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Corazón de León

Guillermo Francella es León Godoy, un hombre de un metro y 36 centímetros de  altura. Y este dato no es meramente descriptivo, es parte esencial una trama de comedia romántica que problematiza la respuesta social frente a tener un cuerpo “diferente” que no responde a los cánones de simetría.

Un día la vida de León se transforma por la aparición de Ivana Cornejo (Julieta Díaz), una abogada civil que mantiene estudio Cornejo Bisoni en sociedad con su ex marido, con el que se lleva cada día peor.

La crisis de la expareja y la forma de concebir la relación con la Justicia se personifica con un cliente, Morlachetti, que se está separando de su mujer y contrató al estudio para el trámite de divorcio.

Mientras que Ivana quiere lograr la conciliación para la división de bienes entre el cliente y la esposa, su socio busca llevar la situación a juicio, para sacar más rédito económico en la operación.

A lo largo del film Ivana siente que salir con León no solo es una decisión amorosa: su corazón pregunta si está dispuesta a enfrentar los prejuicios sociales de salir con alguien que es 40 centímetros más bajo que ella.

Tesis sobre un homicidio

Cuando el abogado Roberto Bermúdez (Ricardo Darín) presenta su libro “La estructura de la Justicia”, uno de los alumnos que viajó desde España para cursar el Seminario de Derecho penal con él se le acerca y le expone su noción de lo judicial.

“Un juez no hace justicia sino que se encarga de hacer cumplir la ley. Uno de los mayores problemas es hacernos creer que lo legal es justo cuando la noción de justicia está sostenida por un grupo de personas que lo único que buscan es el poder”, le dice Gonzalo (Alberto Ammann).

Bermúdez, que es un abogado de 55 años con reconocida trayectoria, le contesta que mientras sea joven aproveche para tener todo el sexo posible.

Desde hace años que Bermúdez decidió dejar de ejercer para dedicarse a la docencia y dirige un prestigioso Seminario sobre Derecho penal. Entre los 15 alumnos elegidos para cursarlo está Gonzalo, hijo de Felipe Ruiz Cordera, un juez y viejo amigo de Bermúdez.

Durante una de las clases del seminario asesinan a una mujer en el playón del estacionamiento y la cursada cambia. Bermúdez se toma el caso como una cuestión personal y siente que Gonzalo le inició una guerra psicológica para imponerle su teoría.

La trama de Tesis sobre un homicidio está basada en la novela homónima de Diego Paszkowski, que comienza con una oración que dura 15 páginas y genera un clima meticuloso que tiene que ver con el suspenso de la película.

Séptimo

Sebastián (Ricardo Darín) le propone un juego a sus hijos: ellos irán por el ascensor y él por la escalera, el que llega primero gana. Pero el juego se vuelve terrorífico,ya que los chicos desaparecen; el ascensor se los traga.

Hace poco tiempo Sebastián se divorció de Delia (Belén Rueda)  y como abogado está saturado. Los imprevistos y las demandas de su profesión lo llevan al borde del colapso. Todo esto, sumado a la presión de perder a los hijos justo en el momento en que lo visitan, lo lleva al colapso. Y el espectador lo siente.

“Mi idea fue huir, en la medida de lo posible, del lado melodramático de la situación y sacar el máximo partido al elemento de suspense que generaba la trama que teníamos entre manos. Todas mis elecciones narrativas como guionista fueron en esa dirección y todas mis decisiones artísticas como director fueron en esa línea. Elegí unos actores, unos escenarios, una fotografía, una música, un sonido y un montaje que generaran suspense”, dijo en una entrevista el director Patxi Mezcua.

Séptimo teje una red de suspensos en la que es difícil no quedar atrapado. La omisión y la dosificación de informaciones son claves en un entramado de corrupciones  económicas, políticas y extorsivas.