“¿Y este que se pasea con una Hammer?”, decían todos. Hasta que los rumores de que estaba "vendiendo IVA” llegaron a la AFIP. Perfil de un hombre que amasó fortuna en poco tiempo, se convirtió en la pareja de la vedette Mónica Farro y es sospechado de liderar una banda narco.
Juan Suris, de 40 años, era una persona que se mostraba. En Bahía Blanca, una ciudad de 300 mil personas, algunos lo habían empezado a llamar “Ricardo Fort” por su exuberancia de un día para el otro: cadenas, musculosas, tatuajes, un estilo patovica y una camioneta Hammer (de las que usaba el ejército estadounidense), como transporte. Ese perfil fue el que hizo que se corriera el rumor de que “estaba vendiendo IVA”. La AFIP escuchó y le inició una investigación.
“Todo el mundo sospechaba que había algo raro porque era alevoso cómo se mostraba. ‘¿Y este que se pasea con una Hammer?’, decían todos. Fue así que desde la AFIP empezamos a investigar y presentamos la causa, aunque en principio mucho no avanzaba. Primero se lo imputó por asociación ilícita tributaria y después se fueron sumando las causas”, dijo a Infojus Noticias una fuente de la Administración Federal de Impuestos bahiense.
Suris es amigo de Leonardo Fariña y tienen varias cosas en común: amasaron una fortuna en poco tiempo y dicen que parte de ella se debió a hacer préstamos, establecieron vínculo amoroso con mujeres de la farándula y son investigados por presunto lavado de dinero. La vedette uruguaya Mónica Farro, última pareja de Suris, por estos días dijo que no está tranquila y que no sabía si visitaría en la cárcel al hombre que salía de su departamento cuando lo encontró la policía.
Desde hace 10 días, Suris está detenido en una cárcel de Bahía Blanca sospechado de liderar una banda narco integrada que operaría con por lo menos otras diez personas más. A su vez, le pesan dos investigaciones paralelas: una por vender facturas truchas y otra por presunto lavado de dinero.
Esa investigación fue sumada a la causa, aunque de momento la prueba que más lo compromete a Suris son dos mil horas de escuchas telefónicas a partir de las que los investigadores tejieron la red narco que operaría entre la Ciudad de Buenos Aires y Bahía Blanca y que contaba con un sistema de reparto a domicilio, además de servicios en boliches y lugares de la noche. En esas escuchas aparece su amigo Fariña, pero al parecer no hay prueba que lo vincule con la droga, pero sí con una camioneta trucha por la que Fariña tiene una causa.
Rodolfo Baqué, abogado de Suris junto a Mariano Bernárdez, deslizó la estrategia de defensa que usarían frente la acusación: “Es una causa de escuchas nada más, ya que está acusado de liderar una banda de estupefacientes, y estupefacientes no hay en ningún lado”.
Si los abogados se dedicaran sin dormir a escuchar las dos mil horas de grabaciones, tendrían que usar 83 días de sus vidas. Por eso, se resolvió una propuesta alternativa que consiste en poner a disposición el total de las actas desgrabadas y escuchar la grabación en los tramos donde surjan dudas.
Lo único que reconoce Suris de las acusaciones en su contra tiene que ver con la venta de facturas truchas: “Sobre el depósito de 14 millones, dijo que eran fondos de la venta de facturas truchas pero que ese dinero no quedaba en sus manos, sino que lo depositaba y cobraba una comisión del 10% del IVA, sobre el valor de esas facturas”, explicó a Infojus Noticias el fiscal Alejandro Cántaro. Esos 14 millones son los que investigó la AFIP, y por esa causa Suris y otras cinco personas fueron indagadas, aunque aún no están procesados.
El procedimiento ilícito de vender facturas truchas está lleno de supuestos. “Primero es crear una sociedad anónima, legal, y vender algo “supuestamente” a otra empresa. Cuando le compro a la otra empresa yo “supuestamente” le pago IVA. Cuando me doy vuelta para vender mis bienes yo compenso lo que le tengo que pagar a la otra persona, con lo que “supuestamente” le pagué al que está detrás de mí. Como en realidad es un proceso trucho, al tipo que me dio la factura le doy un 10 o 20 por ciento en relación al monto del IVA, y lo acredito en un cien por cien. Después esa empresa fantasma con una gran deuda desaparece y ahí está la estafa”, explicaron en la AFIP. Identificar a esas empresas en el momento del ilícito es complejo, debido a que por lo general están asesoradas por contadores y no mueven fondos grandes para no llamar la atención, sino que hacen un trabajo de hormiga.
Antes de que lo arrestaran, Suris estuvo prófugo durante un mes a mediados de diciembre, mientras la policía lo esperaba a su regreso a Bahía Blanca al costado de la ruta 51. Pero cuando Suris salió para Bahía recibió una llamada que le avisó lo que iba a pasar. “Si es un alto mando de Gendarmería o un policía sobornado de algún destacamento policial, no lo sabemos. Pero evidentemente algún contacto tiene”, informó uno de los investigadores. Esa pista, abrió una nueva puerta de investigación que busca la complicidad de algún cargo de las fuerzas de seguridad.
Suris tiene una teoría que repite cuando habla con quienes lo acusan: “La causa está armada”. Cuando el juez le preguntó quién podría querer armarle una causa, Suris argumentó que era porque en el último tiempo creció mucho económicamente. Cuando le preguntaron por qué se había fugado, dijo que era porque tenía miedo de la policía hasta no saber de qué lo acusarían.
El 13 de enero, el empresario fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria cuando circulaba en un taxi por la avenida Santa Fe al 2000, en Recoleta, después de abandonar el departamento de Farro en la avenida Cabildo al 2500, en Belgrano. Lucía diferente: tenía barba candado, usaba una gorra deportiva y mintió su nombre en el interrogatorio de identificación.
El fiscal Canteros dijo que en principio Farro no aparece mencionada en las miles de horas de escuchas, aunque no descartaba imputarla en otra causa por el delito de encubrimiento. Con el coletazo mediático, la vedette ingresó al reality. Viviendo con las estrellas, de Marcelo Polino, y reveló que la historia de amor con un empresario se la había revelado una “brujita”. “Y así pasó, aunque no me había advertido que vendría con todo este combo” dijo la uruguaya y le mandó un beso a Suris, “que siempre la mira desde la cárcel de Bahía Blanca”.