Los datos del intercambio comercial entre Argentina e Irán dan por tierra con la hipótesis de la denuncia del fiscal Alberto Nisman. De hecho, las relaciones entre los dos países eran normales hasta la firma del Memorándum de Entendimiento en 2013, cuando las exportaciones comenzaron a variar de forma negativa. Además, Argentina nunca le compró petróleo al estado persa.
El Memorándum de Entendimiento con Irán buscaba crear una Comisión de la Verdad para indagar a los acusados iraníes por el atentado a la AMIA. Se firmó en enero de 2013. Durante el año siguiente las exportaciones a ese país cayeron, lo que contradice los planteos de Nisman sobre el objetivo del acuerdo internacional.
El móvil del presunto delito que denunció el fiscal Alberto Nisman en torno al Memorándum de Entendimiento firmado entre Argentina e Irán, era lograr “un acercamiento geopolítico” para “restablecer plenas relaciones comerciales entre ambos Estados”. Los datos del intercambio comercial entre Argentina e Irán dan por tierra con ese argumento. Demuestran que esas relaciones eran normales antes de la firma del acuerdo, y que variaron en forma negativa después de su firma.
La balanza comercial con Irán siempre fue favorable a la Argentina. De los últimos 20 años de intercambio, sólo se registraron importaciones desde el país persa entre 2008 y 2011, y por valores ínfimos en comparación a las exportaciones nacionales. Argentina nunca importó petróleo del país asiático. Por el contrario, durante 2013 YPF vendió al país asiático productos derivados de los hidrocarburos por un valor de 1,5 millones de dólares, según los datos de Cancillería.
Caída de las exportaciones
El Memorándum de Entendimiento con Irán buscaba crear una Comisión de la Verdad para indagar a los acusados iraníes por el atentado a la AMIA. Se firmó en enero de 2013. Durante el año siguiente las exportaciones cayeron, lo que desmiente los planteos de Nisman sobre el objetivo del acuerdo internacional. Las exportaciones aumentaron en 2013 un 14,85 por ciento con respecto al año anterior, pero en 2014 cayeron el 25,76 por ciento, según datos oficiales difundidos por Télam.
Los dos argumentos principales de la denuncia de Nisman eran que el gobierno argentino había pedido a Interpol que suspendiera las alertas rojas sobre los pedidos de captura de cinco de los ocho acusados iraníes del atentado. Sostuvo que el “plan de impunidad” tendía a lograr mejores relaciones comerciales con Irán, para intercambiar petróleo por granos y paliar el déficit energético. Pero los datos corroboran las afirmaciones de la presidenta de la Nación, que mediante una carta publicada en su blog se refirió a la denuncia presentada por el fiscal Alberto Nisman la semana pasada y dijo: “Todo es falso”.
Desmentido por la Interpol
Ninguno de los argumentos se sostiene a la luz de los datos objetivos. El canciller Héctor Timerman demostró que el gobierno no sólo no había solicitado la baja de las alertas rojas sino que había reforzado el pedido de que se mantuvieran vigentes a pesar de la firma del Memorándum. “Interpol, en la persona de su ex jefe Ronald Noble, demolió la acusación sobre las alertas rojas, afirmando que lo que decía Nisman era falso”, sostuvo la presidenta en su carta de hoy.
Negocios con privados
La evolución de la balanza comercial demuestra que el supuesto interés en el petróleo iraní también era falso. Cristina Fernández de Kirchner resaltó que “el comercio con Irán decreció en vez de aumentar luego del Memorándum”, y confirmó que “el gobierno nunca compró petróleo a Irán”. Planteó que “los que venden granos no son ni la Presidenta, ni el Canciller, ni el Secretario General de la Cámpora, sino en forma privada y sin intervención del Estado, entre otras, las firmas: Bunge, Cargill, Nidera, Oleaginosa Moreno de la firma suiza Glencore, Aceitera General Deheza, Molinos Río de La Plata, Vicentin”. A esas compañías se suman Noble Argentina SA, Asociaciones Cooperativas Argentinas, Biosdus SA y Promedon SA, como las diez principales exportadoras de granos a Irán.
La presidenta destacó que Jorge Aranda, directivo del Grupo Clarín, “triangula operaciones de venta de arroz a Irán a través de la firma Molinos Libres S.A.”, lo que permite entender que se trata de “empresas y empresarios que no son precisamente ‘amigos’ del Gobierno, como gusta adjetivar Clarín a algunos que no responden a sus directivas o invitaciones”. Las exportaciones no sólo decrecieron, también surgieron de las ventas que estas compañías realizaron a Irán, y no de un acuerdo gubernamental.
Las exportaciones argentinas, por valores relativamente bajos en relación a los que maneja con otros países, responden en su mayoría a la venta de productos derivados de la soja. El 80,1 por ciento del total de lo exportado son harinas y pellets (comprimidos) de soja, mientras que el 14,6 por ciento fue aceite de soja, y se vendieron porotos por una proporción de 4,9 por ciento. Apenas el 0,3 por ciento fueron artículos y aparatos de ortopedia y ozonoterapia, y el 0,1 por ciento se trató de medicamentos, según datos de la Aduana.