La iniciativa fue impulsada por el diputado oficialista Paulo Pimienta. Si prospera, Brasil se sumaría a Francia, Bélgica, Reino Unido, Estados Unidos y Argentina, entre otros países que tienen bajo la lupa las operaciones financieras ilícitas presuntamente facilitadas y promovidas por el banco.
El Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil presentó una solicitud ante la Procuraduría General de la República (PGR) para que se investiguen las cuentas de los ciudadanos brasileros en la filial suiza del banco HSBC. Las cuentas secretas de esa plaza financiera están en la mira de varios países del mundo por los mecanismos que facilitaban la evasión impositiva, la fuga de divisas y el lavado de dinero.
La iniciativa fue impulsada por el diputado oficialista Paulo Pimienta. Si prospera, Brasil se sumaría a Francia, Bélgica, Reino Unido, Estados Unidos y Argentina, entre otros países que tienen bajo la lupa las operaciones financieras ilícitas presuntamente facilitadas y promovidas por el banco. La presentación apunta a los brasileños implicados en violaciones a las regulaciones tributarias y en actividades de lavado de dinero.
Pimienta destacó que “Brasil debe conducir su propia investigación y no depender exclusivamente de la información difundida por las agencias internacionales”, y dijo que los contribuyentes que estén envueltos en estas maniobras tendrán que responder ante el fisco y ante la justicia. Y dijo que el HSBC facilitó la apertura de cuentas sin indagar en el origen de los fondos que llegaban a la filial suiza, lo que permitió a los clientes sacar del país grandes sumas de dinero evadiendo impuestos y encubriendo delitos anteriores.
El movimiento de capitales es una práctica generalizada para el lavado de dinero, que permite encubrir el origen de fondos provenientes de actividades ilícitas que exceden a la evasión fiscal e incluyen acciones de delincuentes internacionales, empresarios y empleados públicos sospechados de corrupción. El diputado reclamó la semana pasada que intervenga el Ministerio de Justicia y que se adopten medidas para identificar a los involucrados, indicó Prensa Latina.
Pimienta reclamó que la sociedad brasilera conozca la información de esas personas y que se divulgue toda la información vinculada al caso. Y dijo que los principales medios de comunicación privados mantienen un gran silencio en torno a lo acontecido en la filial suiza del HSBC. El banco más grande de Europa admitió errores de fiscalización y control de sus operaciones en Suiza, después de reportes de prensa sobre fraude y evasión fiscal.
Las investigaciones penales de la mayoría de esos países surgieron de la llamada “Lista Falciani”, la filtración más grande de la historia financiera sobre datos bancarios. Esos datos reflejan millones de dólares y euros en activos depositados en cuentas secretas del banco por personas y empresas de todo el mundo. Incluso Suiza comenzó a investigar a la entidad financiera para determinar si existieron violaciones del banco a la normativa antilavado.
Más de seis mil cuentas brasileras
La Secretaría de Ingresos Federales de Brasil reveló que hay cerca de 6600 cuentas secretas de 4800 contribuyentes brasileros en la filial suiza del HSBC, con alrededor de 7 mil millones de dólares. Los datos surgen de la lista “Falciani”, sobre las bases de datos del banco en 2007, y de la información divulgada por el Internacional Consortium of Investigative Journalism (ICIJ).
La oficina del Ministerio de Hacienda señaló que cotejó esas listas con las declaraciones juradas de los contribuyentes brasileros al fisco y encontró inconsistencias y omisiones. Adelantó que realiza una investigación profunda, con apoyo internacional, para identificar a los posibles evasores implicados en la operatoria, y determinar si existen actividades de lavado de dinero.
Entre las figuras que integran la lista con vínculos con el HSBC aparece Saul Sabbá, ex asesor del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, del Partido de la Social Democracia Brasilero (PSDB). Sabbá auxilió al gobierno de Henrique Cardoso (1995-2003) en el Programa Nacional de Privatización, que propició la venta de grandes empresas estatales con el pretexto de frenar al agravamiento de la deuda pública.