El técnico que trabajaba para Nisman declaró que él le prestó el arma que luego apareció debajo del cuerpo del fiscal. La ley dice que un arma es personal e intransferible. Para dársela a otra persona se deben cumplir varios requisitos. Ninguno de los dos, ni el fiscal Nisman ni Diego Lagomarsino los cumplían.
El lunes por la mañana, poco después de conocerse públicamente la noticia de la muerte del fiscal Alberto Nisman se presentó a declarar Diego Lagomarsino. Empleado de la UFI AMIA, de la que estaba a cargo de Nisman, Lagomarsino explicó ante la justicia que el arma, Bersa calibre 22, encontrada junto al cuerpo era suya y que él mismo se la había llevado noche del sábado a pedido del propio fiscal. El inciso 4 del artículo 1° de la ley 25.886, sancionada en abril de 2004, establece que “será reprimido con prisión de UN (1) año a SEIS (6) años el que entregare un arma de fuego, por cualquier título, a quien no acreditare su condición de legítimo usuario”. Como informó esta mañana el secretario de Seguridad, Sergio Berni, Nisman tenía armas, pero que "estaban registradas desde el año noventa y pico. Esto pasó en el año '90, pasó mucho tiempo. Hasta donde tengo entendido, no era portador, no era legítimo usuario".
Según explica el Registro Nacional de Armas (RENAR) a través de su página web, “la credencial de Legítimo Usuario de Armas de Fuego tiene una vigencia de cinco años y debe renovarse dentro de los noventa días anteriores a su vencimiento”. Las tenencias, en cambio, “tienen carácter de título sobre el arma y sólo caducan si no se renueva la credencial de Legítimo Usuario en término”.
“La tenencia de un arma es algo personal e intransferible. Es para utilización propia”, explicó a Infojus Noticias el abogado penalista Pablo Lorenzo. “Si voy a transferir un arma o la tengo que vender, debo llenar determinados requisitos que impone el RENAR. No se le da un arma a cualquiera”, agregó el abogado. “Para poder tener un arma hay que pasar estudios psicológicos, pericias, la persona debe estar preparada, tener un instructor de tiro”, completó.
Consultado sobre los dichos de Diego Lagomarsino publicados hoy en la edición impresa del diario Página 12, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, sostuvo ante los medios que "no puede entregar un arma graciosamente a otro si no tiene credencial de legítima usuario". Hasta ahora, Diego Lagomarsino es el último hombre que vio con vida al fiscal. Los peritajes demostraron que la bala que mató a Nisman salió de su Bersa.
“Quien facilita a una persona que no tiene la autorización legal para tenerla, podría hallarse in curso en el delito de “tenencia de arma sin la debida autorización” en carácter de partícipe necesario, que tiene la misma pena que el autor”, explicó a esta agencia el penalista Adrián Albor. “El fiscal mismo estaba incurriendo en un delito. Que es la tenencia de arma de uso civil condicional sin la debida autorización”, describió Albor. “El delito es la mera tenencia del arma, el suicidio obviamente no está penado”, completó.
Albor describió también que lo que se pune es la “imposibilidad de control”. “La persona tiene dos autorizaciones. Una para usar un arma (Carnet de Legítimo Usuario –CLU-) y otra para usar esa arma, en particular, no cualquiera”, concluyó. “La ley marca límites con las armas porque es un tema complejo”, agregó Lorenzo.
La versión de Lagomarsino llegó a Página/12 a través del testimonio de una jueza amiga de su familia. La mujer explicó que Lagomarsino es un hombre joven, casado, y con dos hijas chicas, que iba pocas veces a la fiscalía y la mayor parte de las ocasiones se encontraba con Nisman en el departamento del fiscal en la torre Le Parc de Puerto Madero. Lagomarsino asegura que se dedicaba a copiar y desbloquear archivos y que realizaba backups de archivos que le pedía Nisman.
Sobre el encuentro del sábado, Lagomarsino contó que no fue muy largo. Que, como hacía habitualmente, entró por la puerta de servicio. Nisman estaba solo en el departamento y lo invitó a tomar un café. Dijo que lo vio tranquilo y que al ratito se fue, pero esta vez por la puerta principal, algo que no era usual. También recordó que la despedida fue sin darse la mano porque justo se abrió el ascensor, donde había unas mujeres, y no le dio tiempo.
Consultado sobre el pedido del arma aseguró que Nisman le dijo que “que era por seguridad. Que el día anterior lo había llamado (Antonio “Jaime”) Stiuso y le dijo que se cuidara de la custodia y que, además, tuviera precaución con la seguridad de sus hijas”. El ingreso y egreso de Lagomarsino quedaron registrados en la guardia. Su participación, por lo menos en lo que hasta ahora hay en la causa, consistió en prestarle la pistola.