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A las 13 en punto, tal como estaba planeado, el flamante presidente Mauricio Macri entró al Salón Blanco de la Casa Rosada para tomar los atributos presidenciales. Había llegado a la casa de gobierno pocos minutos antes, tras jurar en el Congreso de la Nación y encabezar la caravana que avanzó por avenida Rivadavia junto a su esposa, Juliana Awada. Macri recibió la banda y el bastón presidencial de manos del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. Junto a ambos estuvieron la vicepresidenta, Gabriela Michetti, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, y su par de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. Luego de la ceremonia de traspaso, y al momento de salir a saludar desde el balcón, Macri aseguró a la multitud en la plaza: "Tenemos que seguir juntos porque esta Argentina la construimos entre todos" y resaltó que "empieza una etapa maravillosa en nuestro país".

“Argentina, Argentina”, el grito coreado por una multitud desde la plaza, y los saludos de varias colaboradoras fueron la antesala de la toma de mandos. Macri se mostró sonriente y distendido y así saludó al jefe de los Granaderos apenas ingresó. El primer mandatario fue recibido con honores militares.

En el Salón Blanco lo esperaban unos 250 asistentes, entre los que estaban primeros mandatarios de varios países como Dilma Rouseff, de Brasil; Michele Bachelett, de Chile; Rafael Correa, de Ecuador; Evo Morales, de Bolivia; Juan Manuel Santos, de Colombia; y el ex rey de España, Juan Carlos de Borbón.  Cerca de ellos también se ubicaron los miembros de la Corte Suprema de Justicia, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, y los ex presidentes de la Nación Eduardo Duhalde, Ramón Puerta y Fernando De la Rúa, junto a quien se sentó la Primera Dama.

Desde las primeras filas también miraban atentos a Macri, su padre, Franco, su madre, Alicia Blanco Villegas con un ramo de jazmines sobre la falda, y parte de la familia Awada. Entre ellos estaban dos hermanos de Juliana, Daniel y Zoraida, junto a quienes estaba Antonia, la cuarta hija del primer mandatario.

La ceremonia de traspaso fue breve y contó con la intervención del escribano General del Gobierno, Horacio D Albora. Tras recibir los saludos de los presentes, Macri se trasladó al mítico balcón presidencial que da sobre la calle Balcarce, para saludar a los ciudadanos. Lo hizo acompañado por su esposa y su pequeña hija, Michetti, su jefe de Gabinete, Marcos Peña, su vocero, Iván Pavlovski, y la flamante gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.

"Muchas, pero muchas gracias. Parece que fue ayer cuando nos animamos a soñar que los argentinos nos merecíamos vivir mejor. Y ahora estamos acá. A punto de empezar una etapa maravillosa para el país", dijo Macri. "¡Sí, se pudo!", agregó, conmovido como respuesta al “sí, se puede” que llegaba desde la plaza. Después se distendió y bailó al ritmo de Gilda, en lo que llamó “la fiesta de la democracia”. Era el premio para esa multitud que desde temprano, y en un clima de fiesta, lo esperó para desearle éxitos en su gestión y bajo un sol abrasador.

Tras su aparición se dirigió al Palacio San Martín, para un almuerzo con los mandatarios extranjeros. A las 19, en el Museo del Bicentenario, se realizó la jura de los ministros.