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Ver películas o series por internet es un fenómeno que desde el 1 de noviembre costará más caro en la ciudad de Buenos Aires. Según publicó hoy en el Boletín Oficial, el gobierno de Mauricio Macri  cobrará una tasa de 3 % “sobre el precio neto de la operación y se practicará en el momento de la rendición de los fondos para su transferencia al exterior". La normativa influirá en los valores de plataformas como Netflix y “apunta también a establecer un impuesto por la suscripción para comprar y/o alquilar contenidos digitales relacionados con música, juegos, videos, o similares". Los alcances de la medida alcanzan a servicios como Spotify, Amazon Instant Video y tiendas online de juegos de Playstation y de Facebook.

El impuesto será cobrado sólo por servicios que se facturan en el exterior y el cobro será realizado en concepto de Ingresos Brutos y, según consta en lo publicado hoy, corresponde “establecer un Régimen de Retención a través de las Entidades Emisoras de Tarjetas de Crédito, Débito y Compra para que actúen como Agentes de Retención del Impuesto sobre los Ingresos Brutos cuando intervienen en la contratación de servicios de suscripción online con acceso a películas, TV y otros tipos de entretenimiento audiovisual (“películas y series“) que se transmiten por Internet a televisores, computadoras y otros dispositivos conectados a Internet”.

La resolución  de la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP) establece que el 3% se aplicará sobre "el precio neto de la operación", y se practicará en el momento de la rendición de los fondos para su transferencia al exterior.

En la línea de atención al cliente de Netflix explicaron a Infojus Noticias que el precio está garantizado de acuerdo al contrato que cada usuario tenga. Y recomendaron consultar con las “instituciones bancarias a través de las cuales se efectúa el pago”, para comprobar si aumentarán  o retendrán un 3 % del abono.

La normativa explica que “el comercio electrónico en la República Argentina ha producido y continúa produciendo una verdadera revolución en las transacciones comerciales” y que “esta revolución virtual implica redefinir en el ámbito del derecho las nociones tradicionales de jurisdicción, competencia, validez espacial y temporal, llevando a redefinir el rol del Estado y del protagonismo privado en el ámbito político y social”. 

Y que, por ende, corresponde “prever que las transacciones que se realizan a través del comercio electrónico no socaven la capacidad del Estado para recaudar los ingresos públicos vía tributación”.

“La norma presume que Netflix o que EA Games o que Amazon tienen actividad en la Ciudad y que deben contribuir, así que le ordena a la tarjeta pagarle, en lugar de US$ 100, unos US$ 97 y darle US$ 3 a la AGIP. Eso es una retención por un impuesto local. ¿Viola el libre comercio? ¿Excede el poder de la Ciudad y por ende viola el federalismo?”, se pregunta Sergio Mohadeb, abogado y responsable de la web Derecho en Zapatillas.

“Es curioso que en la ciudad autónoma de Buenos Aires los ingresos obtenidos por el ejercicio de profesiones liberales universitarias (no organizadas como empresa) no pagan ingresos brutos, pero sí pagan, por ejemplo, los demás servicios, como alguien que hace cerrajería, gas, o plomería. Como recaudar es a veces difícil porque hay evasión y, en general, la gente prefiere pasar el tiempo con su familia, tomar un helado o ir al cine antes que hacer la fila en una agencia tributaria, los recaudadores inventaron regímenes de retención y percepción”, agregó Mohadeb.