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Llegó a juicio oral la causa que investiga si el ex embajador argentino en Venezuela Eduardo Sadous mintió al decir que un grupo de empresarios argentinos pagaba sobornos a una “embajada paralela” para facilitar sus negocios. La denuncia por “falso testimonio” la impulsó el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, y fue el juez federal Rodolfo Canicoba Corral el que encabezó la pesquisa. El Tribunal Oral Federal 6 será el encargado de juzgar a ex diplomático que se desempeñó como representante del país en Caracas entre el 2002 y el 2005.

Según la versión de Sadous, de abril de 2010, los empresarios argentinos debían pagar sobornos en una oficina montada en paralelo a cargo de Claudio Uberti, designado oficialmente como coordinador de negocios entre la Argentina y Venezuela. La versión involucraba Alberto Álvarez Tufillo, segundo de Sadous en la embajada, y al empresario ganadero Eduardo Cavanagh. Tanto en el Congreso como ante la Justicia, durante la instrucción de la causa, Sadous declaró que Tufillo le había hablado de negocios sucios y Cavanagh le mencionó pedidos de soborno por funcionarios para poder ejercer su actividad comercial. Funcionarios de la cartera liderada por De Vido eran el blanco de la denuncia.

Tanto Cavenagh como Tufillo desmintieron a Sadous en la Justicia. Cavenagh declaró: “nunca le dije a Sadous que tenía miedo y no tenía motivos para tener miedo. Ahí (en Venezuela) hay competencia pero no miedo”. Los 45 titulares de empresas que exportaron maquinaria agrícola y otros que no lograron exportar negaron, también, la existencia de coimas. Pero el testimonio clave fue el de Tufillo, por entonces agregado comercial en la embajada argentina en Venezuela, quien negó de plano los hechos denunciados por Sadous, incluidos el rol de dos empresas que mencionó como mediadoras. El empresario Jorge Aizpun fue otro de los que desmintió a Sadous.

Según el fallo del juez Canicoba Corral que procesó a Sadous se “encuentra acreditado” que el ex embajador “vertió afirmaciones falsas en perjuicio de los allí imputados Julio De Vido y Claudio Uberti”. El delito se agrava por ser una declaración contra un imputado en un proceso penal. En septiembre de 2013 la Cámara Federal confirmó el procesamiento por falso testimonio.

Para investigar la denuncia de Sadous, la Justicia desdobló la causa, dada su complejidad. Lo referente a la “embajada paralela” quedó a cargo del juez Canicoba Corral y otra por las presuntas coimas la llevó adelante el juez federal juez Julián Ercolini. Ese segundo expediente tampoco logró reunir pruebas.

Sadous, el diplomático

Los primeros pasos como diplomático de Eduardo Sadous fueron durante la autoproclamada “Revolución Argentina”. Con el dictador Alejandro Lanusse en el gobierno, Sadous ingresó al departamento de Asia y Oceanía donde estuvo hasta 1974. Entre diciembre de ese año y fines de 1975 los documentos que informan el destino del personal diplomático dice: “no informado”. Después estuvo en la secretaría del Ministerio de Relaciones Exteriores hasta 1976.

Entre sus relaciones se cuentan a José López Rega, Licio Gelli, Alberto Vignes (apartado de su cargo por Eva Perón cuando descubrió que se apropiaba de bienes de judíos perseguidos por el nazismo y Canciller durante el gobierno de Isabel Perón) y Emilio Massera. Todos ellos miembros de la organización fascista P-Due. En 1989 fue el hombre de confianza del entonces canciller Domingo Felipe Cavallo. Después, entre 1991 y 1993 fue embajador en Malasia. De 1993 a 1996, en Brunei Darussalam, en el sudeste asiático.

El 17 de octubre de 2002 Sadous llegó a Venezuela, nombrado por el presidente interino Eduardo Duhalde. El canciller era Carlos Ruckauf. Rafael Bielsa, como canciller de Néstor Kirchner, lo sostuvo en ese destino hasta mayo del 2005 cundo lo reemplazó por Nilda Garré. Su próximo destino serán los Tribunales Federales donde deberá afrontar el juicio oral por falso testimonio agravado.