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Esteban Mur, el padre de los dos nenes que murieron en el incendio de un taller textil, completó hoy su declaración testimonial en el edificio de Comodoro Py, en el marco de la causa donde se intenta determinar si existió el delito de trata laboral detrás de la tragedia del barrio porteño de Flores. Es la primera vez que Mur declara ante la abogada de Lee Sung Yop, el empresario coreano que ejercía la potestad productiva. Los dichos de Mur giraron en torno a su condición económica antes emigrar a la Argentina y cómo surgió la relación con Lee. Además, pudo precisar direcciones donde el empresario tiene otros establecimientos productivos.

En el Juzgado Federal 6 se escuchó la historia de Esteban Mur desde que, en la década del ‘90  perdió a sus padres en Bolivia y junto a su hermana tuvieron que defenderse ante la vida como pudieron. “La vulnerabilidad socioeconómica familiar de la que proviene Esteban y las razones de su migración explican por qué llega a vincularse laboralmente con Lee”, explicó a Infojus Noticias Gabriela Carpineti, abogada representante de Mur.

Su colega en la defensa, Nahuel Berguier, sumó otro elemento que, a su criterio, le da importancia a la testimonial de hoy: “Esteban dejó en claro que el primer vínculo que tiene el empresario coreano con su familia es con su cuñado que estaba en situación de calle, durmiendo en la Plaza de los Periodistas en Flores. Este hombre se le acerca y le ofrece trabajo”, contó en referencia a Roberto Menchaca, hermano de Corina, madre de Rolando y Rodrigo. “Este es un elemento típico de estos casos, la situación de vulnerabilidad te hace vincularte con empresarios en condiciones muy desventajosas y de mucha precariedad”, completó Carpineti.

Roberto y los demás miembros de la familia Mur Menchaca serán citados a declarar para avanzar en la reconstrucción del vínculo comercial entre el empresario y los trabajadores del taller donde murieron los nenes.

La abogada Ana Laura Panucci, del estudio de Iezzi y Varone, se presentó ayer como defensora del empresario coreano, quien –según declaró Mur el viernes–  les proveía las telas, entregaba los moldes para las prendas, retiraba la producción además de ser quien firmaba el contrato de alquiler de la casa de calle Páez. También era el dueño de las máquinas con las que trabajaban en jornadas de 14 horas diarias.

Según dijo Palmucci a Infojus Noticias, su cliente “se enteró por los medios que lo señalaban en la Justicia y decidió presentarse para tener acceso al expediente”. El  bufete para el que trabaja Panucci es uno de los grandes estudios que asesora a empresas como Adidas, Chandon, Molinos Río de La Plata, Kraft y Telefónica, entre otras.

Durante la testimonial de Mur, la abogada de Lee realizó algunas preguntas siempre en dirección a que el querellante explique con detalle todo lo referente a quién era el dueño de las máquinas  que había en el taller. Mur repitió lo que dijo el viernes: “Se hizo un acuerdo de palabra de Roberto con el coreano. El coreano traía las máquinas y nos la iba descontando”, dijo en su declaración a la que Infojus Noticias tuvo acceso.

En relación a la actividad comercial de Lee, Esteban Mur aportó direcciones de un local, una fábrica y por lo menos otros tres talleres en los que produce de la misma forma que en el taller de Páez.

Mur comenzó a declarar el viernes pasado en el Juzgado 6 a cargo de Rodolfo Canicoba Corral. Allí, a poco más de un mes de que Rodrigo y Rolando Mur Menchaca murieran las llamas de la casona de Páez al 2700, Mur dijo que el empresario coreano era quien les “proveía las telas” y que ellos eran los encargados de confeccionarlas. También era quien les pagaba y retiraba las prendas.

Además, Mur presentó seis recibos de alquiler a nombre de Lee Sung Yop. “Con esta declaración testimonial quedó asentado con claridad el vínculo de explotación que perseguía este empresario de nacionalidad coreana para con el grupo de cinco trabajadores de origen boliviano”, consideraron el viernes los abogados Nahuel Berguier y Gabriela Carpineti, que impulsan la querella.

JC/RA