Informó por twitter de la muerte del fiscal minutos después de que encontraran el cadáver. Por ese tuit lo invitaron a varios programas de televisión. Más tarde dijo haber recibido un mensaje intimidatorio y que lo siguió un supuesto agente de inteligencia. El sábado salió del país con destino a Israel, donde estuvo tres años en el ejército. Capitanich pidió que publicaran las evidencias de la persecución.
El periodista Damián Pachter, del portal del Buenos Aires Herald, abandonó el país el sábado y llegó a Israel ayer. El domingo 18 había difundido la primicia de la muerte del fiscal Alberto Nisman a través de la red social Twitter. En el aeropuerto y minutos antes de partir, concedió entrevistas a Infobae y Clarín en las que aseguró que se sentía que su vida corría peligro. Aunque no explicitó ni denunció amenazas concretas, dijo que eligió “el exilio por miedo a ser asesinado”.
El periodista trabaja en el Herald hace un año, pero el viernes no fue a la redacción. Por teléfono, le dijo al director de Contenidos Digitales que se sentía mal y que estaba yendo a ver un médico. Horas después subió a un avión y dejó la Argentina. Desde Tel Aviv volvió a ser entrevistado por Infobae, por teleconferencia. Ratificó lo que había dicho antes de partir, y dijo que no piensa volver al país al menos hasta que termine el mandato de este Gobierno.
Pachter publicó ayer una extensa crónica en el diario israelí Haaretz en la que relató “las más locas 48 horas” de su vida. El relato en primera persona detalla una travesía propia de una novela de espionaje. Cuenta que descifró un mensaje en clave dirigido a él a través de un cable de la agencia estatal Télam, en el que se citaba un supuesto tuit suyo que nunca escribió. La agencia Télam desmintió la publicación de ese cable, y detalló las tres notas en las que se menciona al periodista del Herald. En uno de esos cables se cita el tuit de Pachter que fue reenviado por más de mil usuarios y que le valió la invitación a varios programas de televisión: la primicia de la muerte del fiscal Nisman.
El redactor dijo que a partir del supuesto cable, un amigo le advirtió que abandonara la ciudad. Contó que fue a la terminal de ómnibus de Retiro y se subió al primer colectivo que salía. Que pocas horas después llegó a un destino que no quiere revelar, y que allí esperó a su amigo en una estación de servicio. Escribió que, mientras esperaba, un supuesto agente de inteligencia se sentó a dos mesas de él y lo estuvo vigilando, y dijo que él y su amigo advirtieron que era un espía porque estaba vestido con pantalón y campera de jean y llevaba anteojos Ray-Ban.
Pachter volvió a Buenos Aires, pero no pasó por su casa. Se encontró con su madre y dos periodistas en el aeropuerto, donde compró pasajes hacia Tel Aviv, con escalas en Montevideo y Madrid. En Infobae, el periodista Adrián Bono describió su estado de ánimo. “Hace varios días que no duerme y tiene la misma camisa desde hace 48 horas. Se lo ve cansado, con miedo y exuda paranoia”, escribió. Y definió el viaje Pachter como un “exilio autoimpuesto”.
El periodista del Herald prometió explicar su situación al diario ahora, tras su llegada a Israel. Sus jefes y colegas dijeron que no había contado nada sobre las supuestas amenazas indirectas que estaba recibiendo, y explicaron que el viernes intentaron contactarlo varias veces, pero que sólo tuvieron la respuesta de que se sentía mal. Pachter tiene ciudadanía argentina e israelita, y durante tres años cumplió el servicio militar obligatorio de ese país.
Hoy por la mañana, el jefe de Gabinete Jorge Capitanich defendió hoy la publicación de un billete aéreo a nombre del periodista. Patcher, dijo, "se sentía amenazado, no se sabe su paradero, no hay notificación a la empresa que pertenece y entonces es muy importante publicar la información para que exista conocimiento público respecto de su paradero", explicó esta mañana el funcionario en conferencia de prensa.
Asimismo, ratificó que "en la República (Argentina) hay plena seguridad para que todos los periodistas puedan desempeñar sus funciones en el marco de la libertad de expresión", y dijo que si existen evidencias de que Patcher estaba siendo perseguido, las mismas deben publicarse.