Lo hizo a bordo de un vehículo del servicio penitenciario bonaerense, menos de 24 horas después de haber sido detenido. Fue trasladado desde penal n° 39 de Ituzaingó, que es de baja seguridad.
El cura Julio César Grassi recorrió hoy los 77 kilómetros que separan Morón de Campana. Lo hizo a bordo de un vehículo del servicio penitenciario bonaerense, menos de 24 horas después de haber sido detenido. Fue trasladado del penal n° 39 de Ituzaingó al n° 21 de Campana.
Grassi fue condenado, en tres instancias, por abuso sexual agravado y corrupción de menores, a 15 años de prisión. Desde que comenzó la investigación en su contra, que terminó con el juicio que lo encontró culpable hace once años, Grassi se caracterizó por intentar eludir a la justicia, interponiendo todo tipo de recursos para dilatar las decisiones.
El 18 de septiembre pasado, la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires ratificó la condena en su contra. Desde entonces se esperaba su inmediata detención. Ayer, cinco días después, y luego de que Grassi recusara al tribunal, al fiscal y a la convocatoria a una audiencia oral y pública, finalmente quedó detenido.
La orden del Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Morón,de su inmediata detención llegó acompañada del anuncio de su traslado a la unidad n° 39 de Ituzaingo, que es de baja seguridad.
Esta mañana comenzaron a circular versiones extraoficiales que hablaban de su traslado al penal de Campana.
Inaugurado a fines de 1998, el penal de Campana está ubicado sobre la ruta 6, a siete kilómetros del casco histórico de la ciudad.
Pedirán que se incorporen 14 testimonios más a la condena
Dice un antiguo refrán que no hay mejor defensa que un buen ataque. Y eso es lo que intentó hacer ayer Grassi durante los quince minutos que le correspondían en la audiencia en la que se definía si iba preso o seguía en libertad. En su ataque contra los fiscales Alejandro Varela y Federico Nieva Woodgate y los abogados querellantes Juan Pablo Gallego y Sergio Piris, Grassi volvió varias veces sobre un mismo punto: los testimonios por los que no fue condenado.
"Se han confirmado 15 absoluciones", dijo. "Algunas acusaciones no llegaron ni a juicio ni proceso", agregó vehemente. Refiriéndose a Gallego insistió sobre el tema: "me dice pederastra serial. Se olvida que la condena es por dos hechos y la absolución, por quince".
Gallego recogió el guante: en los próximos días presentará un pedido ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Estoy trabajando para que sean incorporados a la condena los catorce testimonios de las otras víctimas que se dejaron afuera. El pedido lo presentaremos dentro de los próximos siete días hábiles. María del Carmen Falbo – la Procuradora General Bonaerense- ya se refirió en forma positiva al tema”, dijo Gallego a Infojus Noticias.
“Que se sumen esos catorce testimonios es lo que vamos a pedir, basándonos en la disposición de la procuradora Falbo. Ella consideraba que todos los testimonios están en el mismo nivel. Y no entiende cómo algunos fueron incluidos y otros no. Esto podría aumentarle la condena a Grassi”, dijo a Infojus Noticias, Nora Schulman, directora ejecutiva de la Comisión Argentina de Seguimiento de la Convención Internacional de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (Casacidn).
“Nadie entiende porqué le creyeron a Gabriel y no a Luis o a Ezequiel (los nombres con que se conocieron las víctimas de los abusos del cura). En el caso de Luis, le dieron el beneficio de la duda, y en el de Ezequiel, lo descartaron”, agregó Schurman. “Es muy frustrante para ellos que sus testimonios fueran tratados así”.
Consultada sobre la orden de detención de Grassi, Schurman aseguró: “Es muy satisfactorio que por fin se haya hecho justicia. Parece mentira que hayan pasado once años, pero es así. Él ahora está en la cárcel, que es donde deben ir los delincuentes. Porque Grassi es un delincuente sexual. Gabriel siempre tuvo el fantasma de encontrárselo en la calle. Decía ‘él está libre y yo estoy preso’. Que esto haya cambiado es una reparación. Una forma de que pueda seguir adelante”.