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Javier Cantero ganó  las elecciones del Rojo el 18 de diciembre de 2011 con la agrupación Independiente Místico. La promesa de campaña fue llegar con “una escoba para barrer la mugre del club". A los pocos días de asumir, César Luis Menotti reclamó una deuda de 355 mil dólares (más 170 mil por costas e intereses) por su desempeño como manager del club durante la gestión del expresidente Julio Comparada.

A poco de la asunción de Cantero, Pablo Bebote Álvarez, jefe de la barrabrava del Rojo, fue a pedir favores a la dirigencia. El flamante presidente le dijo que el club estaba “fundido” y que “no había plata para nadie”. El capo respondió: anunció su renuncia “indeclinable” a la conducción de la barra. “Dije que no había plata para nadie. Y así será", ratificó Cantero.

A los pocos días, en un partido de verano frente a San Lorenzo en Mar del Plata, la gente de Bebote hizo pública su enemistad con la nueva conducción. "CD = mercenarios. No somos nosotros", decía el pasacalle desplegado en la tribuna. "La comisión, la comisión, se va a la puta que lo parió”, acompañaron cantando.

El presidente del Rojo se mantuvo firme en su decisión de no financiar las barras y les negó la posibilidad de guardar las banderas y los bombos en el club. El 03 de mayo de 2012, Bebote visitó al presidente en su propio despacho. Lo acompañaban unos treinta hombres. "Entraron y cerraron la puerta desde adentro. No hubo golpes ni agresiones. Fue una charla a solas y poco romántica. Fue lo de siempre: pidieron entradas, micros, banderas. Les dije que no quería atenderlos, pero coparon la oficina. Después vino la policía y todo se terminó bastante rápido", contó Cantero al diario La Nación.

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"Independiente es el orgullo nacional. Fuimos los primeros en tener una cancha de cemento, los primeros en ganar la Copa Libertadores y ahora seremos el primer club que se planta a este flagelo", dijo el 11 de mayo el presidente. Afuera del club, miles de hinchas se habían acercado a manifestarle su apoyo en la cruzada contra las barras.

Esa misma mañana, la Escuela Primaria del Club Atlético Independiente había suspendido sus clases. Los 1400 alumnos que asistían a la institución fueron evacuados por una amenaza de bomba. Claudio Ciancio, integrante de la Comisión Directiva, vinculó directamente a la barra: "Amenazaron anoche que iban a poner explosivos en el colegio”.

La abogada de Bebote Álvarez, Débora Hambo, brindó una conferencia de prensa en la que despegó a los barras de las amenazas y explicó que se suspendía la contramarcha que estaba organizando la gente de Bebote.

Días después de la marcha, el vicepresidente Claudio Keblaitis anunció su renuncia por las amenazas de muerte recibidas dos semanas antes. En esa oportunidad, Cantero logró convencer a su vice y Keblaitis se tomó una licencia “para luego decidir”.

El enfrentamiento entre la barra y la dirigencia continuó. El 16 de junio a la noche, en la puerta de la sede, Bebote increpó a Javier Cantero mientras daba una nota a un canal de noticias.

-Mentiroso- gritaba el barra encapuchado al presidente que se retiraba.

Después de avanzar unos metros, Cantero dio media vuelta y lo encaró.

-No soy mentiroso, el que es mentiroso es la persona que vivía del club, que se llevaba la plata del club- le dijo Cantero.

A los pocos días, la institución recibió otro golpe. Desde la Asociación del Fútbol Argentino le informaron a la dirigencia que no podían incorporar jugadores hasta que no regularizaran su situación económica. Las inhibiciones presentadas superaban los 27 millones de pesos.

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El 28 de junio de 2013, a trece días del primer descenso en la historia del club de Avellaneda se realizó una asamblea de socios. A los pocos minutos de empezar la reunión se suspendió. Volaban sillas, piñas y escupitajos. El presidente del club fue agredido tuvo que salir protegido por su custodia personal.

Desde la Comisión acusaron a los sindicalistas Hugo y Pablo Moyano como los responsables de los ataques. "No conozco ningún barra. Al único que conozco es a Bebote, que lo conoce todo el mundo porque lo han visto en la cancha o en algún medio”, dijo el camionero.

El 25 de septiembre de ese año el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N°10 inhibió al club por casi 600 mil pesos (más intereses) a partir de una demanda presentada por Ramón Díaz, que había dirigido al equipo entre fines de 2011 y principios de 2012.

Menos de un mes después, Cantero recibió otro oficio de la Justicia. El juez federal Norberto Oyarbide lo citaba a indagatoria por presunta defraudación en los pases de jugadores. Según la AFIP, el club habría firmado acuerdos falsos con una empresa uruguaya para evitar pagar impuestos. "Es un cuentito de Cortázar. Recomiendo que la lean", dijo Cantero sobre la causa judicial. A los pocos días, la citación se suspendió.

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En la B Nacional los barras siguieron disputando negocios. El viernes 4 de octubre de 2013 el partido de la fecha 11 entre Independiente y Unión se suspendió antes de empezar. La Policía bonaerense detuvo a 37 barras que respondían a César “Loquillo” Rodríguez, enfrentado con Bebote Álvarez. Cuatro personas fueron entregadas a sus padres por ser menores de edad. Los restantes quedaron en libertad al día siguiente.

Cantero manifestó nuevamente su malestar. "De los detenidos, 15 son socios del club y les vamos a abrir sumarios. Quedamos disconformes con el accionar de la Justicia”, dijo el presidente del club. “(Bebote) no puede entrar a la cancha. Estamos haciendo un sumario para echarlo del club, pero no es algo que se puede hacer de un día para el otro. Hay un proceso que se debe realizar y lo estamos haciendo como lo indica el estatuto", explicó.

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El último revés judicial se conoció esta semana. El club recibió un oficio judicial en el que se lo intima a cancelar una deuda con el exjugador de la institución Luciano Leguizamón en cinco días. En caso de no hacerlo, la Justicia le embargará al Rey de Copas todos los trofeos ganados a lo largo de su historia: 14 campeonatos locales, siete Copas Libertadores, una Copa Sudamericana, una Recopa Sudamericana y dos Intercontinentales.

"No es que Leguizamón se quedará con las copas sino que saldrán a una subasta para recaudar dinero. Nadie quiere lesionar la imagen del club, solamente queremos que Independiente pague lo que debe", explicó el abogado del jugador, Ricardo Frega Navia, en radio La Red.

Independiente fichó a Leguizamón a mediados de 2012. El jugador llegó en mal estado físico y sufrió varias lesiones. En los 16 partidos que jugó –en la temporada en que el club descendió- hizo un solo gol. Cuando se fue, Independiente le debía 1,7 millones de pesos. Ahora la deuda asciende a 2.396.000.