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Infojus Noticias

12-8-2015|15:20|Educación Nacionales
Les ofrecen ser tercerizados

Docentes porteños presentaron un amparo para seguir dando clases

Integran el equipo del centro educativo Construyendo Sueños, que funciona en el Barrio Fátima, en Villa Soldati. Sus salarios eran sostenidos por el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires pero todos fueron cesanteados.

  • Télam
Por: Ana Soffietto

Desde hace ocho años, en el centro educativo Construyendo Sueños que funciona en la manzana seis del Barrio Fátima más de 160 niños, niñas y adolescentes hacen talleres de música, teatro, huerta, carpintería, manualidades, arte, folclore, reciclaje, defensa personal, deportes, y sobre todo reciben la atención y el cariño de 16 maestros y maestras. Pero todo eso hoy está en peligro. El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, hasta ahora responsable por los salarios de los docentes y coordinadores, de pronto decidió cesantearlos. A través de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), el equipo del centro presentó ayer un recurso de amparo ante la Justicia porteña para frenar la decisión del gobierno porteño. “A pesar de lo que nos pasa, seguimos trabajando”, dijo a Infojus Noticias Zulma, una de las coordinadoras del centro.

Los maestros del centro están movilizados desde mayo, cuando empezaron a recibir advertencias del Ministerio de Educación de que sus contratos iban a finalizar. A través de llamados telefónicos, les avisaron que ya no iban a recibir su sueldo como empleados del gobierno porteño. “La propuesta era una tercerización: que el centro consiguiera un ONG, el gobierno giraba un pago a la ONG y esta los contrataba como monotributistas”, dijo a esta agencia Ariel Sánchez, secretario de UTE. “Mil veces planteamos que no lo podíamos aceptar. Lo único que nos dijeron fue que la decisión estaba tomada. O los docentes aceptaban o se quedaban sin trabajo”, agregó.

“Hicimos movilizaciones al Ministerio, radios abiertas, afichadas, talleres abiertos con los chicos y los papás, dejamos petitorios, pedimos que nos reciban, que nos visiten, pero nunca nos llamaron”, dijo Zulma a esta agencia. El sábado 1 de agosto finalmente se encontraron con que el sueldo del último mes no había sido depositado. Sin aviso previo, ya los habían cesanteado.  “Por más que pidas reunión, la forma de trabajar de ellos es no dar información, es todo mentira que te escuchan. Por lo menos que vengan, vean el lugar y saquen conclusiones con sus propios ojos. El Estado ya no se hace cargo”, dijo a esta agencia Fidelina, otra de las coordinadoras.

“Nuestra política es la de cuidar a nuestros jóvenes”

Era 2003 cuando un grupo de padres y madres se reunió en la capilla del barrio con la hermana María, todos preocupados por las balas policiales y la droga que estaba matando a los chicos y chicas de Fátima. “En un mes habían muerto nueve jóvenes”, dijo Fidelina. No tenían nada, pero estaban seguros que algo había que hacer. “Lo único que había era falta de trabajo y chicos muriéndose en la calle”, recordó Fidelina.

Con la primera ayuda de la fundación Misión Marianista consiguieron el terreno y comenzaron a edificar. Lograron terminar con la ayuda del gobierno porteño, por entonces a cargo de Aníbal Ibarra. Recién en 2007 pudieron abrir las puertas y el por entonces cardenal Jorge Bergoglio participó de la inauguración. Diferentes organizaciones sociales colaboraban con todos los materiales y alimentos que necesitaban y el Ministerio de Educación se hacía cargo de los sueldos de las cuatro primeras coordinadoras del centro. Zulma y Fidelina eran dos de ellas. Hoy ya son 16.

El centro Construyendo sueños se llenó enseguida de jóvenes. “Ya pasaron muchas generaciones, algunos ya vienen con sus chiquitos. Nos da gusto y también aprendimos un montón de ellos, compartiendo cosas”, dijo Fidelina. “No trabajamos con partidos políticos, nuestra política es la de cuidar a nuestros jóvenes”, agregó.

Para Fidelina, el principal trabajo del centro es dar contención. “A veces necesitan un abrazo. Tienen mucha violencia y abandono encima y eso duele”, dice. Hace poco uno de los jóvenes que pasó por ahí se acercó para saludarlos y agradecer. “Me acuerdo que yo venía con una bronca… Quería matar a todo el mundo. No sé por qué.  Gracias a ustedes salí de la droga. Ahora voy a  hacer buceo y cuando sea profesional se lo voy a dedicar a ustedes”, les dijo el joven.

Pero desde este año, todo el trabajo construido por Construyendo Sueños empezó a peligrar. En pleno conflicto y sin salario, todo el equipo continúa con sus labores pero no están dispuestos a perder sus derechos como trabajadores. Para Fidelina la situación es clara: “este gobierno no está de acuerdo con nosotros, la pobreza y los jóvenes no son prioridades para ellos”

Infojus Noticias se comunicó con el área de Educación del gobierno de la Ciudad, pero no obtuvo respuesta.

AS/PW

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