Carlos Svanossi tiró abajo las casas que dos parejas estaban construyendo en el barrio “Los Cachorros”, en La Plata. Dice que los terrenos son suyos gracias a una figura legal poco conocida: usucapión. Es cuando una persona toma posesión de un predio durante un tiempo y si no es reclamado por nadie reclama la titularidad del lugar. Infojus Noticias confirmó que en la justicia platense no existe ningún juicio de ese tipo a su nombre.
La mañana del 23 de septiembre Ariel Camacho, Idelmar Ormazábal y Mariela Gregorio se encontraron huyendo de una camioneta blanca en plena Ruta 2. Un rato antes, habían llegado al barrio Los Cachorros –a la altura del kilómetro 63, en Echeverry, La Plata-, con un escribano para hacer un acta de constatación. Los terrenos de sus viviendas en construcción fueron usurpados y habían intentado tirar abajo algunas paredes con una masa. Jamás imaginaron que el panorama con el que iban a encontrarse sería a su vecino, Carlos Svanossi, tirando abajo las construcciones con una topadora.
Ellos llegaron en el mismo momento en que la topadora demolía una de las paredes de sus casas. En medio del rally, a Ariel le rebolearon una máquina cortafierros que amortizó un alambrado, sino le hubiera destrozado la cabeza. Después de eso vino la persecución por la ruta. El sueño de su casa propia se convirtió en una película de acción.
Un año antes, el 22 de octubre de 2013, había ocurrido el octavo sorteo del Plan Pro.Cre.Ar. Para la pareja de Ariel Camacho y Mariela Gregorio, y la de Idelmar Ormazábal y Emilia Bertarini, significaba la posibilidad de acceder a tener una casa propia. Desde antes de saber si iban a salir sorteados estaban buscando terrenos para sus casas. Se habían puesto en contacto precisamente por eso. El tío de Emilia trabajaba con Ariel, y como las dos parejas buscaban terrenos, empezaron una búsqueda conjunta. A través de una inmobiliaria de Chascomús llegaron a “Los Cachorros”.
Los eucaliptus, el paisaje y la belleza del lugar no los hizo dudar: en febrero de este año ambas parejas compraron los terrenos. El 30 por ciento de sus casas fue construido por los mismos albañiles y el proyecto fue llevado a cabo por el mismo arquitecto. Les parecía más prolijo y así compartían costos. Tenían todo pensado para que no hubiera ninguna traba burocrática ni económica que pudiera hacer que algo salga mal.
Svanossi era un vecino que hacía 32 años que vivía en el barrio. El mes pasado, convencido de que los terrenos eran de su propiedad, tiró abajo las construcciones. Ante la prensa, alegó tener un juicio por usucapión. Es una figura legal bajo la cual si una persona comprueba que ha tomado posesión de un bien mueble o inmueble durante un período de tiempo determinado, y no es reclamado por otros dueños, se le otorga del derecho de tenencia sobre la propiedad.
“Don Topadora”, como lo apodaron, asegura tener iniciado el pedido de usucapión de los terrenos que se encuentran enfrente a su propiedad. Dijo que presentó los papeles en 2010 y que en 2013 le aceptaron la presentación. Infojus Noticias confirmó que en los tribunales de La Plata no existe ningún juicio por usucapión a su nombre. Lo que sí hay es un intercambio de denuncias cruzadas entre las dos parejas y el vecino. Y un planteo de competencia presentado ante el Juzgado de Garantías N°5 para ver a cargo de qué fiscalía quedarán las causas por usurpación y daños presentadas contra Svanossi.
La ciudad de La Plata, al igual que muchas otras del conurbano bonaerense, expandió sus márgenes, como consecuencia del aumento demográfico de los últimos años. Sobre la vera de la Ruta 2 se multiplican los barrios privados y countries.
Otros vecinos del barrio contaron a Infojus Noticias que no es la primera vez que hay inconvenientes con las propiedades en el barrio “Los Cachorros”. A fines del año pasado una seguidilla de robos e incendios hicieron que sospecharan que las tierras en las que viven se encuentran bajo la mira de la especulación inmobiliaria.
Y confirmaron es que no es la primera vez que Svanossi tiene inconvenientes por terrenos que asegura que son de su propiedad. Este año habría ofrecido dinero a un vecino para que derribara las viviendas en construcción por el plan Pro.Cre.Ar, para no ser él mismo el encargado de destruirlas.
La mañana del 17 de septiembre a Camacho le sonó el teléfono. Del otro lado de la línea el arquitecto a cargo de la construcción de su casa le dio una noticia: estaban quitando el alambrado de su terreno y reemplazándolo con alambre olímpico. Salió junto al arquitecto –al que le habían dado aviso los albañiles- para el terreno. Antes frenó en la comisaría 15° de Olmos. No sabía con qué panorama se iba a encontrar, quería que la policía lo acompañara. Los oficiales le dijeron que vaya, que tenían que cargarle nafta al patrullero. Uno de los albañiles llamó y les dijo que se apuraran porque estaban alambrando todo.
Cuando Camacho llegó se quedó paralizado “No me podía defender ni verbalmente. Sin ninguna prueba, Svanossi dijo que era el dueño del lugar y estaba alambrándolo. El patrullero nos mandó a los dos a hacer las denuncias correspondientes. Cuando a la tarde pasaron nuestras familias para ver cómo estaba ya habían alambrado todo”, relató aInfojus Noticias.
Ese día tenía en la mano la escritura de su casa. Es el único papel con validez legal que acredita quién es el dueño de una propiedad. Para lo único que le sirvió fue para realizar la denuncia en la comisaría y en la fiscalía número 5 de La Plata.
Desde ANSES de La Plata aseguraron que es el único caso de conflicto con los terrenos en donde se construyen viviendas con el plan Pro.Cre.Ar. Aunque desde el organismo informaron que el Banco Hipotecario no va a reclamar los montos de dinero desembolsados hasta el momento, para estas dos parejas no parece ser una solución ni a corto ni a largo plazo.
“Es lamentable que ocurran este tipo de cuestiones. Por eso, vamos a ser querellantes en la causa y le vamos a pedir a la justicia que actúe con todo el peso de la ley”, dijo el titular de la ANSES, Diego Bossio, en un comunicado de prensa.
La casa de Svanossi está en la manzana de enfrente a la de las futuras casas, o las montañas de ladrillos y cemento, en que se convirtieron las viviendas de Ariel, Mariela, Idelmar y Emilia. Es una zona casi rural en las afueras de La Plata. Si el viento sopla fuerte se pueden escuchar las conversaciones de los vecinos. Pero los árboles, la tranquilidad y el paisaje, ya no parecen ser suficientes para convencerlos de que deseen vivir en Los Cachorros.
Las amenazas, la invasión, la persecución, la seguidilla de denuncias, hicieron que las parejas no quieran saber nada con vivir allí y tener de vecino al tipo que con una topadora derribó algo más que las paredes de sus casas.