El hombre de 45 años la habría contactado por la red social y, mediante engaños, logró que la chica se fuera de su casa. Luego, la habría retenido en una pensión en el barrio de Garín. Está acusado de supuesto "abuso sexual, corrupción de menores y privación ilegal de la libertad". Se hicieron cinco allanamientos para encontrarlo y detenerlo.
El hombre de 45 años acusado de haber seducido por las redes sociales y provocado la fuga de Ludmila Di Venuta, de 15, fue detenido hoy en la zona norte del conurbano bonaerense por personal de la Dirección Departamental de San Isidro. Los datos del hombre, de nacionalidad peruana e identificado como Víctor Jorge Grados Vilca, habían sido difundidos por la justicia poco antes de que se produjera la detención. El fiscal general adjunto de San Isidro, Marcelo Vaiani, quien está a cargo de la investigación, había decidido difundir la fotografía del sospechoso a través de la agencia Télam y pidió colaboración para encontrarlo.
Grados Vilca estaba prófugo de la Justicia, pese a los cinco allanamientos que se hicieron para detenerlo. Fuentes judiciales indicaron que al margen de los domicilios que suele frecuentar, Grados Vilca tampoco había sido encontrado en su lugar de trabajo, el country "Galapagos" de Pilar, donde se desempeña como jardinero.
Esta mañana dos personas, haciéndose pasar por abogados, fueron a la DDI de San Isidro para averiguar el estado de la causa que investiga la desaparición de la chica. El fiscal sospechó de esa actitud y pidió que siguieran el automóvil con el que se desplazaban los presuntos abogados. De esta manera, dieron con el paradero de Grados Vilca, quien no opuso resistencia para su detención.
Ludmila apareció ayer en la localidad bonaerense de Tortuguitas tras estar desaparecida durante una semana. Según fuentes judiciales, tras la amplia cobertura mediática del caso y las marchas realizadas por los vecinos, Grados Vilca tomó un remis con la chica y la dejó en la esquina de la casa de sus padres.
La causa sostiene que el hombre sedujo a la joven a través del Facebook y entabló con ella una relación hace 5 meses. En la red social el sospechoso usaba la identidad falsa de "Rodo", decía que tenía 25 años y usaba los contactos de su hija para chatear con sus potenciales víctimas.
De acuerdo con la investigación, el hombre le hizo llegar regalos a Ludmila para seducirla, entre ellos un celular, y la pasaba a buscar por el colegio para pasearla en su auto Renault Fluence negro.
La fiscalía, que analizó los cruces y el análisis de las comunicaciones de los celulares de la chica y del sospechoso, cree que la chica de 15 años estuvo cautiva en una pensión de Garín donde el imputado la dejaba encerrada bajo llave y le decía que no salga.
Un joven, dueño de esa casa, dijo a los medios: "en ningún momento vimos a la chica, tampoco la reconoció los días posteriores, mi madre la vio que traía pocas cosas, probablemente hayan llegado de noche". Y agregó: "él salía y la chica quedaba dentro del cuarto, cuando llegó nos pidió si le podíamos bancar el alquiler de una habitación porque se estaba separando de su mujer”.
El acusado viviría a 15 cuadras de lo de Ludmila en una casa con su mujer, su hija de 14 años y una cuñada. Según las fuentes judiciales, fue este hombre el que, ante la presión sobre el caso, se tomó un remise con Ludmila y la dejó en la esquina de la casa de sus padres ayer.
La joven, que desapareció el 12 de agosto pasado después de salir del colegio al que concurría, fue trasladada esta mañana a la DDI de San Isidro para declarar con una psicóloga y en cámara Gesell.
"Está bajoneada, pero la llevaron al médico y está bien, no fue golpeada", señaló esta mañana Mario, el padre de la chica, y afirmó que "fue forzada" a no volver a su casa. "Alguien la retuvo", agregó al canal C5N y aseguró que la carta que presuntamente dejó Ludmila antes de irse "no es de ella".
"Me voy por un tiempo, no me busquen porque no me van a encontrar", decía la nota que los padres reafirman que fue escrita bajo presión por su apropiador.
La aparición de la joven ocurrió ayer cuando se había organizado una nueva marcha por parte de la comunidad del colegio Nuestra Señora de Fátima al que asiste. El día de su desaparición la adolescente asistió a esa escuela de Tortuguitas y las cámaras de seguridad la ubicaban a las 13.30 en la estación de trenes Manuel Alberti, sin compañía.
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