La Corte de Estados Unidos favorece a los que no ingresaron al canje de deuda y reclaman el pago total de los bonos caídos en default porque el caso retorna al juez Thomas Griesa, quien falló a su favor. Si el pago no se concreta antes de fin de mes, la Argentina caerá en “default técnico”.
La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó analizar la apelación que presentó el Gobierno nacional contra los fondos buitres. Esa definición favorece a los que no ingresaron al canje de deuda y reclaman el pago total de los bonos caídos en default porque el caso retorna al juez Thomas Griesa, quien falló a su favor. Según el magistrado de Nueva York, esos bonistas que no ingresaron a las dos reestructuraciones de deuda tienen derecho a cobrar la totalidad de sus títulos: 1.300 millones de dólares. Si el pago no se concreta antes de fin de mes, la Argentina caerá en “default técnico”.
La decisión del Máximo Tribunal de Estados Unidos golpeó en el mercado local: el Merval (índice bursátil de la Argentina) cayó 10,1 por ciento y los cupones atados al crecimiento del país se hundieron 13 por ciento. El impacto se sintió, también, en las acciones líderes: Edenor cayó 20,5 por ciento, Galicia descendió 10,9 por ciento y Telecom se hundió 10,1 por ciento.
Lo que los fondos buitres –que reclaman un trato igualitario a los bonistas que aceptaron canjear sus bonos- están poniendo en cuestión es la posibilidad de un país de reestructurar su deuda. Y esa ruptura no es avalada, incluso por el FMI y el gobierno de Estados Unidos, porque pondría en riesgo todas las reestructuraciones de deuda de los otros países. “Al permitir a los holdouts interrumpir el flujo de pagos a los acreedores que participaron en la reestructuración, las decisiones (de la justicia estadounidense) probablemente desalentarían a los acreedores de participar en una reestructuración voluntaria", había señalado el FMI.
"Nuestra mejor defensa es desendeudarnos"
Más allá del efecto que tuvo hoy sobre la bolsa local, el economista Aldo Ferrer consideró aunque el reclamo es una “urticaria” para el país se trata de un “hecho marginal”. Subrayó: "La realidad pasa por otros lugares: por nuestra capacidad de tener una economía que funciona, un tipo de cambio competitivo". "Nuestra mejor defensa es desendeudarnos, no volver a incurrir en el error de tomar compromisos bajo legislación extranjera", agregó Ferrer a radio Del Plata.
Por su parte, el diputado nacional del Frente Renovador y dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio De Mendiguren, subrayó que el origen del litigio "no viene" de la administración kirchnerista, sino "del liberalismo de los `90".
"Llegamos al default, no precisamente por la Argentina de los últimos años, sino después de la década del `90 y del saqueo financiero que vivió la Argentina, cuando nos endeudaron hasta la insolvencia", afirmó De Mendiguren a radio Nacional.
Para el presidente del banco de inversión Puente, Federico Tomasevich, la decisión de la Corte estadounidense "es un sinsentido" y advirtió que "es un problemón para todo el mundo financiero". "Es una mala noticia. En el mercado financiero, en todas sus variantes, tanto locales como internacionales, definitivamente no se entiende este fallo, nadie se lo esperaba", indicó Tomasevich a Télam.
"Es un castigo a quienes se atreven a tener políticas autónomas"
En tanto, el director del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFIDAR) e integrante de Carta Abierta, Guillermo Wierzba, consideró que el rechazo a tratar la apelación de la Argentina contra los fondos buitre "es un castigo a quienes se atreven a tener políticas económicas autónomas".
"Esto demuestra que el sistema jurídico estadounidense está entroncado con los intereses de los sectores más marginales del capital especulativo financiero mundial. El fallo es mal intencionado", indicó Wierzba pero sostuvo que "hay que tomarlo con calma, y saber que Argentina llegó a esta instancia habiendo mejorado notoriamente su situación macroeconómica y financiera, y resolviendo sus cuentas pendientes con la comunidad mundial".
El reclamo fue iniciado por los fondos NML, Aurelius y Blue Angel y otros inversores. Se trata de una minoría de bonistas que integran el grupo del siete por ciento que no aceptaron las dos reestructuraciones de deuda realizadas por la Argentina, una en 2005 y otra en 2010. Ese grupo minoritario avanzó judicialmente para obtener el pago de la totalidad de la deuda.
Historia de una deuda
Ese fue el criterio del juez Griesa, que falló en 2012, que la Argentina debe abonar la totalidad de la deuda actualizada. Debe hacerse en un solo pago o a través de los fondos depositados por Argentina para abonar a los bonistas del canje, que se efectúan vía el Bank of New York, hasta completar la suma total prevista. Pero hasta ahora, el Gobierno rechazó ese criterio y señaló que existieron dos canjes de deuda, que fueron aceptados por el 93 por ciento de los bonistas.
En la etapa previa a la definición se había conformado un importante lobby internacional que respaldó la posición argentina y en el que participaron organismos el Fondo Monetario, organizaciones no gubernamentales, analistas, empresarios y -más discretamente- el gobierno de Obama. También legisladores demócratas y republicanos.
A esto se sumó una reunión de último momento del directorio del FMI realizada el viernes, donde se analizó un nuevo documento que será público en poco tiempo y que advierte sobre una amenaza sistématica de los fondos buitre, si prevalecen con su interpretación del "pari passu" (tratamiento igualitario), en el causa contra la Argentina.
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