Es la segunda vez que Martín Ríos enfrenta a un tribunal, acusado de asesinar a un joven y herir a otros en en 2006. Ahora los jueces convocaron a profesionales para revisar la sentencia que en 2009 lo consideró inimputable y dictó su absolución. Según los testimonios, Ríos padece esquizofrenia y es una persona peligrosa si deja su medicación.
Un médico y quince peritos psiquiatras y psicólogos declararon en el juicio a Martín Ríos, acusado de asesinar al joven Alfredo Marcenac y de herir a otras personas en el barrio porteño de Belgrano, en julio de 2006. Conocido como el caso del "tirador serial de Belgrano" es la segunda vez que Ríos enfrenta a un tribunal por estos hechos; en esta oportunidad los jueces convocaron a los profesionales para revisar la sentencia que en 2009 lo consideró inimputable y dictó su absolución. Según los testimonios, Ríos padece esquizofrenia y es una persona peligrosa si deja su medicación. Mañana desde el mediodía empezarán los alegatos.
En 2010 la Cámara Nacional de Casación anuló el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 12 porteño que lo declaró inimputable y ordenó la realización de un nuevo juicio. Esta mañana, seis peritos psicólogos y psiquiatras que lo atendieron desde 2010, y los profesionales del Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (PRISMA) que siguen su tratamiento actualmente, coincidieron en señalar que Ríos tiene una “esquizofrenia crónica” y es “peligroso si no está medicado”.
La próxima semana, el Tribunal Oral en el Criminal 26, integrado por Patricia Llerena, Marta Yungano y Eduardo Fernández, deberá expedirse nuevamente sobre si le corresponde o no la aplicación de la responsabilidad penal por estos hechos.
Ríos llegó pocos minutos después de las 11 en una ambulancia del Servicio Penitenciario Federal e ingresó a los tribunales de calle Paraguay encapuchado con su buzo. Enseguida, comenzó la audiencia y fue él quien tuvo que responder las primeras preguntas del Tribunal. Con la voz pastosa, dijo su nombre. El hablar pausado y poco entendible producto de la medicación, el caminar arrastrando los pies y la mirada perdida siempre en el piso, son algunos de los rasgos visibles en Ríos. Incluso, le costó recordar su fecha de nacimiento y directamente no pudo precisar su dirección al momento del hecho.
Luego de la lectura de los hechos que fueron confirmados en el juicio anterior y que no son motivo de este debate, el tribunal comenzó con los testigos. El primero en declarar por la mañana fue Guillermo Mendoza, un médico al que Ríos fue a ver el 29 de febrero de 2000 para pedirle un certificado de aptitud física para presentar en el Registro Nacional de Armas (RENAR) con el fin de comprar un arma de fuego. Mendoza recordó que el imputado tuvo una actitud extraña, que se negó a dar su dirección y teléfono y eso le hizo sospechar. Entonces, antes de extender el certificado le hizo una serie de preguntas. Ríos le dijo que era cazador y, según dijo Mendoza, su expresión al hablar sobre la caza le hizo pensar de que "gozaba matando animales". “Yo no le hubiera dejado un revólver ni a cinco cuadras de distancia”, dijo el médico ante la pregunta de una de las juezas sobre su visión sobre el imputado. Mendoza extendió el certificado en el que dice que Ríos estaba física y clínicamente en buen estado, sin embargo tuvo la precaución de aclarar que recomendaba que se le realice un test psicológico. “Cualquier psicólogo en una entrevista hubiera detectado lo que yo vi”, expresó.
Esquizofrenia
Gran parte de la audiencia transcurrió entre términos médicos sobre la esquizofrenia. Incluso, tres especialistas en el tema dieron una especie de cátedra magistral sobre la patología y se sometieron a las preguntas de las partes sobre las diferentes características de esta enfermedad mental. Sin embargo, no opinaron sobre Ríos porque ninguno de ellos lo entrevistó.
Los que sí hablaron sobre Ríos fueron los peritos que mantuvieron diferentes entrevistas con él luego de dictada la sentencia que consideró inimputable tirador de Belgrano. Los psiquiatras también del Cuerpo Médico Forense, Walter Miguenz y Juan Carlos Romi fueron los que con mayor categoría afirmaron que Ríos padece esquizofrenia. Esto lo expresaron en sus informes de 2010 y lo ratificaron en 2013. Miguenz expresó que el análisis se hizo cuatro años después del hecho, tratamiento y medicación mediante, por lo que la precisión del diagnóstico es mayor. Ante la pregunta de la defensa sobre si Ríos es un “enfermo mental”, Miguenz no dudó: “Sí, la esquizofrenia crónica es una enfermedad mental”. Tanto Miguenz como Romi coinciden en que Ríos, además, es una persona “peligrosa”. “No tiene mucho enganche con la realidad, vive afuera, en otro mundo”, expresó Miguenz y aclaró que el impulso es el motor de su comportamiento.
Las psicólogas Elena Foschini y Elena Orgatti, también del Cuerpo Médico Forense, coincidieron con el diagnóstico de los psiquiatras y además agregaron que se le hicieron a Ríos test para determinar si era un simulador. Según declararon las licenciadas los síntomas que muestra Ríos no pueden ser simulados en el tiempo y además, el testo desestimó cualquier tipo de impostura.
Los últimos en declarar fueron psicólogos, asistentes sociales y una musicoterapeuta que actualmente trabajan con Ríos en su tratamiento. Ellos se ciñeron al secreto profesional que no puede ser vulnerado a no ser que el propio Ríos lo pida. En sus declaraciones concordaron con el diagnóstico que se le asignó a Ríos durante toda la jornada.
El 6 de julio de 2006, Ríos se hallaba en avenida Cabildo y José Hernández, de Belgrano, cuando extrajo un arma de fuego y disparó al menos 13 proyectiles que provocaron la muerte a Marcenac y heridas a otras seis personas. Tras ser detenido, se comprobó que en otros episodios anteriores cometidos en la misma zona también había herido a una joven en un bar, a pasajeros de un colectivo y baleado a un tren. El joven fue sometido a decenas de peritajes por parte de expertos particulares y del cuerpo médico forense que tenían diferentes posturas acerca de su inimputabilidad.
Mañana el debate continúa a partir del mediodía con los alegatos de la fiscalía y los abogados que representan a Marcenac. El miércoles está previsto que se conozcan los argumentos de la defensa, y Ríos tendrá oportunidad de dirigirse al tribunal. Después, se conocerá la sentencia.