Dos veces por año el Poder Judicial tiene lo que se conoce como feria judicial: la de verano es de un mes de duración, y la de invierno de dos semanas. Ya empezó en algunas provincias y el lunes comienza en los juzgados nacionales.
Pasillos desiertos, una puerta entreabierta, colectivos y subtes casi vacíos. De eso hablamos cuando la feria judicial recale en Tribunales. No hay jueces, no hay abogados. Todo se paraliza. Dos veces por año el Poder Judicial tiene lo que se conoce como feria judicial: la de verano es de un mes de duración, y la de invierno de dos semanas. La mayoría de las provincias inicia la feria judicial el próximo lunes, y hasta el 26 de julio. Mientras que en otras diez provincias comenzaron el lunes pasado: Chubut, Córdoba, Corrientes, La Rioja, Neuquén, Río Negro, San Luis, Santa Cruz, Santa Fe y Tucumán. Y en otras dos, Mendoza y San Juan, comenzaron ayer y se extenderán hasta el 22 y 24 de julio, respectivamente.
La feria de invierno para los tribunales nacionales de la Capital Federal la resolvió la Corte Suprema mediante una acordada, firmada en abril pasado. Allí recordaron que otra acordada de años atrás determinó que los días inhábiles para los judiciales debe coincidir con las vacaciones escolares.
Asimilable a las vacaciones de cualquier trabajo, pero más extensa quizás, la feria judicial implica la paralización real y concreta del trabajo de los tribunales, salvo casos de emergencias. Se trata de un momento donde los “plazos procesales” no corren. Esto es: el tiempo de la tramitación de una causa no pasa.
La feria judicial se “habilita” sólo en casos de urgencia en causas cuya tramitación no permita dilaciones y en los casos en los que los jueces especialmente hayan “habilitado” la feria. Un ejemplo de esto fue lo que sucedió previo al fallo del 17 de abril pasado de la Cámara Civil y Comercial Federal en la causa por la constitucionalidad de artículos de la Ley de Medios.
En enero de este año, en plena feria judicial, los integrantes de la Cámara Civil y Comercial Federal Ricardo Guarinoni, Graciela Medina y Francisco de las Carerras habilitaron la feria judicial para analizar durante enero la causa. Lo hicieron a expresa recomendación de la Corte Suprema, que había solicitado a la Cámara se “expida dentro de la mayor brevedad posible”.
En esa sentencia, el tribunal explicó: "La situación del Tribunal de Feria es excepcional. Está reservada para asuntos que no admitan demora, es decir cuando la falta de un resguardo o de una medida especial, en un momento determinado, puede causar un perjuicio irreparable o frustrar un derecho".
En cuanto a los pasillos, en este período los jueces, en su mayoría, se van de vacaciones y los pocos que se quedan como “autoridad de feria” luego recuperan esos días durante el período normal de trabajo. Como todo ámbito, hay jueces que “tradicionalmente” se quedan en la feria. Uno de ellos es el ministro de la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni, acostumbrado a estar en estos períodos de descanso.
La feria es tanto para quienes trabajan en los tribunales, jueces, fiscales, funcionarios y empleados judiciales, como para los abogados que litigan ante los tribunales. Durante este período se pueden hacer presentaciones de cualquier tipo, pero todas las que se hagan tienen que contar con el pedido de la habilitación de feria y la posterior aprobación por parte del juzgado o tribunal de turno para ser analizadas.
Un viejo trabajador de los estrados judiciales contó que en los tribunales de la provincia de Buenos Aires de zona norte existía una “avivada”, que era posible gracias a la feria judicial. Ante la existencia de varios tribunales al momento de la definición del “tribunal de feria”, si éste era uno de los que se conocía como “garantista”, algunos abogados presentaban pedidos de excarcelaciones que habían sido denegados antes para que se los acepten.