Para el defensor del acusado de abusar sexualmente y asesinar a la joven Ángeles Rawson, "el crimen es de una manera y el juez la interpreta de otra".
La defensa de Jorge Néstor Mangeri apeló hoy su procesamiento por femicidio agravado y abuso sexual de Angeles Rawson y anunció que ahora el portero se someterá a las pericias psicológicas y psiquiátricas que pretendía hacer el juez.
El abogado Miguel Angel Pierri afirmó hoy a Télam que ya se presentó en el juzgado de instrucción 17, a cargo de Javier Ríos, la apelación al nuevo procesamiento del ex encargado del edificio de Ravignani 2360.
"Iremos a la Cámara del Crimen cuestionando no sólo la calificación legal, sino también la interpretación que hizo el juez sobre la junta médica", afirmó Pierri a esta agencia. Para el defensor, "el crimen es de una manera y el juez la interpreta de otra".
"Ayer presentamos un informe de nuestros peritos sobre las contradicciones de la junta médica. El doctor Ernesto Duronto y Gabriel Boselli sostienen que la junta de notables arriba a conclusiones que desde el punto de vista médico no dicen lo que dice el juez en el procesamiento", explicó Pierri.
En tanto, el abogado, que representa al portero junto a su colega Marcelo Biondi, anunció que "la defensa está dispuesta a que Mangeri se someta a las pericias psicológicas y psiquiátricas que disponga el juez".
"Estamos entrevistándonos hoy mismo con la psicóloga que seguramente designaremos como perito de parte", agregó Pierri.
El 23 de julio pasado, Mangeri se negó a contestar preguntas en el Cuerpo Médico Forense y anunció que no se iba a someter a los tests psicológicos ni las evaluaciones psiquiátricas ordenadas por el magistrado, por consejo de sus abogados.
En aquel momento, Pierri y Biondi sostuvieron que las pericias era "invasivas" y "violaban la intimidad" de su cliente.
Es que los puntos de pericia dispuestos por el juez apuntaban a determinar "su perfil conducta-sexual" y en hacer hincapié en posibles "trastornos sexuales, de deseo sexual, de la excitación sexual (trastorno de erección o impotencia) y parafilias".
En su última indagatoria, el imputado dijo. "Yo jamás, jamás abusé ni abusaría de nadie".
Otros puntos de pericia eran "trastornos del control de los impulsos, concepto de sí mismo, modelo predominante en la temática del poder y el dominio, circunstancias vitales actuales, modelo de masculinidad y autoestima".
El viernes pasado, el juez Ríos volvió a procesar a Mangeri por el crimen de Angeles, aunque esta vez por "abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa agravado por haber causado un grave daño a la salud física de la víctima en concurso real con femicidio agravado por haber sido cometido criminis causae", una figura que prevé prisión perpetua.
El juez plasmó en este segundo procesamiento que el móvil del crimen fue el abuso sexual que el portero no pudo terminar de concretar por la resistencia que opuso la víctima.
El magistrado adecuó la imputación al portero luego de que la junta médica confirmara con estudios complementarios que Angeles sufrió una "agresión sexual" comprobada por las lesiones paragenitales que presentaba la adolescente.
El Cuerpo Médico Forense ya había dictaminado que Angeles murió sofocada y estrangulada por su asesino en una maniobra que no duró más de cinco minutos y antes de que su cuerpo ingresara a la compactadora de basura.
Los expertos ubicaron la data de muerte entre las 11 y las 17 del 10 de junio, confirmaron que la víctima presentaba lesiones defensivas y que el asesino, antes de asfixiarla, le dio una paliza en la que le provocó siete fracturas en la clavícula, la primera vértebra dorsal y cinco costillas.
Angeles "Mumi" Rawson (16) desapareció el lunes 10 de junio último cuando regresaba a su casa del barrio porteño de Palermo y al día siguiente, su cadáver fue hallado en el predio de la CEAMSE de la localidad bonaerense de José León Suárez.
Por el crimen fue detenido Mangeri, quien se autoincriminó cuando declaraba como testigo ante la fiscal del caso, María Paula Asaro.
Los estudios de ADN determinaron que había perfil genético del portero debajo de tres uñas de la mano derecha de Ángeles -con un 99,9 por ciento de precisión en el caso del dedo índice-, lo que sugiere que ella alcanzó a rasguñarlo en un intento de defensa.