Sus abogados solicitaron pericias a la salud mental del cantante de "Viejas locas" para determinarlo. En 2010 habría amenazado con un arma a una fan que se acercó a pedirle un autógrafo y le estrelló el celular contra el suelo.
El Tribunal Oral en lo Criminal 20 convocó a los peritos que examinaron al cantante Cristian Gabriel "Pity" Alvarez, ex líder de "Viejas Locas", para que declaren sobre su estado de salud mental y determinar si es o no imputable en el juicio oral por amenazas con arma.
Ayer, en la primera jornada del debate oral y público, los camaristas Pablo Laufer, Patricia Mallo y Luis Niño, hicieron lugar al pedido de los abogados Hernán Carluccio y Bárbara Barlett, defensores del músico, y convocaron a los expertos. En otro proceso penal "Pity" ya fue declarado inimputable.
En la víspera se leyeron las acusaciones contra Alvarez, acusado de "amenazas coactivas cometidas mediante el empleo de armas", entre otros delitos. Alvarez se negó a brindar su declaración indagatoria, aunque en el interrogatorio personal, el ex líder de "Viejas Locas" y de "Intoxicados", dijo que durante 2010 atravesó su "peor momento" ya que "no tenía problemas con la droga sino con la dependencia a ella".
Ante una pregunta del fiscal Oscar Ciruzzi, el cantante reconoció que la droga lo "activaba a trabajar más" e, incluso, a estar "dos días despierto", pero no le daba importancia a lo que pasara con la gente, al tiempo que reconoció que en la actualidad está haciendo un tratamiento voluntario de rehabilitación.
Alvarez está imputado por el hecho ocurrido el 3 de julio de 2010, en el interior del barrio Samoré, de Villa Lugano, cuando María Ester Niveiro; su hija, Ruth Ayelén Lupiano, y Johana Díaz se acercaron al músico para pedirle que les firmara autógrafos y se sacara fotos con ellas. Eso molestó a “Pity”, que presuntamente amenazó a la mayor con un arma, le arrebató el teléfono y lo estrelló contra el suelo.
El segundo hecho por el que se acusa a "Pity" ocurrió el 19 de enero de 2012, cuando fue encontrado por personal de la comisaría 48, en una plazoleta del mismo barrio, portando una pistola calibre .45 con la numeración limada, con cinco balas y sin la autorización legal.
Antes de disponer un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles, los magistrados escucharon los testimonios de los policías Sebastián Fernández y Mariano Torchia, quienes brindaron precisiones sobre las detenciones del cantante en cada hecho que se le atribuye.
En julio de 2010, Fernández era subinspector en la comisaría 48, cuando fue derivado por el comando radioeléctrico al Barrio Samoré por el primer episodio y declaró que el músico "estaba consciente", aunque entendió que probablemente estuviese "bajo los efectos de un estupefaciente, por la forma de hablar, arrastraba las palabras".
Por su parte, el agente Torchia, en alusión al hecho de 2012, sostuvo que al llegar al Barrio vio a "un muchacho inconsciente, al que no se le veía la cara, que vestía unas calzas transparentes, a través de las cuales se observaba que portaba un arma en la cintura, por lo que dio aviso al 911".