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Después de diez horas de debate, el Senado dio media sanción a la ley de exteriorización voluntaria de capitales. Con 39 votos a favor y 28 en contra, la Cámara Alta aprobó el proyecto que propone la creación de tres herramientas financieras para volcar divisas no registradas al mercado inmobiliario, al desarrollo de la construcción y al sector energético. Es el primer paso para convertir la iniciativa en ley la próxima semana, en la Cámara de Diputados. 

 

El proyecto aprobado crea el “Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico” (BAADE), el pagaré del mismo nombre y el “Certificado de Depósito para Inversión” (CEDIN). El primero es un bono registral, el segundo es un título de cambio, y el tercero es un bono físico. Los instrumentos serán gestionados por el Banco Central y tienen vigencia hasta el 2016. El proyecto había obtenido dictamen de comisión luego de la visita del equipo económico del gobierno al Salón Azul del Senado, que explicó el proyecto y respondió a las preguntas.

 

El senador Aníbal Fernández anticipó una modificación del proyecto, al incluir una noción reclamada por la oposición, que igualmente decidió votar en contra. El artículo 15, que en su inciso D prohíbe que ingresen al blanqueo "los imputados por delitos vinculados con operaciones de lavado de dinero o financiamiento del terrorismo" también excluirá de estas herramientas "al cónyuge, sus ascendientes o descendientes en el segundo grado de consanguinidad o afinidad".

 

El jefe del bloque oficialista, Miguel Ángel Pichetto, cerró el debate exponiendo la fortaleza del sistema de investigación financiera argentino, a través del reconocimiento del GAFI, y del Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información. Los mismos órganos, contó, aprobaron el blanqueo de 2009. “Por eso quiero desmitificar esto de que nos vamos a convertir en una narcodemocracia, que va a ingresar el dinero de la trata, porque no se ajusta a la realidad”. 

 

El debate

 

Amado Boudou inauguró la sesión que duró hasta las 22.30. La presidió hasta comenzada la defensa del proyecto por parte de Aníbal Fernández. Al comenzar, a pedido del santafecino Rubén Giustiniani, se rindió homenaje al socialista Alfredo Bravo, fallecido diez años atrás. Bravo fundó la CTERA y la Asamblea Permanente por los Derechos  Humanos (APDH), y estuvo desaparecido durante la última dictadura cívico militar. 

 

El encargado de presentar y defender el proyecto fue Fernández. Varios senadores de la oposición intentaron realizar preguntas y presentar posiciones ante la presentación del senador del FPV, pero sin respetar la lista de oradores. Cuando se le dio la palabra a Nito Artaza para que hiciera una breve pregunta, el correntino comenzó a desarrollar una extensa posición, y Pichetto se enojó. "¡Sigamos el orden de la lista, presidenta!", pidió. Artaza siguió durante varios minutos, mientras Pichetto agitaba los brazos enojado y refunfuñaba en su banca, hasta que Alperovich puso orden e interrumpió a Artaza.

 

El radical Gerardo Morales opinó que “estamos entrando en una crisis económica". Ante la confusión de los senadores del oficialismo, que lo miraban incrédulo, Morales agregó, enfático: "Quieren dolarizar la economía". Más tarde, Morales retomó la palabra y comparó a las organizaciones que componen Unidos y Organizados con los comandos militares que protagonizaron el terrorismo de Estado: “Ahora la Presidenta convoca grupos de tareas, con sus pecheras, para controlar los precios”.

 

El senador jujeño pronunció un discurso pensando en la campaña, basado casi exclusivamente en acusaciones de corrupción. La modificación que anunció Fernández fue propuesta por el radicalismo, pero "por una objeción ética y moral", el bloque votó en contra del proyecto. Los gobiernos de Raúl Alfonsín y de Fernando De la Rúa también impulsaron herramientas de exteriorización de capitales durante sus gestiones. 

 

El bloque radical hizo todo lo posible para protagonizar la sesión. José Cano llegó a cometer un exabrupto: dijo que Alfonsín fue distinto a Cristina Fernández de Kirchner porque “era un presidente decente”. El comentario suscitó el abucheo oficialista. Luis Naidenoff  auguró una catástrofe: “El gobierno va a terminar esta década de la peor manera posible”, en consonancia con lo que Ernesto Sanz expresó días atrás como su deseo. Sanz, al cierre del debate, felicitó a “las señoras senadoras por su claridad” y se refirió a ellas como “todas las que componen este bloque común de la oposición”. Así, aunque con una expresión misógina, reconoció que la afinidad entre varios de los líderes de la oposición se debe sólo a la necesidad de oponerse al kirchnerismo.

 

El santiagueño Emilio Rached debía hablar después de Carlos Reutemann, según la lista de oradores. Cuando se salteó al ex gobernador de Santa Fe, Rached festejó: “Me acabo de dar cuenta que lo pasé a Reutemann en la partida, y es uno de los mejores recuerdos que voy a guardar”. Los oficialistas Marcelo Fuentes y Pichetto reían.

 

El senador del Frente Amplio Progresista por Córdoba, Luis Juez, animó la sesión cuando le tocó anticipar los fundamentos de su bloque. Irónico, empezó diciendo que "lo único que tenemos para exteriorizar desde el bloque es el nuevo look de la senadora Norma Morandini, que ha blanqueado su pelo oscuro". Después, planteó la negativa del FAP a votar a favor. Giustiniani, jefe del bloque, contra todos los indicadores económicos, sostuvo que “las condiciones del superávit gemelo y el tipo de cambio competitivo ya no existen más en la Argentina”. 

 

El sanjuanino Ruperto Godoy, del Frente para la Victoria, recordó que “el mundo se está derrumbando” y que “la herramienta que estamos impulsando no es novedosa, se aplica en muchos países del mundo” y “se aplicó en Argentina”. Insistió en que están las condiciones para que no ingrese dinero proveniente del narcotráfico, el terrorismo o la trata de personas. “Hoy existe la Unidad de Información Financiera, y existe el GAFI, que ejercen un control muy estricto”. Pidió a la oposición que “termine con el terrorismo” discursivo y exponga cuáles son sus intereses. “Los gobiernos de Néstor y Cristina han ido por la senda de la inclusión social, no se olviden del robo a los ahorristas”. 

 

En medio del debate, hubo tiempo para otros menesteres. El salteño Juan Carlos Romero propuso felicitar al secretario parlamentario, Juan Estrada, porque el próximo 28 de mayo cumplirá diez años en el Senado. Artaza pidió que se trate el adelanto del pago del aguinaldo para fomentar el consumo en las vacaciones de invierno, y luego se propuso votar una declaración por el aniversario del natalicio del boxeador José María Gatica. El senador radical José Cano propuso que el Senado declarara su repudio a las pintadas que sufrió e periodista Julio Blanck, y también que expresara su beneplácito por el Congreso Internacional de Psicología que se realizará en la provincia de Tucumán. Además, se aprobó la licencia de quince días que solicitó la senadora catamarqueña Inés Blas.

 

Después de aprobado el proyecto de blanqueo, se votó la declaración de emergencia agropecuaria en varias provincias del norte argentino. La declaración provee de las ventajas contenidas en la Ley de Emergencia Agropecuaria a los productores de esas provincias. Se votó por unanimidad y a mano alzada para las provincias de Jujuy, Salta y Formosa. Quedó por tratarse la misma declaración para Tucumán, Catamarca, Chaco y Santiago del Estero