Lo declaró hoy Salvador Rodolfo Estrada Vigil, uno de los heridos en la denominada “Batalla del Playón”. El Tribunal Oral en lo Criminal N° 15 lleva adelante un debate oral contra tres barras de River por esa pelea ocurrida en 2007. El viernes continúan las audiencias: estarán presentes los médicos que atendieron en el lugar a los heridos más graves.
En lo que fue la segunda jornada del juicio que se lleva adelante contra tres barras bravas de River Plate por la conocida “Batalla del Playón”, uno de los heridos aseguró que no forma parte de ninguna de las dos facciones que se disputaban el poder de la hinchada. La fiscal del juicio intentó cambiar la calificación del delito por el que se está juzgado al ex líder de la barra, Adrian Rousseau, a tentativa de homicidio, pero el Tribunal Oral en lo Criminal N° 15 lo rechazó por ser “manifiestamente improcedente”.
Salvador Rodolfo Estrada Vigil salía de la cancha el 6 de mayo de 2007 después del partido entre River Plate e Independiente. Él iba “atrás de la hinchada”, detalló al tribunal integrado por los jueces Hugo Decaría, Enrique Gamboa y Cristina Bertola. “Termino de bajar la escalera, entra gente de afuera, empiezan a pelear y pasa uno y me golpea”, dijo. El golpe no había sido un golpe sino una puñalada de 11 centímetros de profundidad. “Eran como 40, todos vestidos de negro con palos con clavos en la punta y cuchillos”, dijo.
“Soy socio desde los 90 en River y después de esa pelea no fuimos más a la cancha”, explicó Estrada Vigil, quien en todo momento intentó despegarse de la interna que enmarca la “Batalla del Playón” y que en medio de una escalada de violencia entre dos facciones de la barra de River Plate –una, encabezada por Alan Schlenker, su hermano William y un grupo denominado “los de Palermo”; y la otra, por Rousseau, Acro y otros barras que eran empleados del club–, culminó meses después con la muerte de Gonzalo Acro.
“Era como estar en el lugar equivocado en el momento equivocado”, detalló Estrada Vigil. E identificó a Rousseau como alguien al que conoce “de vista” y a otro de los imputados, Matias Goñi, como “empleado del club”. Después aclaró que ese día no vio a ninguno de los dos referentes de las facciones en la tribuna popular (tribuna Omar Sivorí). Después salió corriendo y por sus propios medios se fue a atender al hospital Fernández, donde curiosamente fue visitado por Alan Schlenker.
La tentativa de homicidio no corre
"Existen posibles agravantes" comenzó la fiscal del juicio Dafne Palopoli y pidió ampliar el requerimiento de elevación a juicio por tentativa de homicidio y pidió que sea indagado nuevamente por este otro delito. El pedido de la fiscal se basó en los testimonios brindados la semana pasada por dos de las víctimas, Roque “Rocky” Raposo, y Carlos “Urko” Berón, "en principio aparecería preliminarmente un dolo eventual" porque "los testigos lo han reconocido a Rousseau porque lo vieron a cara descubierta".
La defensa de Rousseau, a cargo de Ignacio Irurzun, se mostró sorprendido por el pedido porque consideró que "no ha respetado los antecedentes" y explicó que "el dolo eventual no puede ser aplicado en la tentativa de homicidio". Sobre los testigos que declararon hasta el momento dijo que "todos manifestaron que entran como una turba entre 20 y 30 personas en un área liberada donde no había policías". Además sostuvo que la causa debería volver a instrucción y pidió que se rechace el pedido por "falta de fundamentación".
Los jueces del tribunal se tomaron casi una hora para deliberar sobre el pedido y finalmente lo desecharon el pedido de la fiscal al considerarlo “manifiestamente improcedente” por no tener “encuadre jurídico”. Los tres acusados, Rousseau, Goñi y Cristian Pineda, están siendo juzgados por “lesiones graves en ocasión de agresión e instigación a la formación de grupos destinados a cometer delitos”.
“Se va a pudrir todo”
Los días en que hay partido en la cancha de River Plate, el complejo de Ciudad Universitaria que se encuentra en frente hace las veces de estacionamiento para todos los asistentes. Allí trabajan varios cuidacoches que en la tarde de mayo de 2007 vieron movimientos raros.
“Dos autos entraron al playón que cuidaba”, le contó a los jueces Ernesto Pérez Nuñez, que en aquellos años cuidaba los autos que estacionaban en el pabellón 4 de Ciudad, ambos tenían un porte “estilo patovica y se juntaron con otras 30 o 20 personas, todos vestidos de negro”, dijo. Recordó que uno de ellos cuando bajó del auto le dijo “me cuidas el auto, tenemos para rato, se va a pudrir todo”, pero no pudo reconocer quien fue.
Mirta Orona también es ciudacoche y ese día vio cómo llegaron unos diez autos al predio de Ciudad Universitaria y vio “unos cincuenta o sesenta tipos todos vestidos de negro que tenían pasamontañas”. “Me asusté”, le dijo a los jueces y después contó: “Nos fuimos porque dijeron que la barra iba a romper coches”. El viernes que viene continúan las audiencias y estarán presentes los médicos que atendieron en el lugar a los heridos más graves.
GA/RA