Hace un año fue visto por última vez. Hay tres hipótesis: secuestro, asesinato o fuga. Uno de los datos que surgió en la investigación es un depósito por 150 mil dólares realizado en la cuenta del fallecido fiscal Alberto Nisman.
La mañana del viernes 17 de octubre de 2014 Damián Stefanini besó a su esposa y a su beba, subió a su Audi A4, salió de su casa, en un country de San Fernando, y desapareció. Desde entonces pasó un año y el caso avanzó contemplando tres hipótesis. “Si efectivamente fue secuestrado, si lo mataron, o si él se fue por su cuenta. Cada una de ellas implica líneas de investigación y motivaciones”, resumió a Infojus Noticias una fuente cercana a la causa. Y fue en ese raid para unir los puntos que se fueron inscribiendo en el universo de este hombre de 45 años que los investigadores llegaron a un dato que definen como “trascendental”: en 2012 Stefanini hizo un depósito de 150 mil dólares a la cuenta que el ex titular de la UFI AMIA, Alberto Nisman, que apareció muerto el 18 de enero, tenía en el banco estadounidense Merryl Lynch.
“Es un dato muy importante, muy significativo”, completó la fuente y destacó que lo central para la investigación es establecer “cuál es la conexión entre ambos, las vinculaciones, para entender que a alguien le interesase que él ya no estuviera”. Los vínculos entre Nisman y Stefanini no sólo se remontan a ese depósito: el nombre del empresario Claudio Picón, es otro de los puntos en común. “Aparece Picón en el medio, que es amigo de Nisman y de Stefanini. Y una serie de individuos vinculados a organismos de inteligencia. También aparecen temas como lavado de activos, organismos de inteligencia y negocios financieros, todos elementos que son de difícil investigación. Es un mundo en el que las relaciones se dan personalmente, hay escasas pistas para reconstruir y siempre es más difícil porque se va detrás”, completó.
Con el dato del depósito en la cuenta de Nisman la causa por la desaparición de Stefanini quedó “conectada” con otras dos: la de la muerte del fiscal, que es investigada por la fiscal Viviana Fein y con la de lavados de activos, que llevan adelante el juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Juan Pedro Zoni, y que tiene como imputadas a la madre y hermana del ex fiscal -Sara Garfunkel y Sandra Nisman- al empleado informático, Diego Lagomarsino, que fue quien le prestó el arma al ex fiscal en la víspera de su muerte, y al propio Picón. “Son causas vinculadas que no se puede desconocer que existen y que efectivamente están allí y hay que profundizar en este sentido”, completó la misma fuente.
Picón es el titular de la camioneta Audi que manejaba Nisman y también es a nombre de quien figuraba un cheque encontrado en la caja de seguridad del departamento del fiscal. Su nombre, sostuvo el diario Página/12, también aparece vinculado con empresas norteamericanas que, en el mundo de la seguridad, son consideradas contratistas de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos.
Los vínculos entre ambos mundos también se dan en que la jueza a cargo de la causa por la desaparición de Stefanini es Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman, madre de sus dos hijas. Aunque habría ofrecido apartarse del caso, aún se mantiene en la causa. En tanto que la investigación está a cargo del fiscal de San Isidro, Fernando Domínguez.
El día de la desaparición
El rastro de Stefanini se perdió definitivamente el mediodía del viernes 17, a metros del estudio de su contador, en Vicente López. Ahí apareció su auto sin llaves, dos días después. Adentro estaba su Ipad y otros efectos personales. Antes había ido a un astillero en la zona de Rincón de Milberg a verificar la construcción de tres embarcaciones.
Su actividad comercial, a priori, se dividía en dos: mientras que por un lado era un empresario que se dedicaba al ploteo de mesas y sillas empresariales, por otro lado se dedicaba al cambio de cheques y préstamos, en una dimensión de baja intensidad. “Aunque tenía esta actividad no muy conocida, los testigos le atribuían poca actividad. Nada muy sofisticado, pero esa mirada empezó a cambiar con la aparición de Picón y la cuenta del Merryl Lynch”, completó la fuente.
Como los investigadores no tienen una escena del crimen donde ubicar exactamente el momento en que se dio la desaparición de Stefanini, van reconstruyendo en base a cámaras, entrecruzamientos telefónicos y un eslabón fundamental para la causa: la reconstrucción de su entorno. Allí figura también el empresario Hugo Scwartz, que está imputado en la causa Colony Park, un imponente proyecto inmobiliario en el Delta, que está parado por decisión judicial. A diferencia de él, no hay constancia de que Stefanini apareciera en una causa judicial previo a su desaparición. Con él, Stefanini estaba asociado para la construcción de los barcos.
Una búsqueda que no cesa
Para dar con Stefanini los investigadores armaron un perfil genético y cuentan con su ficha dental. Recorrieron desde hospitales hasta morgues de todo el país, entre otra serie de medidas para encontrarlo. “Es una actividad de investigación en todos los sentidos que puede haber habido”, reconoció la misma fuente.
Los investigadores también pidieron colaboración a Interpol Brasil tras recibir una serie de datos que afirmaban que en ese país estaba escondido el empresario. Los resultados fueron negativos. “Nada apareció en relación a eso. Las personas que aseguraron eso en los medios fueron citadas a declarar por la justicia y resultaron ser personajes que venden humo”, completó la misma fuente.
El secuestro que no fue
En los últimos días de diciembre pasado la causa por la desaparición de Stefanini cambió de fuero. El traspaso de la justicia ordinaria a la federal se produjo luego de que la familia del empresario recibiera un mensaje vía Facebook en el que un hombre pedía dinero a cambio de informar quién lo había secuestrado. Fue entonces cuando la causa llegó a los tribunales federales de San Isidro: en la fiscalía de Domínguez y el juzgado de Arroyo Salgado. Rápidamente se descartó la cuestión del secuestro extorsivo y detuvieron a una persona, de Santiago del Estero, de apellido Santillán, que fue quien mandó el mensaje. “Fue un oportunista confeso, salió excarcelado. No conocía nada del caso y le salió pésimo. Está imputado por extorsión y la causa va a juicio”, completó la misma fuente.
CD/PW