Viviana Caliva, docente en un jardín de Don Torcuato, fue encontrada inocente en la causa en la que estaba imputada por abusar sexualmente de un grupo de niños. Durante todo el proceso recibió el apoyo de colegas y del sindicato
En la tarde calurosa del 30 de diciembre, el Tribunal N° 6 de San Isidro declaró la inocencia de Viviana Caliva, una docente de jardín de Infantes acusada de abusar sexualmente de sus alumnos. Se trata de un caso sumamente complejo que arrancó en 2011: tomando en cuenta los supuestos relatos de sus hijos, un grupo de padres empezó a darle forma a la idea de que habían sido víctimas de una red que trafica material fotográfico de pornografía infantil. El sindicato docente aseguró que las denuncias eran falsas y tomó el caso de la maestra como un ejemplo de la indefensión en que se encuentran los maestros en el sistema educativo. Tanto los padres como los docentes acusaron al intendente Sergio Massa de favorecer a la otra parte.
El caso tomó estado público en abril de 2011, cuando la madre de una nena que iba al jardín de infantes 922 de Don Torcuato presentó su denuncia en la Fiscalía de Género, Niñez y Adolescencia de Tigre, a cargo de la fiscal Marcela Semería.
El juicio oral que culminó ayer había comenzado el 26 de noviembre en el Juzgado Criminal Número 6 de San Isidro cuyo presidente es Federico Javier Tuya. Completan el tribunal los jueces Luis María Rizzi y María Angélica Etcheverry. Durante los días que duró el proceso, unos 300 docentes se movilizaron al Tribunal para acompañar a la docente acusada. En un costado, estaban los padres vestidos con remeras negras que decían “Los chicos no mienten”.
El lunes, tras conocerse la sentencia, los docentes organizaron una caravana desde la localidad de Pacheco hasta La Plata, para acompañar a Caliva en su liberación.
La denuncia que realizó la madre en abril de 2011 comenzó a formar parte de las charlas de muchos vecinos y docentes, aunque nadie tenía notificaciones ni pedidos de informes. En julio de ese año, la inspectora responsable de ese jardín se presentó en el despacho de Semería para interiorizarse del caso, quien le confirmó todo lo que se comentaba. “Primer cortocircuito: si la denuncia se presentó en abril, ¿Cómo es que nadie avisó a Educación? ¿Ni siquiera se tomaron medidas para cuidar a los niños de un supuesto abuso?”, dijo Alfredo Cáceres, secretario general de SUTEBA Tigre, a Infojus Noticias.
Si bien la denuncia fue hecha por esa madre en solitario, el hecho convocó a otros padres y les hizo evaluar de manera diferente algunas irregularidades que, dicen, venían observando en los chiquitos. “Atando cabos, me di cuenta de que esa podía ser la causa de las cosas raras que hacía mi nena. Mi nena había cambiado mucho y nosotros le prohibimos ver Los Simpsons, pensando que eso era lo que la trastornaba”, le dijo Nelson Cáceres, uno de los padres que se puso al frente de la denuncia, a Infojus Noticias.
-¿En qué consistían los trastornos?
-Se tiraba en la cama y se metía una muñeca entre la bombacha y la vaginita y se frotaba como si estuviera teniendo sexo. Durante todo ese semestre tenía la vaginita irritada y yo la llevé al médico, porque pensaba que se secaba mal. Además estaba irritable, lloraba por nada, en fin, estaba alterada.
En agosto de ese año los chicos fueron sometidos a una Cámara Gesell y relataron los "juegos" que les hacía realizar la maestra. La madre que había originado la denuncia se negó a que su hija participara de la Cámara Gesell. Según los padres, el resultado de esa prueba fue decisivo para que la Justicia tomara la decisión de encarcelar a Caliva, quien aguardó desde entonces el juicio bajo arresto domiciliario y en varios penales.
Al parecer, los nenes relataban con notables niveles de coincidencia los juegos de “la balanza” y “el tobogán” que consistían en distintas formas de hacerlos frotar sus cuerpos desnudos. "Mi hija habló de una jeringa, que nosotros después nos dimos cuenta de que era un consolador”, agregó Cáceres.
En todos los casos, los niños dijeron dos cosas sorprendentes: la primera, que siempre que se hacían esos juegos había una persona –algunos nenes hablan de dos- que les sacaba fotos. La segunda cuestión era que la maestra los había amenazado: si hablaban con los padres de esos juegos, alguien muy malo iba a matarlos.
“Es imposible que haya ocurrido una cosa así”, dijo Andrea Brizuela, compañera de Caliva en el Jardín. “Para que suceda tiene que estar totalmente enfermo el jardín y todo el personal involucrado, incluyendo a la portera que está a punto de jubilarse”. Según el relato de los niños, la docente se llevaba a los nenes que aceptaban hacer esos jueguitos a una sala en la que el famoso fotógrafo tomaba las imágenes. Y a los que no querían participar los encerraba en un armario.
En diálogo con Infojus Noticias, las docentes tienen una catarata de argumentos en contra de la historia que cuentan los padres. Que el jardín es muy pequeño, que las salas tienen ventanas que están siempre abiertas y dan a la calle a una parada de colectivo, que en el patio no se puede hacer nada que no sea visto por todo el mundo, que los armarios no tienen puertas y están llenos de material. Y, por supuesto, que Caliva es una gran docente, con mucha voluntad de capacitarse, buena compañera e incapaz de tal monstruosidad.
La cuestión político sindical
En julio de este año, el sindicato docente quedó en manos de una lista opositora a la conducción del secretario general Roberto Baradel. La Lista Multicolor, que agrupa a diversas corrientes de izquierda, asegura que, en su momento, el oficialismo “se lavó las manos” y que su inacción fue responsable de los dos años de encarcelamiento de Caliva.
“Vivimos en una sociedad en la que, lamentablemente, hay sectores que están muy descompuestos, y suele suceder que se producen abusos en el seno de los hogares y después le echan la culpa a la escuela, porque es la única que no tiene herramientas para defenderse”, dijo Cáceres, el dirigente de SUTEBA que, por un irónico azar, tiene el mismo apellido que el padre que encabeza la denuncia.
“Desconocemos cuál puede ser el móvil de estos padres para hacer una denuncia así, pero sabemos dos cosas: que cada vez hay más denuncias de abusos sexuales contra docentes que en su totalidad terminan resultando falsas. Y también sabemos que esta gente se reunió con el intendente Massa, quien inicialmente les brindó apoyo, hasta que le deben haber pedido demasiadas cosas y hasta él les soltó la mano”, dijo Cáceres.