Guillermo Caldera mató en 2003 a Bárbara Tiscornia de un disparo en la cara. Sus familiares lo ayudaron a deshacerse del cadáver y de las pruebas que lo vinculaban al hecho. Sin embargo fue condenado a 13 años de prisión, pena que se redujo a 10 luego de una apelación. Su padre es médico y será juzgado a partir del 24 de agosto por abandono de persona seguido de muerte por no haber asistido a la chica.
Desde arriba, en el acantilado, el pescador pudo ver el cuerpo de la chica envuelto en mantas y bolsas, entre las piedras y las olas del mar. Bárbara Tiscornia tenía 20 años y Guillermo Caldera, un chico de su edad con el que tenía una relación, le disparó en la cara. Lo que la Justicia logró reconstruir es que la noche del 22 de abril de 2003 Guillermo y Bárbara se encontraron en la zona de Constitución y la costa, en Mar del Plata. Él la invitó a un departamento, no muy lejos de ahí. No se supo por qué, lo cierto es que entre la 1.30 y las 2 de la mañana del 23, el joven apoyó una pistola en el mentón de la chica y disparó.
Julio Razona, abogado que representó a la familia Tiscornia durante el largo proceso judicial que terminó con Guillermo condenado por el homicidio, contó a Infojus Noticias que hubo vecinos que escucharon el estampido y poco después las voces de dos personas adultas discutiendo. Las pericias realizadas sobre los teléfonos demostraron que Guillermo llamó a su casa y que su papá, el médico Jorge Caldera, llegó al lugar en dos minutos.
Lo que también demostraron las pericias es que Bárbara todavía estaba viva. “Los médicos legistas coinciden en que estuvo viva por lo menos 15 minutos después del disparo”, explicó Razona. Y agregó: “El doctor Caldera llegó al lugar en dos minutos y en vez de asistirla, teniendo en cuenta que es médico, o de llamar a la ambulancia ayudó a deshacerse del cuerpo”.
Es que según pudo reconstruirse en el expediente, Jorge y Guillermo Caldera envolvieron a la chica entre frazadas y bolsas. Juntos la bajaron para cargarla en el baúl del Mercedes Benz negro del médico. Antes de salir para deshacerse del cuerpo, hubo otro llamado. Esta vez, del mayor de los Caldera a sus padres. Razona explicó que fueron ellos, los abuelos del asesino, quienes fueron al departamento y, lavandina en mano, limpiaron la escena del crimen. “Encontramos sangre debajo de las tablas del parquet”, contó el abogado y enseguida explico que la conducta no es punible: “No hay posibilidad de hablar de encubrimiento, son familiares directos del autor”, explicó.
La sobrevida de Bárbara
La investigación llegó a Caldera enseguida. Sin embargo no pudieron detenerlo porque se había dado a la fuga. Siete meses después de eludir su pedido de captura, se entregó con las cámaras de los medios marplatenses como testigo. El Tribunal Oral Criminal –integrado por los jueces Hugo Trogu, Daniel Adler y Eduardo Alemano– condenó en 2005 a Guillermo Caldera a 13 años de prisión por el asesinato de Bárbara.
Su defensor, el abogado Mariano Ayesa, apeló la sentencia y el 20 de diciembre de 2007, el Tribunal de Casación modificó el fallo de primera instancia y resolvió bajar la pena a 10 años y ocho meses. La defensa interpuso un recurso ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense. En noviembre de 2009, el Tribunal de primera instancia le otorgó la excarcelación al considerar que al no haber sentencia firme, los casi 6 años de prisión que llevaba excedían el “tiempo razonable” de la prisión preventiva.
Durante el juicio oral surgieron elementos que permitieron abrir una nueva causa con Jorge Caldera como imputado. El delito: abandono de persona agravado seguido de muerte. La sobrevida de Bárbara y la condición de médico del hombre fueron la base para que Razona pidiera que se investigara esa arista del caso. “Los peritajes demostraron que Bárbara deglutió sangre y que solo pudo hacerla estando viva”, explicó Razona. Otra prueba que demostró la sobrevida fue la cantidad de sangre que tenía la ropa de la chica.
La instrucción de esta causa hasta su elevación a juicio estuvo en manos del fiscal Mariano Moyano. A pesar de las apelaciones presentadas por el defensor Eduardo Toscano, la justicia definió que la cuestión se dirima en el debate que comenzará 23 de agosto. En esta instancia, el Ministerio Público estará representado por Alejandro Pellegrinelli. “Será un juicio en el que lo técnico pericial tendrá mayor importancia que todo lo demás”, sintetizó el abogado de la familia Tiscornia. Están previstas cuatro audiencias antes del que el tribunal dicte sentencia.
Jorge Caldera fue juzgado en el debate oral en el que se condenó a su hijo por el delito de coacción agravada. Los cargos fueron por supuestas amenazas a testigos del crimen de Bárbara. El tribunal decidió absolverlo.
JC/RA