño Palavecino. La fiesta no terminaba. Quedaba más. Los treinta años de la democracia lo merecían.