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“Está muy bien, con muchas ganas. Está entrenando de manera particular, esperando la resolución de la causa. No está escuchando las pavadas que dicen”, dice Oscar Moyano, el abogado que –se dijo- cambió la estrategia judicial de Pablo Migliore y logró que, por el momento, abandonara la cárcel. Ese día desembolsó 500.000 pesos y dejó atrás cuarenta días de detención en el Penal Federal de Ezeiza. Y aunque sigue procesado por encubrir al N° 2 de la barrabrava de Boca en el asesinato de un hombre de 58 años, quiere seguir jugando a la pelota. Parece que su destino será muy lejos: el Dínamo de Zagreb, en la remota Croacia.

 

“Le pedimos un permiso para salir unos días, por una invitación, para negociar su incorporación al club”, dice Moyano. El arquero espera la resolución del juez Manuel De Campos con un pasaje de avión abierto por cinco días.

 

La bronca 

 

El 31 de marzo de 2013 no fue un buen día para el arquero. A los 36 minutos del primer tiempo, el mediocampista de Newells, Maxi Rodríguez, lo venció con un tiro cruzado del que su equipo San Lorenzo no pudo reponerse. Después del partido, la policía montó un operativo en el estacionamiento del estadio dónde sólo jugadores, asistentes y dirigentes pueden dejar sus autos. Allí lo esperaban un juez con una orden y una división de la policía Federal para llevarlo detenido.

 

Los problemas para Migliore, se enteró en la comisaría, habían empezado mucho antes: cuando el perro de Ernesto Cirino, un hombre de 58 años que vivía en Mataderos, orinó la vereda de otro hombre que se llamaba Gustavo Petrinelli. Podría haber sido una discusión de vecinos, pero –para desgracia del primero- Petrinelli era el cuñado del jefe de la barra de Boca, Mauro Martín. El 6 de agosto de 2011, él, su cuñado Mauro Martín, Maximiliano Mazzaro y Daniel Wehbe, otro barra de La 12, atacaron a golpes al dueño para escarmentar la insolencia del perro. Cirino murió dos días más tarde en la cama de un hospital.

 

Unos meses más tarde, Mauro Martín y su cuñado Gustavo Petrinelli fueron detenidos. Mazzaro y Wehbe continúan prófugos. Por encubrir a Mazzaro, dos años más tarde, en el estacionamiento del Nuevo Gasómetro, Migliore sería subido en la parte trasera de un celular. Había una escucha telefónica en la que el barra hablaba con un mecánico para que le prepare un auto que lo ayude a mantenerse en la clandestinidad, y mencionaba al arquero. Además le habría dado dinero, teléfonos y contactos. “Le presenté a un mecánico, no a un traficante de armas”, se defendió el jugador.

 

El arquero de San Lorenzo pasó detenido 40 días en la cárcel de Ezeiza, un penal federal de máxima seguridad. Allí, el fiscal y el juez de la causa negaron su excarcelación. “Aún cuando no hubiera lógicamente ningún peligro de fuga, si podía entorpecer la investigación, porque parecía que su encubrimiento era parte de la red que lo mantenía prófugo a Mazzaro, con quien se mantenía en buenos términos”, evoca una fuente de la investigación.

 

Un cambio de abogados –asumieron su defensa Oscar Moyano y Gonzalo Oliver Tezanos- trajo un giro en la estrategia judicial: alegaron que el artículo 277 del Código Penal sobre encubrimiento, exime de “responsabilidad criminal los que hubieren obrado en favor del cónyuge, de un pariente cuyo vínculo no excediere del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o de un amigo íntimo o persona a la que se debiese especial gratitud”.

 

Ese supuesto vínculo estrecho, como reveló Infojus Noticias, se remonta a Almirante Brown. Roberto Migliore -tío del arquero- llegó a ser uno de los máximos goleadores del club en la década del 80. Cuentan que Mazzaro intentó copar la barra el año pasado. Cuando en junio de 2012 Rafael Di Zeo salió de la cárcel, Mauro Martín y Maxi Mazzaro se vieron venir una nueva disputa por la dirección de La 12. Mazzaro armó, en ese momento, una facción de la barra de Brown que se conoce como “Banda Monstruo”. Mazzaro compró banderas, bombos y trajo su propia gente de La 12. Entre ellos, al hermano del arquero, Fernando Migliore. La “Banda Monstruo” enfrentó a los jefes de la barra de Brown. Hubo tiros y corridas, pero perdieron la batalla. No pudieron entrar al negocio. Se dice que Migliore, que desde chico va a la cancha de Brown, podría haber financiado la operación que le salió mal a Mazzaro.

 

Sin embargo, desde otros despachos por los que pasa el expediente opinan distinto. Es que Migliore, en su ampliación declaratoria, dijo que no sabía de qué trabajaba Mazzaro, a qué se dedicaba, si se iba de vacaciones, etc. Tampoco sabía si vivía con su esposa. “En definitiva, muy íntimos no parecen”, deslizan. 

 

Ahora, en medio de rumores de elevación a juicio, su abogado pidió una excepción de falta de acción, porque “no hubo delito, y si lo hubo, está exento de responsabilidad penal por su amistad con Mazzaro”. En Boca y en San Lorenzo, dicen, los problemas de polleras con los barras lo pusieron en una situación incómoda. Y el arquero sabe que debe volar bien lejos para poder seguir atajando.