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Adriana Giogiosa llamaba todos los días a su familia en Argentina. Vivía en una habitación alquilada en la ciudad de Majadahonda, en Madrid, hacía años. Pero un día cortó la comunicación telefónica: empezó a mandar Whatsapps, decía que se había ido de viaje y que no había ninguna novedad. A sus parientes les pareció sospechoso. El 30 de marzo fue al trabajo, pasó por la casa de la vecina para buscar una computadora portátil y nadie más supo de ella. Cuando la familia la fue a buscar, no la encontraron e hicieron la denuncia. La policía investiga al dueño del cuarto que alquilaba: la hipótesis es que la descuartizó y la tiró a la basura. El hombre de 32 años está detenido con prisión preventiva por su desaparición y las autoridades están buscando a la mujer en los basureros madrileños.

El 6 de abril la familia denunció que Adriana Giogiosa no estaba. La Guardia Civil contactó a todos los parientes para saber si la mujer de 55 años había vuelto a la Argentina, pero nadie la había visto. La policía fue a la casa en el barrio La Sacedilla y el propietario de la casa no los dejó pasar. Volvieron con una orden del juez. Cuando entraron al lugar, el piso estaba cubierto de plásticos y había latas de pintura. “¿Estás pintando?”, le preguntaron los oficiales. Según las mismas fuentes, la mitad del departamento estaba recién pintado y en una de las habitaciones encontraron manchas de sangre y restos de dientes. Durante los interrogatorios policiales, el hombre se contradijo y tuvo imprecisiones. La policía lo detuvo y fue puesto a disposición judicial.

Ahora los oficiales del Grupo de Homicidios de la Guardia Civil buscan el cadáver de la mujer en los contenedores de la zona y en un basural de la ciudad madrileña de Pinto. El hermano de la mujer viajó a España para colaborar con la policía y facilitar el cotejo de las pruebas de ADN que hayan tomado en la vivienda.

Algunos vecinos del barrio La Sacedilla se sorprendieron con la noticia de la desaparición de la mujer. “Suele ser un barrio muy tranquilo”, dijeron en una entrevista al diario español El país. Otros aseguran que el hombre de 32 años es el responsable por el crimen de Adriana Giogiosa. Genoveva García dijo que el presunto homicida tenía una picadora industrial en la planta baja de su casa y que pintó las paredes para tapar la sangre de la víctima. Julián Barrio dijo que el hombre tenía problemas psicológicos y que el hermano se suicidó hace unos años. La mujer que vive al lado del departamento de Giogiosa, Paula Sánchez, contó que un amigo vio al propietario cuando estaba tirando bolsas de basura sospechosas que agarraba con cuidado para que no se abrieran.

Pero el hombre de 32 años era un completo desconocido para todos los vecinos del barrio. La propietaria de la casa era la tía del joven. Según su sobrino, la mujer vive en una residencia hace años. El hombre acusado del crimen mostró a la policía un documento donde la mujer le cedía el departamento e incluía la posibilidad de alquilarlo. El papá del detenido dijo que hace cuatro años que la familia no tiene contacto con la dueña. La policía todavía no pudo localizar a la mujer y creen que también está desaparecida.

Las autoridades no sólo van a investigar la desaparición de Adriana Giogiosa y de la propietaria de la casa. La Guardia Civil está buscando a todos los inquilinos, en especial mujeres, que hayan pasado en los últimos años por la casa del hombre de 32 años. Quieren cotejar las denuncias de desaparecidas por la zona por si cuadran en el perfil de posible víctima del detenido. 

JM/SH