Junto con el arquirtecto Santiago Bignoli están acusados por una serie de contrataciones irregulares en el edificio donde funcionaba la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano durante su gestión. Para eso, según la acusación se creó un fideicomiso en el Banco Ciudad. Las refacciones habrían costado dos millones de pesos.
Los jueces, abogados y María Julia Alsogaray tuvieron que esperar unos minutos para empezar la primera audiencia del sexto juicio que enfrenta por administración fraudulenta. Fue porque el otro imputado, Enrique Kaplan, tardó en llegar. Ya molesto, el presidente del Tribunal Oral Federal 6, Julio Panelo, le preguntó al secretario por qué tardaba. “No atiende el celular. Lo fueron a buscar al bar”, le contestó. Minutos después, el expeluquero de Carlos Menem entró a la audiencia junto con sus abogados.
Además de María Julia y Kaplan, está acusado el arquitecto Santiago Bignoli. Y hasta ayer también estaba su padre, el ingeniero Arturo Bignoli, pero fue apartado por su edad (tiene 94 años) y por cuestiones de salud. Pasadas las diez de la mañana, se leyeron fragmentos del requerimiento de juicio de parte de la Fiscalía, a cargo de Sabrina Namer, y de la Oficina Anticorrupción que es querellante en el juicio.
A María Julia y a los Bignoli los acusan de presuntas irregularidades en la contratación de las obras para refaccionar el edificio de la ex Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano, entre 1995 y 1998. Las obras le habrían costado al Estado unos dos millones de pesos/dólares.
Uno de los puntos fuertes de la acusación es la creación de un fideicomiso en el Banco Ciudad por parte de Kaplan, que fue mano derecha de María Julia y nombrado como subsecretario en esa cartera. “Fue un mecanismo que se ideó por fuera de los sistemas de control”, se leyó. En la acusación se describieron cada uno de los supuestos contratos irregulares. Cuando leyeron las acusaciones en su contra, el expeluquero negaba con la cabeza y Santiago Bignoli tomaba nota.
Uno de los cuestionamientos es la amistad probada de la ingeniera Alsogaray con los hermanos Bignoli. “Los contratos eran menores a cien mil pesos, porque si superaba ese monto había que hacer licitación”, dijeron a Infojus Noticias fuentes de la Fiscalía. La acusación dice que las maniobras se hicieron con el aval de María Julia.
Tras la lectura de la acusación, los jueces Panelo, José Martínez Sobrino y María del Carmen Roqueta escucharon a los defensores que pidieron la nulidad del proceso. Los abogados de Kaplan dijeron que en las casi dos horas de debate hubo varias irregulares. En primer lugar, se sorprendieron y preguntaron por qué no habían sido notificados de la ausencia de uno de los imputados. “Nuestra estrategia estaba basada en numerosas preguntas hacia Arturo Bignoli”, dijo molesto Maximiliano Rusconi.
Al tribunal le cuestionaron los párrafos de la acusación que se leyeron, a la querella la figura del dolo y a la Fiscalía la de la coautoría. Rusconi de estilo eufórico y enérgico es conocido en el mundo tribunalicio. Fue abogado de Menem en la causa por el contrabando de armas a Ecuador y Croacia.
Por la tarde, la Fiscalía y la Oficina Anticorrupción respondieron las cuestiones preliminares expuestas por las defensas. "Son reediciones de planteos anteriores. Buscan que se extinga la acción penal", resumieron. El juicio se reanudará el martes próximo a las 10 con las indagatorias de los imputados.
Cinco juicios, tres condenas
Semanas atrás, María Julia fue absuelta en la acusación por la transferencia irregular de 241 hectáreas en 1990. El terreno le pertenecía a la telefónica estatal ENTel –de la que ella era interventora– en la localidad bonaerense de Pacheco y fueron cedidos a privados. Por el caso fue condenado el ex gerente de la telefónica, Ricardo Fox.
La primera condena de la ingeniera fue en 2004 por enriquecimiento ilícito. Estuvo detenida 638 días y la Justicia remató su petit hotel de cuatro pisos en el barrio de Recoleta. Con esa operación se restituyó al Estado la suma de 3,2 millones de pesos.
En abril del 2013, fue condenada por segunda vez. Esta vez a cuatro años de prisión por actos de corrupción en contratos que firmó como secretaria de Recursos Naturales con la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. El año pasado, en el tercer juicio fue absuelta por prescripción de la acción penal. La acusaban por defraudación en el plan de manejo del fuego cuando fue secretaria de Medio Ambiente.
En abril de este año, la condenaron a cuatro años de prisión por administración fraudulenta. En este caso por la firma de contratos de fin de obra durante la misma privatización de la ex Entel. A pesar de las tres condenas, María Julia permanece en libertad porque todas las sentencias fueron apeladas y no están firmes.