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En el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata, las comunidades Mapuche–Tehuelches de Chubut vivieron una jornada histórica. Cuatro representantes indígenas recibieron de las autoridades la restitución complementaria de los restos mortales del cacique Inacayal. También les fueron entregados,  en el mismo acto, los restos de su mujer y de su sobrina, Margarita Foyel, hija del lonko Foyel. “Fue un acto muy emotivo, breve. Ellos llegaron temprano desde Chubut y regresaron, porque antes de la noche van a hacer una fiesta en su tierra. Estaban emocionados porque nunca antes una institución del Estado les había entregado directamente algo que les pertenece”, dijo a Infojus Noticias Analía Martino, del equipo de prensa del museo.

Además de los familiares y descendientes del cacique Inacayal, también estuvieron algunos representantes de diferentes comunidades indígenas de la Patagonia. El acto contó con la presencia del presidente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Raúl Perdomo; el decano de la Facultad de Ciencias Naturales, Ricardo Etcheverry; la directora del Museo, Silvia Ametrano, y autoridades de la provincia de Chubut. Ante escribano público, se rubricó el acta que certificó la restitución completa de los restos mortales. “Los reclamos de las comunidades conllevan a la revisión de las prácticas científicas del siglo XIX.  Los nuevos paradigmas incluyen reconocer la soberanía de las comunidades sobre sus muertos”, reconocieron los funcionarios universitarios.

La restitución de los restos de Inacayal  no fue el único acontecimiento. Después de la firma del acta, se entregaron las mascarillas mortuorias realizadas en yeso,  y se transfirió en custodia tres cerebros -cuya identidad aún no se pudo determinar a partir de los estudios genéticos-  y un poncho que Inacayal le regaló al Perito Francisco Moreno en una expedición a la Patagonia.

A la hora de reflexionar sobre  el  valor simbólico del acto,  el presidente Perdomo dijo que “desde hace años la UNLP y el Museo en particular tienen un postura clara respecto a los restos humanos que se encuentran en la institución. Entendemos que la restitución representa mucho más que devolver restos mortales, significa devolver la dignidad y la condición de persona a aquellos a quienes les fueron arrebatados.  Y agregó: “Estamos siempre dispuestos a dialogar y escuchar los reclamos de las comunidades indígenas”.

Tras recibir las urnas con los restos mortales de sus ancestros, los representantes de las comunidades indígenas participaron de una movilización frente al histórico edificio del Museo. Allí estuvieron presentes investigadores, docentes, estudiantes y miembros de comunidades indígenas.  “La de hoy se trató de una restitución complementaria, ya que en abril de 1994 los restos óseos fueron entregados a las comunidades originarias de Chubut, donde descansan en el Mausoleo Inacayal de Tecka”, explicó Martino.

Todos rescataron el sentido “histórico” de la entrega. Ametrano destacó: “Hoy nuestra institución restituye directamente a las comunidades reclamantes. Cada restitución constituye la devolución de la condición de personas y una contribución a la construcción de una sociedad nueva, rica en diversidad cultural”. Minutos después, la directora de Asuntos Indígenas de Chubut, Sofía Millañir, dijo que “detrás de las injusticias de la historia, este acto demostró que  la unidad entre los pueblos es posible si hay diálogo”.

Uno de los últimos jefes

La historia de la entrega de los restos comenzó  en 2006, en el marco de un reordenamiento de los restos humanos depositados en el Museo de La Plata. Allí se reconoció la existencia del cuero cabelludo de Inacayal y, posiblemente, del cerebro, “ya que hay tres cerebros no identificados y uno de ellos podría ser del cacique”, como reconocieron desde la Universidad. Previa solicitud de consentimiento a la asociación civil Cacique Inacayal, el museo realizó estudios de ADN para su identificación. Sin embargo, el centro genetista que intervino no pudo determinar su identidad debido a las condiciones de preservación del tejido.

“Por este motivo, se resolvió la entrega de los tres cerebros en custodia, quedando muestras mínimas consentidas en custodia de dos instituciones externas con el objetivo de esperar avances científicos que permitan la determinación de ADN antiguo en tejidos formolizados”, dijo Ametrano, quien explicó que se retiraron de exhibición todos los restos humanos de los pueblos originarios.

Inacayal fue uno de los últimos jefes de pueblos originarios en resistir a la campaña militar a la Patagonia del general Julio Roca. Nació en 1833 en la zona del valle de Tecka, al oeste de la provincia de Chubut.  Sus restos regresaron al oeste de Chubut, 129 años después del viaje del lonko mapuche a la capital de la provincia de Buenos Aires, prisionero del Ejército argentino. 

Era hijo de padres de distintas etnias, tehuelches y mapuches, y en 1885 acordó un parlamento con el general Conrado Villegas, que lo traicionó y ordenó apresarlo la noche anterior a la del encuentro. A solicitud del perito Francisco P. Moreno fue llevado al Museo de La Plata. Allí, él y los demás fueron obligados a trabajar como ordenanzas y peones.

En 1888 Inacayal murió –al caer por unas escaleras, según la versión oficial, muy discutida-, con más de 50 años de edad. Luego fue diseccionado y expuesto en partes separadas en vitrinas del Museo.

El proceso de entrega de los restos de los indígenas  nació en la ley nacional 25.517, impulsada por el ex presidente Néstor Kirchner en 2006, que ordenó la restitución de los restos mortales de museos a los pueblos indígenas que los reclamen. "Esta restitución cierra un proceso muy complejo, no sólo referido al manejo de colecciones antropológicas en los museos, sino sobre la construcción del Estado argentino en relación con los pueblos originarios", dijo el historiador Walter Delrio, investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Río Negro.