Infojus Noticias

Trabajadores del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez del barrio porteño de Palermo realizaron una radio abierta y una conferencia de prensa para denunciar la crisis de los servicios de neurología, salud mental y social. “Estamos en una situación casi desesperante, el problema más complicado es que no se amplían los planteles de profesionales entonces estos servicios están en una situación crítica”, dijo a Infojus Noticias Silvia De Francesco, presidenta de la Asociación de Profesionales del Hospital.

A diferencia del Hospital Garrahan, que recientemente estuvo en conflicto, pero que es de gestión compartida entre el gobierno nacional y el porteño, el Gutiérrez no elabora su presupuesto ni puede contratar en forma directa a sus profesionales. Del mismo modo que el resto de los hospitales que dependen de la Ciudad de Buenos Aires, sus fondos son administrados por el Ministerio de Salud porteño.

Salud mental

Aunque el Gutiérrez es uno de los dos únicos hospitales para la internación de salud mental de adolescentes de entre 12 y 16 años, los recursos están lejos de alcanzarles para dar respuesta a toda la demanda que reciben.

Entre mayo y junio de este año, el equipo de guardia de salud mental atendió entre 18 y 36 consultas diarias. “Las consultas explotaron en los últimos años. Hay un quiebre entre el aumento de las demandas de atención por patologías mentales y la no adecuación de las condiciones del hospital para atenderlas”, explicó De Francesco y agregó que “de tener 3 o 4 pacientes internados, llegamos hasta 15 a 18 en un hospital que no está adecuado para eso. El personal de enfermería, por ejemplo, es el mismo que atiende un chico con neumonía y a otro con una patología de salud mental”.

De acuerdo al decreto 583/2011 de la Ciudad, en la guardia del hospital tiene que haber un equipo de salud mental formado por dos psiquiatras, dos trabajadores sociales y un psicólogo. Hoy, en cambio, hay un psiquiatra y un trabajador social menos. “El gobierno de la Ciudad está teniendo una política de mucho achique de lo que es salud mental. Hay muy pocos nombramientos o no salen las ampliaciones de dotación de planta”, dijo De Francesco.

La planta de salud mental prácticamente no tiene profesionales. Para la atención de chicos de 0 a 5 años, que en muchos casos son abusos o maltratos, hay una sola psicóloga de planta.

Según un informe de análisis presupuestario y políticas públicas en salud mental de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), “a 10 años de la sanción de la Ley 448 de Salud Mental de la Ciudad, y a 5 años de vigencia de la Ley Nacional de Salud Mental, la Ciudad de Buenos Aires no realizó avances significativos en los derechos de las personas usuarias de servicios de salud mental”.

Aunque la Ley Nacional de Salud Mental ordena que las internaciones se realicen en hospitales generales y la sustitución de los neuropsiquiátricos que ya existen por dispositivos comunitarios, según la ONG “casi el 80% del presupuesto para salud mental se orienta a reforzar el sistema manicomial”. Mientras que este año el presupuesto destinado por la Ciudad a las internaciones en centros especializados en salud mental alcanzó un 77%, las partidas asignadas a servicios en hospitales generales no alcanzan a representar un 1% del presupuesto.

Servicio Social

De 23 trabajadoras sociales de planta que llegó a haber en el pasado, hoy solo quedan cinco. Aunque un decreto de 2011 habilita al nombramiento de un segundo psiquiatra y trabajador social de guardia, los trabajadores aseguran que “estos nombramientos no se concretan”.

Neurología

Otro de los afectados es el servicio de neurología que, según explicó a Infojus Noticias Carlos Magdalena, uno de los médicos del área, “hoy está en serio riesgo de interrupción”. Debido a la ausencia de concursos y nuevos nombramientos que debe autorizar el gobierno porteño, el principal problema es, otra vez, la pérdida de horas profesionales. Jubilaciones, fallecimientos, renuncias y traslados de personal sin reemplazo dejaron al servicio con 144 horas menos ya.

“Actualmente con cuatro profesionales de planta y una jefa de servicio, es imposible dar respuesta a la demanda de los consultorios externos y del sector de internación, que cuenta con más de 300 camas en sus distintos pabellones y las tres terapias intensivas”, expresó Magdalena. La residencia de neuropediatría, además, tiene ya fecha de cierre. De no ingresar una nueva camada, el único jefe y los dos residentes con los que hoy cuenta el servicio terminan su recorrido de formación en mayo de 2016. “Nuestra labor se degrada en las actuales y dolorosas circunstancias mientras que el Hospital se ha hecho sordo y ciego, nos condena e invisibiliza”, dijo Magdalena.

Por la falta de equipo, los turnos en el servicio de neuropediatría se dan con meses de demora. Una consulta pedida a comienzos de octubre recién será atendida en marzo o abril del año próximo. “La atención a los pibes y adolescentes necesita su tiempo y dedicación. No hay respeto por estas cosas ni intención de cambiar nada”, denunció Magdalena.

AS/AF