La Presidenta inauguró las sesiones con un discurso que repasó los ejes centrales de su gestión. Desde los palcos y la plaza fue apoyada por orgnizaciones militantes kirchneristas. Lo que dejó una jornada que marcó la agenda en el inicio del fin de semana largo.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner inauguró el 132º período de sesiones ordinarias con un mensaje ante la Asamblea Legislativa. En su discurso, se refirió las iniciativas que impulsará este año el Poder Ejecutivo y realizó un balance de las políticas instrumentadas en la última década.
Por séptima vez consecutiva, la mandataria concurrió este sábado al mediodía al Congreso Nacional. Fue recibida por una movilización de militantes de distintas organizaciones kirchneristas que renovaron su respaldo al proyecto político que aplica el gobierno nacional desde que asumió desde el 2003.
“Siempre es muy importante la presencia de la Presidenta de la Nación”, le dijo Edgardo Depetri a Infojus Noticias. Y agregó que “seguramente va a ratificar el rumbo del proyecto nacional”. A las nueve y media, era uno de los pocos diputados que hacía tiempo afuera. Ya en el interior del Palacio legislativo, el diputado Andrés Larroque afirmó: “vamos a ir por más” y resaltó que la gestión de Cristina Fernández gobierna “con potencia”.
El operativo de seguridad había comenzado anoche. La Policía Federal dispuso vallados a varias cuadras a la redonda y restringió el paso durante toda la madrugada. Algunos lograron superar el escollo y se escabulleron para llegar a la Plaza de los Dos Congresos. Comenzaron a colgar algunas banderas en los lugares más visibles, hasta que salió el sol. A las siete de la mañana ya había militantes ocupando espacios en la plaza. Cerca de las nueve, comenzaron a llegar diputados y senadores.
Los legisladores no lograron escapar a los controles para el ingreso. Debían pasar varios vallados antes de llegar al edificio y no siempre eran reconocidos por los efectivos de seguridad. Personal administrativo de ambas cámaras, empleados encargados de la logística y la organización del acto, trabajadores de prensa e invitados especiales mostraban una acreditación para poder ingresar. Era de distinto color según la función del acreditado, y se exigía llevarla colgando del cuello y siempre visible. La circulación era tanta que el personal de seguridad apenas observaba el color para decidir si permitía el paso.
La jefa de Estado ingresó al Parlamento y fue recibida por dos comisiones de legisladores. La bienvenida se a dieron el vicepresidente Amado Boudou; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el flamante presidente provisional del Senado Gerardo Zamora. Minutos antes, el presidente del Senado -Amado Boudou- había inaugurado la sesión de apertura y anunciado un cuarto intermedio a la espera de la Jefa de Estado.
La Presidenta firmó el Libro de Honor del Congreso, y conversó unos instantes con las dos integrantes del cuerpo de granaderos que la escoltaron en forma protocolar. Las jóvenes mantenían la postura y la formalidad a pesar de los comentarios de la Presidenta. “Vos tenés que tener los brazos así todo el tiempo, ¿no?”, le preguntó a una de ellas. Segundos después, atravesó el salón de los Pasos Perdidos para llegar al recinto de la Cámara baja.
Los invitados iban ocupando las galerías reservadas desde muy temprano. Todos sonreían. Subían por las escaleras y preguntaban cómo llegar a cada palco. En el Salón de los Pasos Perdidos la prensa se amontonó esperando que pasara la mandataria, para tomar imágenes antes del ingreso al recinto. Algunos de los diputados se mezclaron con los periodistas, fotógrafos y camarógrafos, pero pasaron inadvertidos. Ricardo Alfonsín (UCR) permaneció más de media hora en el salón. Hermes Binner (Partido Socialista) y Néstor Pitrola (FIT) también deambulaban entre las cámaras.
A las diez de la mañana, una comitiva de cadetes de la Federal apareció en el primer piso. Eran cerca de cincuenta efectivos vestidos de blanco, que se perdieron por los pasillos con paso marcial. Luego escoltaron a la Presidenta junto a los granaderos, cuando atravesó el Salón de los Pasos Perdidos. El operativo de seguridad dispuesto en el edificio estuvo a cargo de la custodia oficial de la presidencia, coordinada por la Casa Militar. De vez en cuando el personal del Congreso apostado en los pasillos recibía alguna orden de los jefes que todos los días se desempeñan en Casa de Gobierno.
Durante el discurso
“Un poquito de control popular no le viene mal a nadie”, expresó la Presidenta cuando se refirió a la frustrada reforma de la ley orgánica del Consejo de la Magistratura. La senadora macrista Gabriela Michetti no se inmutó. Minutos antes, la diputada Patricia Bullrich -sentada junto a Michetti al fondo del recinto- observaba con mucha atención el rostro de la Presidenta: a falta de anteojos, utilizó prismáticos. La imagen quedó grabada en la retina de los técnicos y periodistas que seguían el acto desde el Salón de los Pasos Perdidos, y pasó a ser tema de conversación.
El periodista Pablo Marchetti, esposo de la diputada Victoria Donda, reía con amigos suyos sentado cómodamente en el pequeño sector de cafetería del primer piso. Aunque dos televisores transmitían el mensaje de la jefa de Estado, el ex redactor de la revista Barcelona no prestaba demasiada atención. Christian Castillo, legislador de la provincia de Buenos Aires, almorzaba sánguches y canapés en el Salón Delia Parodi, reservado para el catering y atestado de periodistas.
Instantes después de terminado el discurso, los jóvenes que habían copado la segunda galería en el recinto de la Cámara baja fueron por las escaleras cantando y saltando.
“Lo felicito, ministro”
Al salir, funcionarios, legisladores y militantes del kirchnerismo se saludaban en las puertas, escalinatas y veredas del Congreso. Los abrazos y cánticos apenas eran interrumpidos cuando los jóvenes posaban con Agustín Rossi, Florencio Randazzo y otros ministros para sacarse una foto. Uno de ellos recordó que el ministro del Interior y Transporte hoy cumple 50 años, y comenzó a cantar el “feliz cumpleaños”. La diputada macrista Cornelia Schmidt-Liermann interrumpió el momento y se acercó a saludarlo: “ministro, quiero felicitarlo por el 0800 que personalmente he llamado y funciona muy bien”. Se refería al servicio telefónico que permite obtener un turno para tramitar el DNI y Pasaporte argentinos.
Después del cierre
Al finalizar su discurso ante la Asamblea Legislativa, la presidenta inauguró réplicas de las esculturas de Lola Mora en la explanada del Congreso Nacional. Las obras emulan dos obras de la artista argentina que le fueron encargadas para ornamentar el nuevo edificio parlamentario a principios del siglo pasado. Desde 1907 estuvieron frente al Palacio, pero las críticas terminaron por desterrarlas. Fueron condenadas al olvido, y hoy se encuentran en la legislatura jujeña.
El presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, afirmó que “las obras de Lola Mora restituyen la conformación histórica patrimonial del Congreso Nacional” y remarcó que “es un símbolo de recuperación de la memoria histórica, en la celebración de los 30 años de demoracia”. Concluyó que “durante muchísimo años nuestro país vivió en el oscurantismo respecto a nuestras raíces y este es un claro ejemplo de cambio de paradigma propuesto por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de preservar nuestros bienes culturales”.