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Un año y medio antes de morir de morir quemada con cinco meses de embarazo, Fátima Catán había renunciado al boliche donde trabajaba por los celos de su esposo, contó está mañana su hermano Juan Nahuel en el Tribunal Oral de lo Criminal 4 de Lomas de Zamora. Habló como testigo de la Fiscalía en la primera audiencia del juicio en contra de Martín Santillán, pareja de Fátima y único imputado. “Él decía que iba a cambiar, pero cada vez era más intenso el tema de los celos. Para mí, ella murió por amor”, dijo a Infojus Noticias Juan Nahuel en el intermedio de la audiencia.

La noche del 18 de agosto de 2010 Santillán y Fátima tuvieron una discusión. “Los vecinos escucharon gritos desesperados de ella durante 15 minutos y después se hizo un silencio de la nada”, declaró Juan Nahuel. Fátima tenía quemaduras en el 85 por ciento del cuerpo cuando llegó al Hospital Evita donde fue llevada por Santillán. En su versión de los hechos, Fátima limpiaba CD con una botella de alcohol en la mano y cuando encendió un cigarrillo se prendió fuego. Enseguida él trató de apagar las llamas lanzándose sobre ella, que sólo vestía musculosa y ropa interior. En ese intento sufrió quemaduras en el antebrazo.

"Resultaría poco probable que la víctima, luego de rociarse con alcohol la zona de su pecho, pueda iniciar un proceso combustivo sobre ella", consignaron los peritos de la Policía Federal en su informe. “Mi hermana no tenía muchos CD, todo lo tenía en pen drive. En casa nunca la vi limpiar uno”, dijo Juan Nahuel en el Tribunal presidido por los jueces Eduardo Banchieri, Marcos Martínez y Darío Segundo.

En la sala chica de la audiencia, Santillán, remera verde, zapatillas Nike sin medias, estaba sentado junto a su defensora intercambiando palabras en voz baja. Detrás, sus padres y hermanos. En la hilera del lado estaban la fiscal Viviana Simone y los abogados de la familia: Gabriel Juricich y Alberto Palacio. Y los padres de Fátima, Jesús Catán y Elsa Gerez que sufrió un ACV que le impide hablar desde el año pasado.

Durante el año siguiente al hecho, la familia Catán recibió varias amenazas telefónicas y Juan Nahuel sufrió una golpiza por parte de hombres encapuchados. “Me subieron a una camioneta, me dijeron que me quedara quieto, que no gritara, y me golpearon. Decían: ‘Esto es para que Elsa deje de hacer quilombos en Tribunales’”, aseguró Juan Nahuel.

Dos años antes de su muerte, la familia de Fátima había descubierto que Santillán la golpeaba. Una noche de 2011 Juan Nahuel recibió una llamada en que se escuchaban gritos desesperados de Fátima. El joven, que entonces era menor de edad, corrió junto a su madre al domicilio de la pareja en Marature 1628, a cuatro calles de su casa. Cuando les abrieron la puerta encontraron a Fátima llorando en el piso y a Martín Santillán conminándola: “Decile a tu mamá que no te pegué”.

“Ella se fue aislando de todo, de los amigos, de la familia, no me contestaba mensajes. Estaba re enganchada, era una persona muy demostrativa y escribía cosas para él en su diario. En casa no cocinaba, pero cuando se fue a vivir con él aprendió para hacerle tortas”, contó su hermano en la audiencia.

Unas horas después de ingresar al Hospital Evita, Fátima Tacán fue trasladada al Hospital de San Martín donde murió dos días más tarde.

–¿Usted pudo ver a su hermana? –preguntó la fiscal Viviana Simone.

–Sí. La vi desfigurada totalmente, era otra persona. –contestó Juan Nahuel.

En el intermedio de la audiencia, Moisés Catán, padre de Fátima, dijo con la voz entrecortada y un temblor rapaz en las piernas, “Yo lo único que estoy pidiendo es justicia”. En 2013, antes de sufrir el ACV, Elsa Gerez había dicho a esta agencia “Yo a Martín Santillán, muerto no lo quiero. Él tiene que pagar por lo que hizo”.

La segunda audiencia se realizará el próximo martes.