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La tercera querella, que representa a la familia de Lucas Menghini Rey y a las de otras víctimas fatales y heridos del choque de trenes de Once, alegó hoy frente al Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2.  Después de más de seis horas de alegatos pidieron penas de 15 anos para los ex secretarios de Transporte de la Nación Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi y 18 años para el ex titular de Trenes de Buenos Aires (TBA), Sergio Cirigliano. También solicitaron penas de entre 10 y 16 años para el resto de los imputados, a excepción del motorman Marcos Córdoba, para quien pidieron la absolución.

El pedido marca un contraste con el realizado en sus alegatos por las querellas I y II, que ayer coincidieron en pedir 22 años de prisión para el motorman de la formación, Córdoba, uno de los 28 imputados por la tragedia ferroviaria de febrero de 2012. En el choque murieron 52 personas y más de 700 resultaron heridas.

Los abogados Leila Leiva y Leonardo Menghini, tío paterno de Lucas, comenzaron sus alegatos haciendo referencia a los imputados y las víctimas. Leiva se refirió a la actitud de los imputados y aseguró que “se mostraron arrogantes e impunes”. Y también habló sobre la confianza que depositaron en su querella los familiares de las víctimas y afirmó que las “almas” de las víctimas “sobrevolaron este recinto durante todo el debate”.

Después volvió sobre los acusados y afirmó que estaban marcados por la “avaricia” y “sin preocuparse por los otros”. Y cuestionó la actitud de varios de ellos que durante sus indagatorias afirmaron que “no sabían porque estaban aquí. No lo entendieron”, dijo y completó “las verdaderas víctimas y sufrientes se encuentran detrás de ese vidrio”, en referencia a los familiares y sobrevivientes que estaban del otro lado del blindex del subsuelo de la sala AMIA, de los tribunales federales de Comodoro Py.

Menghini nombró uno por uno a los imputados y luego nombró a las 51 víctimas del choque y del bebé por nacer de una de ellas, que fue contemplado durante la instrucción. “Los nombro porque no son solo nombres”, afirmó.

El abogado también habló del control societario de Trenes de Buenos Aires (TBA) y de los diferentes roles, tanto de los gerentes, como de los miembros del directorio, los concesionarios y los funcionarios, “que por su acción u omisión tuvieron responsabilidad” en la tragedia. Hizo mención al “desinterés” de los responsables y aseguró que hubo “abuso defraudatorio en perjuicio del Estado Nacional. E hizo referencia a la forma en cómo se produjo el “degradamiento del servicio del Sarmiento hasta el choque” y agregó “de manera parasitaria (se) desmanteló un servicio público”. Sobre los funcionarios explicó que “de golpe descubrieron que estaba todo mal. No les importó las tragedias anteriores, los muertos, que la gente viajara como animal”.

Leiva afirmó que la formación siniestrada, conocida como Chapa 16, "estaba condenada a la inactividad, tenía problemas de freno que se agravaban en el calor de febrero, había habido advertencias por correo electrónico de Roque Cirigliano", uno de los imputados. Luego hizo referencia al maquinista Leonardo Andrada, quien entregó esa mañana la formación a Córdoba, y meses después fue asesinado en un supuesto asalto, pero antes declaró en la causa que el tren iba "sobrecargado" y había que "frenarlo antes".

Menghini se emocionó durante varias oportunidades en el correr de la audiencia. La primera fue cuando recordó que la mañana de la tragedia estuvo en el andén de la estación de Once, buscando a su sobrino, que fue encontrado 54 horas después. Fue allí donde vio cómo “cuando llegaron los policías y los bomberos no sabían por dónde cortar (los vagones). Los vi porque estuve ahí. Nadie de TBA estaba ahí para decir con qué o cómo cortar la chapa. Nunca se les ocurrió que eso podía pasar. Eso es abandono, desidia, desprecio y está probado en la causa”.

También señaló la necesidad de analizar la relación TBA/Cometrans y habló de lo que arrojaron las pericias económicas que se realizaron, de la falta de inversión y de personal capacitado para cumplir con los contratos.

El recuerdo del horror

Menghini  volvió a quebarse cuando habló de las 21 personas “que murieron por aplastamiento” e hizo referencia al testimonio que dio en el debate el director médico del SAME, Alberto Crescenti, sobre el día del accidente y el operativo de rescate. “Vino acá y se puso a llorar”, dijo y agregó “se acordó de lo que veía (ese día), de la  gente aplastada”, relató. Menghini dijo que prefería no mostrar fotos para no perjudicar aún más a los familiares, aún a riesgo de perder condenas. Y volvió sobre el recuerdo de la gente aplastada en los vagones, que no podían salir. “Yo estaba ahí, en ese andén, nadie me lo va a contar”, concluyó.

CD/LC