Hace poco más de un mes Gastón Arispe Huaman, de 13 años, murió ahogado tras caer en el pozo ciego de su casa, en la villa Rodrigo Bueno. La madre apunta al jefe de Gobierno porteño: "La muerte de mi hijo se podría haber evitado con cloacas", dice. La presión a un futbolista desde Boca para que no hable del tema y el lento avance de la causa judicial.
“Para la gente de afuera, la vida de los que vivimos en una villa no vale nada”, dice Flora Huaman Ramos. Es la mamá de Gastón, el nene de 13 años que el 9 de marzo murió ahogado en el pozo ciego de su casa en el barrio Rodrigo Bueno. Se cayó cuando intentaba salvar a su gato que también se había caído en el agujero negro de barro y suciedad. Los propios vecinos fueron quienes lo sacaron. A poco más de un mes de la muerte, Flora no tiene muchas certezas sobre el curso de la causa judicial que investiga el caso, pero está convencida que no va a parar hasta que se juzguen a los responsables y al primero que señala es al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri. Si el lugar en el que vive estuviese urbanizado, no hubiese sido necesario un pozo ciego. “Hasta las últimas fuerzas que me queden voy a gritar Justicia”, asegura. El próximo jueves encabezará una marcha para reclamar que se esclarezca la muerte.
La revista La Garganta Poderosa publicó ayer un nuevo número con el jugador de Boca Daniel Osvaldo en la tapa con la boca abierta, el sello icónico de la publicación. La idea inicial era que en ese grito hablara sobre Gastón para homenajearlo. Su representante había estado de acuerdo, pero los periodistas debían cerrar la nota con el área de prensa del club. “Osvaldo no hablará del tema Gastón”, le contestaron. El 2 de abril lo entrevistaron con preguntas pautadas y bajo expresa amenaza: “Una pregunta fuera de lugar y se termina la nota”. El encuentro estuvo custodiado “por tres hombres de Prensa Boca, sin un solo segundo de intimidad con Osvaldo”.
Tapa y contratapa de La Garganta Poderosa.
“Hablamos de casi todo con Daniel Osvaldo: Boca intervino la producción, para que no hablara sobre Gastón”, tuitearon desde la Garganta Poderosa. “Mucho no sé de política pero el socio mayoritario de Boca es Mauricio Macri. Y al pobre jugador le taparon la boca para que no se hable de Gastón”, dice Flora.
Cuando reflexiona sobre las responsabilidades de lo que le pasó a Gastón, ella apunta a al jefe de gobierno porteño. “La muerte de mi hijo se podría haber evitado con cloacas. Como no tenemos cloacas, estamos obligados a cavar nuestros pozos ciegos. Y la Unidad de Gestión de Intervención Social (UGIS) que dice que viene a destapar no lo hace con la frecuencia que ellos dicen”, asegura. “Quiero que se haga Justicia por Gastón empezando por Mauricio Macri”, agrega.
En la Fiscalía de Instrucción N°12, donde recayó el caso, la causa “está en trámite”. Según el sumario 186, la carátula aún es muerte dudosa. Flora cuenta que le dijeron que iba a necesitar un abogado. Ella dice que no puede pagar uno particular. Mientras transita su duelo, recorre despachos para encontrar ayuda y patrocinio.
Hace 15 años que Flora llegó a vivir al barrio urgente emplazado a cuatro cuadras de Puerto Madero, entre la Reserva Costanera Sur y la Ex Ciudad Deportiva de la Boca. Entre pasillos angostos y laberinticos, las familias viven sin cloacas ni agua potable. “Es lo básico para el ser humano. Nosotros queremos pagar nuestros servicios y no nos dan esa posibilidad”, cuenta la mamá de Gastón.
Cuando Flora volvió del trabajo el 9 de marzo se encontró con muchos vecinos reunidos en la canchita de fútbol, en la entrada del barrio. También había una la ambulancia del SAME. Ahí se enteró que Gastón se había caído al pozo. Cuenta que los médicos no quisieron atravesar los pasillos angostos de la villa con camilla en mano. Flora les suplicó una, dos, tres, cuatro veces que fueran hasta su casa en la manzana dos para auxiliar a Gastón. “Nosotros vamos a ir a la canchita y al niño que lo lleven para allá”, le dijeron. La mujer finalmente fue hasta la casa acompañada por los Bomberos Voluntarios. “Corra señora, corra hasta el lugar, que nosotros la seguimos”, le dijeron. Gastón todavía respiraba. No aguantó a que llegaran los médicos.
Gastón estaba contento porque había empezado la secundaria. Su mamá lo recuerda como un nene estudioso que amaba la música y soñaba con tener una flauta en su casa para poder practicar. También le gustaban mucho los animales. Por eso, la familia aceptó llevar a Morita, la gatita de la calle que se cayó al pozo antes que Gastón.
El último 6 de abril Flora marchó hasta la Jefatura de gobierno para exigir respuestas. “Estaba llorando con la foto de mi hijo y nadie me preguntaba nada”, recuerda. El próximo jueves a las 14.30 Flora irá desde la entrada del barrio hasta la legislatura porteña para volver a pedir Justicia. “Con urbanización, hoy estaría Gastón” es el mensaje que llevará acompañada de distintas organizaciones.
El largo camino por la urbanización
La causa judicial por el pedido de urbanización arrancó en 2005 cuando un grupo de vecinos inició una acción de amparo ante un inminente desalojo. Ese año un proyecto inmobiliario detrás del que estaba el grupo IRSA buscaba levantar los Solares de Santa María en el mismo terreno de la Rodrigo Bueno.
Seis años después, la magistrada de primera instancia Elena Liberatori hizo lugar al pedido, y ordenó la urbanización. Esta sentencia fue apelada por el Gobierno de la Ciudad. Y el último 30 de septiembre en un fallo divido los jueces Fernando Juan Lima y Esteban Centanaro de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires revocaron la sentencia y rechazaron el reclamo de los vecinos.
Los magistrados sostuvieron que las familias no tenían ningún título que avale la ocupación y que la permanencia en bienes públicos no otorga derecho a reclamar la propiedad. En disidencia, la jueza Mabel Daniele propuso rechazar la apelación del gobierno. Planteó que la demanda se inserta en el contexto “del progresivo empeoramiento de las condiciones de vivienda y de la grave situación de emergencia habitacional en que se hallan sumidos desde hace décadas los sectores más vulnerables”.
Frente a este retroceso, la Defensoría General volvió a apelar y esta vez el expediente recayó en el Tribunal Superior de Justicia porteño, que es quien tiene que decidir sobre el tema ahora. En un carril paralelo, en diciembre la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires junto a la Defensoría General de la Nación presentaron un proyecto de ley para urbanizar el barrio, la iniciativa todavía no tuvo tratamiento.
MFA/LC