El proyecto está destinado al 7% del total de tenedores de bonos de la deuda argentina que decidieron no entran a los canjes de 2005 y 1010. La iniciativa obtuvo 57 votos a favor y sólo 8 en contra, además de una abstención de la peronista disidente Graciela Di Perna.
El Senado Nacional dio media sanción esta noche y giró a Diputados, el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo para la reapertura del canje de deuda, aprobado con una amplia mayoría gracias a los votos de los bloques del Frente para la Victoria y de la Unión Cívica Radical. La iniciativa obtuvo 57 votos a favor y sólo 8 en contra, además de una abstención de la peronista disidente Graciela Di Perna.
A favor de la medida, además de kirchneristas y radicales, votaron algunos justicialistas no oficialistas, como el pampeano Carlos Verna y el sanjuanino Roberto Basualdo.
El proyecto enviado por el Ejecutivo para la reapertura del canje de deuda, suspende la vigencia de la denominada Ley Cerrojo y establece que la nueva convocatoria se realizará en "términos y condiciones financieras" similares a la operación concretada en 2010.
La iniciativa apunta a "llevar adelante todas las acciones necesarias para la conclusión del proceso de reestructuración de los títulos públicos" que no ingresaron a los canjes instrumentados en 2005 y 2010. El artículo segundo del proyecto establece que los "términos y condiciones financieros que se ofrezcan no podrán ser mejores que los ofrecidos a los acreedores en el decreto 563/10", referido a las condiciones de los bonos del canje 2010.
Otro artículo importante, el numero 7, suspende la vigencia de la denominada Ley Cerrojo y el cierre del canje lo deja supeditado a la decisión del Congreso Nacional, para dar vía libre a la operación que oportunamente realizará el Ejecutivo. Se trata de un artículo clave, de cara el juicio que la Argentina enfrenta en Nueva York, donde la Corte Suprema deberá decidir si toma o no el caso.
El texto sostiene que quienes deseen participar deberán renunciar a los derechos que les correspondan como sentencias o laudos, o acciones legales iniciadas o que pudieran realizarse a futuro en relación a los títulos susceptibles de canje.
El presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el kirchnerista bonaerense Aníbal Fernández, sostuvo que "este endeudamiento es sano, porque no compromete a futuras generaciones que son los que van a pagar". "Ni uno de esos centavos fue contraídos por estos gobiernos y la vocación ha sido pagar y endeudarse con nuestra propia moneda para hacer las cosas que se han hecho en todo el país", expresó.
El jefe del bloque del Frente para la Victoria, Miguel Angel Pichetto, agradeció a los partidos de la oposición que apoyaron el proyecto del canje de deuda al afirmar que "es importante darle al gobierno esta herramienta". Asimismo, consideró que "hay una visión ingenua en creer que el discurso va a disparar un fallo adverso". "Me parece que hemos actuado con responsabilidad, política, institucional y dentro de las normas que el propio Congreso ha votado, durante los canjes pasados", remarcó Pichetto.
El senador rionegrino resaltó que "hay siempre una voluntad de pagar" y detalló que "en septiembre vamos a hacer otro pago y con ese la deuda va a quedar en el 8 por ciento del PBI".
El radical Ernesto Sanz adelantó que iban a votar a favor porque se trata de "un partido de gobierno". Señaló a la justicia "como responsable por el crecimiento de la deuda al apuntar que "debería habernos dado a los responsables". Además, advirtió que "si no se hacen las cosas bien hacia delante el camino es muy malo, porque es pago o default".
"Si es pago, son miles de millones de dólares de la Argentina que los necesita para otra cosa. Pero si es default, para cualquier empresa argentina que quiera tomar un crédito internacional pagará tres veces más a una tasa de interés tremenda".
El peronista disidente, Adolfo Rodríguez Saá, justificó su negativa a votar a favor del proyecto subrayando que "hay que pagar lo que debemos, no lo que no debemos, lo legítimo no lo ilegítimo". "No es que hay que pagar porque sí. Sino lo que debemos. Y tenemos derecho a que el Congreso de la Nación sea el que decida y arregle la deuda interna y externa", sostuvo Rodríguez Saá quien, al asumir como presidente interino en diciembre de 2001, anunció el no pago de la deuda.
El socialista Rubén Giustiniani anunció que no acompañará el proyecto del Ejecutivo argumentando que su partido "siempre se opuso a pagar una deuda cuya legitimidad no fue comprobada". En ese sentido propuso conformar una comisión "que estudie qué parte de la deuda es legítima y cuál no", así como establecer "una estrategia regional articulada con los países de la UNASUR para tratar el tema de la deuda".
El peronista pampeano, Carlos Verna, anunció que votará a favor de la iniciativa porque "hay que acompañar esta decisión del gobierno", aunque destacó que "esta medida debería haberse tomado antes de que se expidiera la Cámara de Apelaciones de Nueva York". Además, le pidió a los "funcionarios del gobierno nacional que no hagan comentarios agraviantes hacia alguna autoridad judicial que ponga de mal humor a quienes deciden".